Pensamiento Nacional

Francisco: La Justicia Social encarnada

Por Lucas Schaerer

El Papa vive como prédica. Su vida es el testimonio. Nacido y criado en Flores sur, un barrio de la periferia porteña del país al fin del mundo, por una familia de inmigrantes italianos que lo enviaron a la escuela pública, que llegó a ser príncipe de la iglesia, es decir cardenal primado y arzobispo de Buenos Aires, viviendo en un cuarto de la curia porteña, moviéndose sin chófer, sólo con su maletín en el transporte público incluyendo las villas y sin tomarse vacaciones. Ese método de vida lo llevó al papado, entre otros motivos.

Pero desde hace once años venimos conociendo aún más sobre la pobreza material de Jorge Bergoglio y su grandeza espiritual para timonear la organización humana más numerosa, antigua y compleja del mundo occidental.

En esa conducción espiritual y política Francisco sumó un hito más en su papado, y sobre todo para los argentinos. Fue a mediados de la semana pasada. Desde su cuarto de 70 metros cuadrados, en la residencia comunitaria Santa Marta, en el interior del Estado Vaticano, el Papa mató la operación mediática del presidente Javier Milei tras su visita al Vaticano.

Ocurrió que el domingo 11 de febrero, en el marco de la canonización de la primera santa argentina, Mama Antula, muchos confundieron (otros se ilusionaron) el abrazo del presidente anarcocapitalista al jefe terrenal de la iglesia católica. Muchos creyeron que las imágenes de cordialidad de Francisco con Milei eran una bendición a su elitista modelo de gobierno.

Pero fue el propio Francisco quien demostró con contundencia, una vez más, y en tan sólo cuatro minutos su visión sobre esta época de “tanta injusticia” donde “unos pocos ricos cada vez más poderosos y millones de pobres negados y descartados”.

Tuvieron que pasar dos semanas que el Pontífice encontró la oportunidad de grabar un video-mensaje (ver link: https://www.youtube.com/watch?v=0jdXpwWzsTg) que impactó en el actual gobierno argentino, al punto que el vocero presidencial salió a confrontar con el Papa y así hundió el breve “enamoramiento” sobre el hombre que viste de blanco.

Como si hablara solo para su madre patria, pero en realidad en la globalidad de su cargo, el Papa de formación jesuítica dejó un mensaje el pasado miércoles 28 a jueces, fiscales, y demás funcionarios judiciales, para revalorizarlos: “son “trascendentes y cruciales” explicando la razón de su ponderación: “por ser el último recuerdo del Estado para remediar las vulneraciones y preservar el equilibrio institucional y social”.

De esa frase muchos miraron al primer gobierno de la historia de concepción anarco-capitalista. Porque su primera medida fue un megaDNU, aún vigente, y la derrotada “ley ómnibus” que resultaba una verdadera reforma constitucional sin llevar ese título, ni su proceder. A esas acciones legislativas, parcialmente caídas por amparos judiciales, se le sumaron bravuconadas del presidente Milei contra los parlamentarios y advertencias mediáticas de gobernar sin el Congreso por no acompañar sus medidas. También atacó a los gobernadores provinciales que son el motor de muchos votos en el Congreso Nacional.

Entonces el equilibrio de poderes cruje. De ahí Francisco deja claro su respaldo al Poder Judicial global pero su capítulo argentino es inevitable ya que su mensaje salió a la luz primero en un evento en Buenos Aires y organizado por argentinos de su confianza. Andrés Gallardo y Gustavo Moreno, con quienes construye el COPAJU, Comité Panamericano de Juezas y Jueces por los Derechos Sociales y la Doctrina Franciscana, fue con quien Francisco preparó el lapidario mensaje a los funcionarios judiciales que protegen al Estado y respetan los derechos de los pobres.

LA JUSTICIA SOCIAL ENCARNADA

Francisco a los miembros de la alta cumbre de la justicia argentina, la Corte Suprema de la Nación, como otras instancias por debajo en la justicia nacional, los conoce y bien, también cuenta con otros miembros eclesiales que lo apoyan en esos vínculos que pasan por debajo del radar mediático. En Roma varios magistrados han sido recibidos en la intimidad de Santa Marta y también en eventos públicos, sea a favor de los derechos sociales, el cuidado de la casa común o por el combate al tráfico humano, llamado trata de personas, o el narcotráfico. El magisterio de Francisco hoy es argumento en fallos judiciales argentinos. Su palabra incide en los hechos concretos y forman parte de la jurisprudencia.

Para “la casta” porteña son y fueron un dolor de cabeza el juez Gallardo y el asesor tutelar Moreno, los motores del COPAJU. Justamente por las razones que Bergoglio les da confianza para trabajar juntos. Es que Gallardo y Moreno se metían en los pasillos de las villas y asentamientos porteños junto a los curas encabezados por Pepe Di Paola para concretar la justicia social “fundamentada en Jesús”.

Lo que hoy Francisco proclama en Roma como mensaje a una liga de funcionarios judiciales de América ya lo practicaba en los hechos con los rebeldes de la justicia porteña. Entre ellos también en esa época apoyaban otros magistrados, como Patricia López Vergara, María Elena Liberatori, o Luis Arias. Estos últimos dos no estuvieron presentes en la inauguración de la nueva sede del COPAJU, que es un regalo del Consejo de la Magistratura porteña, siempre en buena sintonía con el poder político loca.

La escala de incidencia del COPAJU resaltó con la presencia de Andrés Basso, miembro del tribunal oral que condenó a la expresidenta de la nación, Cristina Fernández de Kirchner, en una causa por obras públicas en Santa Cruz y que ahora deberá juzgarla. El juez Basso estaba en primera fila, en el medio, en calidad de presidente de la Asociación de Magistrados, y miraba al escenario donde estaba el jurista más progre y k, Eugenio Raúl Zaffaroni. También amplió la incidencia política la presencia de Carlos Balbín, coordinador de COPAJU y ex procurador del Tesoro de la Nación durante dos años en la presidencia de Mauricio Macri.

LA UNIDAD ES SUPERIOR AL CONFLICTO

Otra unidad imposible que logró Francisco, vía COPAJU, y empujada por la inédita realidad, fue la gremial. En la justicia el sindicato natural en los tribunales nacionales es “la Unión”, conocida por su sigla UEJN, que encabeza Julio Piumato, a su vez comisión directiva de CGT. Pero en CABA hubo apoyo político para dividir a los trabajadores judiciales con el SITRAJU, la sigla del gremio que parió con la conducción de Vanesa Siley. Fue inédito ver sentado a Piumato en primera fila y a su lado el más bergogliano y francisquitas de los dirigentes político-partidarios, el único presente con trascendencia nacional, Juan Grabois.

Volviendo a lo central del mensaje papal para los operadores judiciales es inevitable la defensa del Estado: “Los derechos sociales no son gratuitos. La riqueza para sostenerlos está. Pero requiere de decisiones políticas. El Estado es más importante que nunca para la redistribución”, aseveró Bergoglio, la persona con más seguidores en la red social X.

Milei y sus funcionarios sintieron otro cachetazo papal cuando escucharon sus definiciones sobre el mercado y la ganancia: “falsas deidades que nos llevan a la deshumanización y la destrucción del planeta. Son Moloch que devoran a las nuevas generaciones”. ¿Cómo creen ustedes lectores que se sintieron en la Casa Rosada con el video de Francisco desde Santa Marta?

Para el final de su mensaje al COPAJU, Francisco resaltó una posición política que retoma de un jesuita, su tocayo Suárez, quien hace 500 años atrás explicó legitimidad y legítimo. “No alcanza con la legitimidad de origen (que te hayan votado por el voto popular o en un cónclave), no” y allí agregó Su Santidad quienes “ejercen el poder público en el ejercicio de sus funciones deben ser legítimos al no alejarse de las sociedades justas y dignas”.

Al poder judicial le pidió el Papa “firmeza y decisión” frente a los “modelos deshumanizantes y violentos”. Por su lado, el presidente del COPAJU, el juez Gallardo, advirtió a Milei sin nombrarlo que “necesita la fuerza política para cambiar las reglas. No se puede jugar al truco con cartas de póker”.

Pasando desapercibido, al no estar en las primeras filas, escuchó y vio todo el evento de COPAJU otro hombre de confianza del Papa. El obispo villero Gustavo Carrara, también a cargo de la vicaría general de la poderosa arquidiócesis porteña, el segundo al mando, venía de unas declaraciones mediáticas explosivas: “Un error puede terminar en catástrofe” profetizó monseñor Carrara ante las demoras y caídas de la entrega de alimentos del gobierno nacional a los comedores y merenderos en los barrios populares.

Por si no quedaba claro se sumaron otros importantes hombres de la iglesia local. Entre ellos las declaraciones del presidente de los obispos, Óscar Ojea, (ver link: https://www.infobae.com/reportajes/2024/03/01/monsenor-ojea-alerto-sobre-la-situacion-social-en-comedores-del-gran-buenos-aires-donde-antes-habia-50-personas-ahora-hay-mas-de-100/) quien no suele dar reportajes, al sitio Infobae sobre las preocupantes acciones del gobierno en lo educativo, social, salud por el dengue y la quita del fondo para las obras en las villas.

Más el artículo, en el diario La Nación, del jefe de los jesuitas en Argentina: “estamos en un campo minado” (ver link: https://www.lanacion.com.ar/opinion/estamos-en-un-campo-minado-nid12022024/), por la explosiva realidad social, y en esa misma dirección el clamor, por los micrófonos de CNN radio, el obispo presidente de Cáritas Nacional, Carlos “Cacho” Tissera, para que el gobierno cambie su posición con la entrega de alimentos, más el documento de los curas villeros por desterrar el Fondo para la Integración Socio-Urbana (FISU) y otro de los obispos más poderosos, Gabriel Mestre, quien criticó que el ajuste lo está pagando el pueblo y no la casta como se prometió en campaña.

El que quiere oír que oiga.

 

 

 

 

4/2/2024

 

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