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El descrédito de la acción Política: Historia de “traiciones”

*Por José Luis Ponsico

Pudo ser el 25 de mayo de 2003 una fotografía recordada: el abrazo de Néstor Kirchner a Daniel Scioli. El ex campeón de Motonáutica lo recibe como a un hermano mayor. Kirchner asumía la Presidencia de la Nación. Scioli hoy es Milei.

Otras expresiones recordadas: Patricia Bullrich, libro de Ricardo Ragendorfer que duró poco en librerías -editado hace cinco años; se dice que ella lo mandó a comprar en librerías del Centro- aparece como “De guerrillera a gendarme”. Tiempos de Presidencia de Mauricio Macri. Por entonces, el legislador Miguel Pichetto, hoy protagonista decisivo desde el grupo de diputados que toman cierta distancia del gobierno y asimismo del gobierno anterior. Antes, Menem y Kirchner.

Pichetto un cuarto de siglo entre ambas Cámaras. En el medio, candidato a Vice de la Nación de Mauricio Macri, diciembre de 2015. Diputado rionegrino con Carlos Menem en los años noventa. Nacido en Lomas de Zamora. La Bullrich de 1984, gobierno de Raúl Alfonsín, acto en el Luna Park, su cabello ensortijado, cantando el estribillo clásico: “Juventud presente, Perón, Perón o muerte”. Fotos que circulan. Hoy abandono a Macri y presente con Milei.

Elisa Carrió en 1994, Asamblea Nacional Constituyente, Santa Fe, mayo-agosto llegada de la UCR-Chaco, declaraba que Raúl Alfonsín era “mi segundo padre”. Luego, con el legislador socialista Alfredo Bravo, formó otro Partido. El “ARI”. “Argentina República de Iguales”. Le permitió, con variantes, agrupaciones de matices ideológicos, sumar treinta años como legisladora. Casi, casi, un récord. “Las ideas no se matan”, expresión de Domingo Faustino Sarmiento hace unos 160 años.

Sarmiento primero gobernador, San Juan, luego Presidente de la Nación, 1868/74, aplicaba fundamentos de acción política a las ideas. Hoy no parece que sea de ese modo. Las ideas “se matan”. Los cargos “atrapan”. Siguen firmas. El exaltado cordobés Luis Juez, años ochenta peronista universitario seguidor del extinto José Manuel De la Sota, candidato con Antonio Cafiero. Luego, Luis Juez Intendente de Córdoba. Más tarde, aliado de Néstor Kirchner. A quien enfrentó.

Muy lejos de los radicales cuando denunció al vitalicio legislador Mario Negri como “tapón” para impedir su triunfo. El de Juez sobre el “Gringo” Juan Schiaretti. “Negri recibió dinero”, dijo. Siempre muy polémico. Hoy Milei. Eduardo Amadeo, raíces peronistas en los ochenta con el regreso de la democracia, ocupó cargos en la Presidencia de Eduardo Alberto Duhalde, Diputado nacional anti-kirchnerista más tarde. Hoy, defensor de las políticas de Milei.

Graciela Ocaña, nacida en San Justo, el “corazón” de La Matanza, hace algo más de 63 años, se graduó en Ciencias Políticas en la Universidad Pública. En el gobierno de Cristina -parece que nunca la quiso- llegó a ser titular de Salud y Acción Social. Sin ser de la UCR ni del PJ, Ocaña, apodada “La hormiguita viajera”, estuvo con la inefable Elisa Carrió, luego con el macrismo y siempre en la vereda de enfrente al kirchnerista tras ser funcionaria. Se la facturan a Alberto Fernández.

Ocaña con el tiempo fundó su propio partido (Confianza Pública), lo que le permitió llegar a ser legisladora en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Siguió los pasos de Carrió en la repetida serie de denuncias por corrupción y de cargos legislativos.

Desde el fondo de la historia, en el peronismo cayeron en desgracia hace 75 años Cipriano Reyes, uno de los líderes de la movilización de los trabajadores del 17 de octubre de 1945. La fama no le alcanzó. Cipriano, abanderado del gremio de la Carne en Berisso. Poco después, el Coronel Domingo Mercante, aliado de Juan Perón, no estaba de acuerdo con la Constitución de 1949. En los años cincuenta, Perón optó por el Mayor Carlos Aloé en la provincia de Buenos Aires.

Se dijo que Mercante no apoyaba la reelección del líder del Justicialismo. En el Radicalismo, la fórmula de la UCRI (Unión Cívica Radical Intransigente) que llevó al Dr. Arturo Frondizi a la Presidencia, tuvo al abogado Alejandro Gómez como Vice. El pedido formulado por el rigor partidario. Nunca Gómez se llevó bien con el todopoderoso Rogelio Frigerio, consejero Presidencial, y el Vice duró un año en el gobierno.

El motivo aparente: las relaciones de Alejandro Gómez con parte del Poder en las Fuerzas Armadas. El Ejército llevó a cabo entre 1960 y 1962 unas acciones “golpistas”, al tiempo que Frigerio también debió renunciar. En tiempos de Raúl Alfonsín, la Coordinadora Radical no quería al cordobés Víctor Martínez por causas parecidas entre 1984 y yendo para atrás 1959: las relaciones del Vice con las FF.AA.

Otros motivos distanciaron a Carlos Menem de su Vice, Eduardo Duhalde, luego del primer mandato. El “Pacto Olivos”, fines de 1993, cambió totalmente la relación. Duhalde se sintió “traicionado”.

 

 

 

 

*Columnista La Señal Medios, Mundo Amateur, Agencia Nacional y Popular y AGN-Prensa.

9/3/2024
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