Pensamiento Nacional

La deuda de la democracia: La infancia descartada

*Por Aritz Recalde

En cuatro décadas de democracia política nunca se resolvió el drama de la POBREZA INFANTIL. 40 años y crisis tras crisis, el problema fue profundizándose y el fruto maduro del árbol del subdesarrollo argentino es LA MARGINALIDAD INFANTIL. Llevamos varias generaciones de bebes, nenes y jóvenes mal alimentados, mal educados, sin acceso a la cultura nacional y universal, y criados en hogares con privaciones, en barrios violentos y con padres sin el hábito del trabajo.

Hay generaciones de jóvenes descreídos de todo: de la familia, de la patria, del barrio, de la fe y del futuro. Las terribles consecuencias están a la vista: una inusitada violencia interpersonal, nihilismo, aumento desmesurado del consumo de estupefacientes y participación creciente de jóvenes en organizaciones delincuenciales.

Nada une a los jóvenes en la Argentina de la desigualdad social y de la crisis moral: las diferencias culturales y aspiraciones son cada día mayores y abismales entre pibes de distintos barrios y clases sociales. Algunos demagogos, quieren tratar el tema con una ley penal simplificando el drama en uno de sus efectos (la violencia). Otros, suponen que es un problema de poner plata en el bolsillo para facilitar consumo capitalista y repartir bolsones de alimento y se olvidan que no solo de pan y polenta vive el hombre.

Otros, discursean con la hipocresía de mirar al costado y decir que acá no pasa nada (mientras tanto, sus hijos se crían en escuelas privadas, clubes privados, con atención sanitaria prepagas y con seguridad privada). Este drama no es un problema de un partido político, tampoco de una ideología o de un culto. Es en realidad, EL MÁS TRASCENDENTE PROBLEMA ESTRUCTURAL QUE ATRAVIESA  LA NACIÓN EN SU CONJUNTO Y DE SU RESOLUCIÓN DEPENDEN EL PRESENTE Y EL FUTURO DE LA ARGENTINA.

Las CRISIS ECONÓMICAS dejan secuelas sociales, pero pueden superarse con un programa de reconstrucción y con mucho trabajo y esfuerzo. La DECADENCIA POLÍTICA destruye la capacidad del desarrollo y debilita la autoestima del país, pero puede resolverse con una nueva generación y voluntad colectiva. El daño de la MARGINALIDAD INFANTIL ES IRREVERSIBLE, no tiene solución alguna y condena a los pueblos a transitar épocas terribles.

El cuidado de las EMBARAZADAS, DE LOS BEBES, DE LOS PIBES Y DE LOS JÓVENES debería ser una causa nacional, un compromiso pluri-partidario, pluri-clasista y pluri-religioso. El compromiso tiene que surgir, inicialmente, del alma del hombre, de la familia, del barrio y del pueblo libre que son los responsables de recuperar esa moral y esa cultura que los únicos privilegiados son los niños. Si no cambian la conciencia moral y el orden de valores de la dirigencia de todos los partidos y sectores, el cambio político será imposible.

 

 

 

*Sociólogo y doctor en Comunicación. Docente y Secretario de Investigación y Posgrado de la Universidad Nacional de Lanús.

 

 

10/10/2023

 

 

10/10/2023

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