Opinión

La “Motosierra” ataca a los Medios Públicos

*Por José Luis Ponsico

El 14 de abril de 1945, el Coronel Juan Domingo Perón, al frente de la Secretaría de Trabajo y Previsión, gobierno militar del Gral. Edelmiro J. Farrell, creaba la Agencia Nacional de Noticias Télam (Noticiosa Americana).

En los fundamentos -diría en el “Día de las Américas”-, Perón abundaba en los argumentos de la soberanía política y la necesidad de establecer un pensamiento nacional “ante el avance de los Medios extranjeros”.

“Ellos -sostenía- tienen, desde el sentido imperialista y el impacto colonizador en América, el dominio de la difusión de ideas. En el caso de Estados Unidos, dos agencias internacionales tienen todo el mercado de noticias. Eso no es bueno.”

El Coronel Perón se refería a la Associated Press (AP) y a la United Press (UPI), que influían en la conciencia de los argentinos. La “Revolución del ’43”, “Toma del Poder”, había tenido a Perón, el artífice en el Ejército, “del pensamiento nacional”.

A esta altura, una importante cantidad de habitantes de la Argentina, cuya población ya supera los 47 millones de habitantes, “no conoce o sabe poco” del alcance de la fuerza noticiosa de la Agencia Télam.

Con algo más de 400 profesionales del periodismo, una veintena de corresponsalías de todo el país, exhibe una cablera de algo más de 550 cables por día. La cantidad de empleados incluye personal administrativo, publicidad y maestranza.

De pronto, una emisora de Tilcara, Jujuy, sobrevive con los despachos de Télam para mantener informada a una población de algo más de 6 mil habitantes. Viajan algunas anécdotas: Carlos Bilardo, para la aclimatación, la altura, llevó a los de México ’86. Alguna vez reseñaba el popular “Narigón” la aventura en zona de la Quebrada de Humahuaca con mucha población indígena, escaso esparcimiento. “Todo allá transcurría en las prácticas con altas temperaturas”, decía.

“Apenas la Estación Ferroviaria, algunos periodistas que cubrían y dependían de los cables de Télam para saber qué pasaba en el resto del mundo”, se lee. En el repaso, el Norte de mucho paisaje y clima caluroso. A un poco más de 2.500 metros de altura.

El tema de los confines siempre brindó sentido a Télam con 2.800 abonados, a lo largo y ancho de la Argentina. El rol periodístico es sabido: “la madre” o fuente de noticia es la Agencia. Nacional o extranjera. Privada o estatal.

El Interventor puesto por el gobierno de Milei es el abogado Diego Chaer, nacido en Río Negro, con origen periodístico en San Juan. Aunque cercano al “Grupo América” de Daniel Vila, virtual “semillero” del Presidente de la Nación.

En el staff del gobierno figuran Sandra Pettovello, ex “América 24”, productora. En el mismo lugar de fama, el actual ministro de Justicia, Dr. Mariano Cuneo Libarona, activo -igual a Milei- en el panel del ciclo “Animales sueltos” de Alejandro Fantino. Una cantera.

Sin olvidar al publicitado Manuel Adorni, “Vocero Presidencial” ex coequiper del ácido Angel “Baby” Etchecopar, ambos del Canal de Vila y el ex ministro del Interior, José Luis Manzano, en los´90. Milei con 15 años en el “Grupo Eurnekián”. La TV al Poder.

Entre los calificados periodistas que al cabo de siete décadas pasaron por Télam, la memoria remite a Enrique “Turco” Sdrech, Emilio J. Corbiere, Hugo Gambini, Senén González, Emilio Petcoff, después su hija Graciela. El historiador Fernando Del Corro.

Periodistas deportivos que transitaron Mundiales, Américo Rial (Alemania ’74) recordado por su nota cuando Holanda goleó a la Argentina (“Ellos la Naranja Mecánica, la velocidad de un automóvil; nosotros íbamos en bicicleta”).

Mucho después, Ernesto Muñiz, larga trayectoria primero en “La Nación”, sin olvidar en Economía al popular Osvaldo “Bebo” Granados, apodado así por su hermana la bella Beba Granados, modelo y tapa de “Gente” en los años 70.

Sin olvidar, entre los directivos de Télam en otros tiempos, a Mario Monteverde, amigo personal del ex Presidente de la Nación, Dr. Raúl Alfonsín. Que alguna vez denostado por el polémico Milei.

Télam hoy, como el film laureado en los ’50: “En manos del destino”. Aunque los juristas consultados por la Gremial de los trabajadores, en su conjunto, diagnosticaron que “la medida, además de arbitraria, es ilegal.

Télam tiene el efecto de una Ley. Sólo podría ser modificada su funcionamiento por otra ley”. En la Corte, todo indica, la impronta de Milei sería derrotada.

“Nunca es triste la verdad; lo que no tiene es remedio” (Joan Manoel Serrat, Barcelona, 1971, aunque la leyenda brinda autoría a Antonio Machado).

 

 

 

*Columnista de La Señal Medios, Mundo Amateur, Agencia Nacional y Popular,  AGN-Prensa y El Retrato de Hoy.

 

 

 

5/3/2024

 

 

 

 

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