El último día de marzo de 1982, la CGT conducida por Saúl Ubaldini escribió un documento para reflejar el balance de la impactante jornada de lucha callejera protagonizada el día anterior.
El contexto de aquel momento combinaba dos factores que hacían insostenible el andar de la dictadura: el indisimulable impacto social de la brutal política económica de Martinez de Hoz y la creciente movilización popular organizada con vértice en el movimiento obrero.
En 1981 se desplegó en la Argentina un plan de lucha escalonado que incluyó un paro general y una masiva marcha a San Cayetano bajo la consigna de «Paz, Pan y Trabajo».
En ese marco, el mediocre general Galtieri (aún no asumido como presidente), comienza a diseñar la «estrategia» de supervivencia del régimen basado en la recuperación de Malvinas.
La crisis económica-social, y en especial la resistencia popular en ascenso, acelera los planes «salvadores» de Galtieri.
El 30 de marzo de 1982 representó el punto más alto de la pelea contra la dictadura con una movilización masiva en todo el país.
Bajo la consigna «Luche y se van», ese día representó un cambio de etapa trascendental: el campo popular, de la mano del movimiento sindical y del movimiento de Derechos Humanos, pasaba de la defensiva a la ofensiva.
Pocas horas después de esa paradigmática manifestación, la CGT plasmó un documento que, por obvias razones de cambio de agenda nacional, no llegó a difundirse.
Ese documento caracterizaba a la dictadura como un experimento terminado, en desbande y en desintegración, y confirmaba que ya no tenía nada para ofrecer.
El «salvataje» ideado por Galtieri y cia., iba a chocar con una realidad trágica y un desenlace que solo provocó que se potencie todo lo acumulado hasta aquel fin de marzo y que significó, obviamente, el final de la dictadura.
Así son los «salvatajes» de quienes creen que el pueblo es objeto de sus deseos y no protagonista de su camino.
Por supuesto que los contextos y los momentos históricos no se comparan dogmáticamente, pero se reflejan.
El «salvataje» a que aspira Milei con el FMI y el gobierno estadounidense, también se materializa en un marco de profunda crisis social y respuesta popular creciente.
Previo a 1982, el gobierno de EE.UU. caracterizó a Galtieri como «general majestuoso» y lo señalaba como referencia para garantizar su «patio trasero».
Creer que la salida a una catástrofe múltiple se remedia con recetas salvadoras, no solo es ingenuo sino producto de una ignorancia mayúscula que refleja la poca comprensión de la gravitación que tiene un pueblo que avanza hacia su reorganización.
Capaz que, en proyección, el 26 de octubre de 2025 tenga un efecto parecido al 30 de marzo de 1982.
Luche y se van.
Por Daniel Capa