Diario de la FeMPINRA

9 de Julio: “La Patria es del Pueblo”

Por Gustavo Ramírez

“La Patria es del Pueblo”, sentenció Eva Perón. Este 9 de Julio, en la puertas de la Iglesia Inmaculado Corazón de María, esa frase se hizo himno en los cientos de corazones que allí se congregaron para conmemorar un nuevo Día de la Independencia. Ese fue escenario elegido por el Sindicato del Personal de Dragado y Balizamiento para organizar un locro solidario y compartir la jornada con personas en situación de calle.

A los ojos de la razón histórica la Patria duele cuando sus padres, sus hijos, sus hermanas, sus madres, los suyos, los nuestros, hacen cola para acceder a un plato de comida. Sin embargo, ese mismo país renace en la mano del trabajador y trabajadora que se tiende hacia lo profundo de ese inmenso e inaprehensible nosotros que conforma a la clase trabajadora, que es en definitiva el propio pueblo.

El subsuelo de la Patria siempre se subleva cuando los suyos sufren la injusticia social. Esa que gestan, lejos de los principios independentistas de 1816 los grupos privilegiados, que este 9 de Julio salieron a manifestarse para defender su bolsillo, un bolsillo que piensa en ser conquistado por el Dios dinero. Esa “gente”, que sale en los medios con sus falsas representaciones a cuestas, vive de espalda a la Patria y a la historia. Desprecia la libertad que dicen celebrar hoy.

Cuando un trabajador, una trabajadora, tiende un plato de comida a su prójimo emerge el barro, el olor a oveja, el suelo. Nadie se salva solo, y ahí está el pueblo, en el “fondo del acontecimiento”, como enunció el Padre Lucio Gera y el es pueblo mítico, con su religiosidad que hermana y está la mirada de agradecimiento del otro, que también es un nosotros, que tiende su mano para recibir. En ese acto de profunda humanidad ocurre el amor y el amor es amor al pueblo. Pero para amar al pueblo hay que estar en él, estar ahí, porque el pueblo no desaparece cuando las cámaras se apagan.

“Uno se cree que las mató el tiempo y la ausencia pero su tren vendió boleto de ida y vuelta, son aquellas pequeñas cosas”, canta Serrat. Entonces el cronista ve como el hombre alto, con esos años golpeándole la cara, se acerca al improvisado centro de distribución de alimento y mira desde su propia historia observa la escena y sin que nadie se lo pida aplaude y el aplauso se hace humano y los corazones se ensanchan. Alguien grita un ¡Viva Perón! y el grito se multiplica en un coro multiforme pero armónico, a ese grito se ele suma un “VIVA LA PATRIA” y el coro responde “VIVA”.

Toca la batucada, las personas que esperan por una porción de locro baten palmas, alguien baila se atreve a bailar. La alegría popular se manifiesta de manera misteriosa. Es fecha Patria. La banda entona la marcha peronista, un colectivero hace tronar su bocina, el clima se hace festivo a pesar de que el drama cotidiano está gravado a fuego, ahí en la calle.

Juan Carlos Schmid, Secretario General del Sindicato del Personal de Dragado y Balizamiento, dialoga con AGN Prensa en ese marco, en tal sentido reflexiona: “Lo que hemos querido hacer hoy, a iniciativa de la Juventud Sindical, porque esta es una iniciativa de la Juventud Sindical de nuestro gremio, lo que estamos haciendo hoy, entonces, es simple y sencillamente el hecho de que estamos brindando un locro solidario, en la puerta de una iglesia, en un barrio humilde como Constitución, para establecer con claridad quienes interpretamos realmente la solidaridad y los que siempre defienden egoístamente su propio interés”. 

“Hoy, también hay una protesta de otra Argentina. De una Argentina de la que se pueden entender algunos reclamos pero es una Argentina que no quiere compartir con la otra sus ganancias, su fortuna”, remarca el dirigente sindical.

Schmid reflexiona, “hay un doble significado en una fecha como esta: primero lo inédito de una pandemia global que azota a todo el mundo y que indudablemente va a dejar su huella en todos los pueblos. Lo segundo es que el Movimiento Obrero siempre se ha caracterizado en esta fecha por ser, de alguna manera, heredero de la gesta de 1816”. 

Acto seguido agrega: “Pensemos que en 1816, cuando se declara la Independencia, en Europa se estaba re-haciendo la Monarquía y todo el mundo temía que viniera una expedición a derrotar todos los procesos emancipatorios del continente”. 

Mientras dialoga con nosotros, de fondo se escucha a la Negra Sosa, su voz abraza al día y todos nos acobijamos bajo su canto. El conductor de la FeMPINRA, asegura entonces que “desde el punto de vista histórico a veces uno no ubica esto y de verdad fue una jugada extremadamente audaz. No había ejército, todavía no se había constituido la república. Es decir, fue una decisión en la cual se deberían ver reflejados hoy los gobernantes en nuestro país”. 

El dirigente cierra su charla con una frase que nos hace ver el valor de la acción “el Movimiento Obrero de aquel momento era el gauchaje, era la gente que ponía el pecho y que  con su sangre y con sus huesos regó la independencia de la Argentina”. 

Es curioso, al Movimiento Obrero le suelen contar las batallas perdidas, que en realidad son pocas, pero cuando lo intentan contar lo hacen escindidos del pueblo. La Independencia Argentina se construye día a día de pie, sobre y con el suelo. Eso somos, barro tal vez. El nosotros está ahí y es lo que molesta. Por eso existen gobernantes que le entregaron armas al enemigo ayer y hoy. No es casual que lo primero que busquen, los dueños de las “vacas”, sea dejarnos con las penas. Pero no hay pena si hay amor. Ese amor por el nosotros que se expande como un himno del corazón.

Si, “la Patria es del Pueblo”.

 

9/7/2021

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