Pensamiento Nacional

¿A quién deben pertenecer los hidrocarburos?

*Por Damián Descalzo

“El todo es superior a la parte”
Papa Francisco

En estas últimas semanas ha cobrado peligrosa actualidad el asunto de la vinculación entre el gobierno nacional y las provincias. Ya en campaña, el presidente Javier Milei anunció que tomaría medidas que anticipaban situaciones conflictivas con los gobernadores y las estamos viviendo.

En particular, a raíz de una disputa por unos fondos, el gobernador de Chubut (dirigente del PRO) amenazó con no entregar petróleo y gas. A causa de este diferendo, los gobernadores de la región patagónica emitieron un comunicado, donde afirman que avalan “la determinación de la provincia de Chubut de ejercer en plenitud sus derechos como dueña de sus recursos hidrocarburíferos”. En rigor de verdad, es cierto que el actual texto constitucional ampara la posición de los gobernadores patagónicos, pues otorga a las provincias “el dominio originario de los recursos naturales existentes en su territorio” (art. 124 in fine CN).

Es una realidad que desde hace décadas viene debilitando a la Nación toda. La provincialización de los recursos naturales efectuada por la Convención Constituyente en 1994 representa una tragedia para la Argentina. Aldo Ferrer denunciaba la perniciosa herencia neoliberal que pesaba sobre el país, dentro de la cual ocupaba un lugar tristemente destacado la asignación a las provincias del
dominio de los recursos naturales. Expresaba que “La reforma constitucional fracturó la unidad de intereses de la Nación en la explotación de sus recursos y la convirtió en intereses locales de cada provincia” (“El empresario argentino”, Buenos Aires: Capital Intelectual, 2014, p. 30).

La reforma de 1994, tergiversando los principios del federalismo argentino, exalta los derechos de las provincias en detrimento del interés de la Nación. El verdadero federalismo siempre representó los intereses provinciales pero sin olvidar que el interés de la Patria común era superior al de cada una de las provincias.

1949 vs 1994: Dos concepciones antagónicas

El peronismo histórico entendía el asunto de una manera bien diferente a la que impuso el Pacto de Olivos menemista-alfonsinista en la década del ’90. En el texto constitucional de 1853 no se había legislado explícitamente sobre los recursos naturales. No se indicaba si su dominio era de la Nación o de las provincias. También es lógico que el tema de los hidrocarburos no haya sido considerado por los constituyentes a mediados del siglo XIX, toda vez que en nuestro país los primeros intentos de explotación comercial son de varios años posteriores y el petróleo fue descubierto recién a principios del siglo XX.

En 1907 se descubrió petróleo en Comodoro Rivadavia, en el actual territorio de Chubut, pero por obra y esfuerzos de la Dirección de Minas, Geología e Hidrología, un ente estatal NACIONAL. Chubut ni siquiera era una provincia cuando el petróleo fue descubierto. Tampoco lo era Neuquén, cuando la misma dirección del Estado Nacional Argentino descubrió petróleo en Plaza Huincul en la década siguiente.

Fue el Estado argentino, sostenido y financiado por el aporte de los habitantes de TODO el país, quien llevó adelante, -a través de YPF (Yacimientos Petrolíferos Fiscales), empresa creada en 1922-, las tareas de exploración, explotación y refinado del petróleo nacional.

Así las cosas, hacia 1949 el peronismo decidió reformar el vetusto texto constitucional de 1853. Entre muchos aspectos, en el asunto de los hidrocarburos – y los recursos naturales, en general-, tomó una posición que, coherente con el espíritu patriótico del federalismo liderado por don Juan Manuel de Rosas, fortaleció el poder nacional argentino respetando las autonomías provinciales. Ese es el verdadero federalismo, y no el localismo disgregador y antinacional que estableció la reforma de 1994.

¿Qué pensaba Perón sobre la propiedad de los hidrocarburos?

En la mañana del 11 de enero de 1949, el presidente Juan Domingo Perón reunió, en la Quinta presidencial de Olivos, a los convencionales constituyentes electos por el peronismo. Faltaban pocos días para que empiece a sesionar la Convencional Constituyente y Perón expuso sus intenciones y principios con respecto a la reforma constitucional.

En un momento de su disertación tocó el tema que nos ocupa. Anticipó lo que sería el texto del artículo 40 -agregado por la reforma justicialista y una de sus más trascendentales modificaciones-, y manifestó que “los minerales y las caídas de agua, los yacimientos de petróleo, de carbón, de gas y demás fuentes naturales de energía, con excepción de las vegetales, son propiedad imprescriptible e inalienable de la Nación, con la correspondiente indemnización que se convendrá con las provincias”.

Aquí se observa la firme voluntad de Perón de establecer la pertenencia nacional de los hidrocarburos, pero sin anular el interés de las provincias. Finalmente, el texto constitucional no habló de “indemnización”, sino de “participación en su producto”, pero lo esencial es que determinaba que los hidrocarburos le debían pertenecer a la Nación, pero sin olvidarse de las provincias en cuyo territorio se encuentren. Nación y provincias, no como entes enfrentados, sino equilibrados entre sí como las partes al todo, en una sana integración. Para reforzar lo aseverado, retomemos la exposición del general Perón.

A continuación, el entonces presidente de la Nación profundizó su postura y manifestó que “Exceptuando los vegetales, todo lo que es explotación de riquezas de extractivo ha de pertenecer a la Nación. Pero es indudable que las provincias tienen derechos y esos derechos serán compartidos con la República”. Nuevamente se percibe el mismo espíritu en la mirada de Perón, que no es otro que el espíritu histórico del Federalismo argentino: primero la Patria pero respeto a los intereses y la autonomía de las provincias.

Al inicio de este escrito citamos a Ferrer denunciando que la provincialización de los recursos naturales había quebrado la unidad de intereses de la Patria y había atomizado los intereses provinciales, aislándolos del interés nacional. Eso mismo quería evitar Perón, quien durante toda su trayectoria política (recuérdese el GOU, el modelo sindical de unidad promocionada, la política exterior de integración continental) dio muestras de su confianza en la unidad como camino de fortaleza.

Perón entendía que había motivos económicos para determinar el carácter nacional de los hidrocarburos; las provincias por sí solas no iban a poder llevar adelante la explotación e iban a terminar sometidas, debido a su raquítico poder de negociación, a las ambiciones del capital extranjero (así está sucediendo lamentablemente). Así lo explicó el mismo Perón en la misma exposición: “Ustedes se darán cuenta de que la finalidad que se persigue con esto (se refiere a la nacionalización de los recursos naturales) es la de hacer una explotación altamente económica, que las provincias difícilmente puedan realizar en un régimen circunstancial y parcial”.

La unidad nacional en la explotación de los recursos era el camino elegido para evitar la fragmentación de diferentes estados aislados. Pero la de Perón no era una solución centralista ni unitaria. Perón no se olvidaba de la autonomía de las provincias. En ese sentido, señalaba que “recibirán los beneficios que le correspondan y que se darán por acuerdo entre las provincias y el gobierno nacional”. Era una vinculo justo entre Nación y sus componentes, las provincias.

Las provincias ponían a disposición la explotación de sus yacimientos y la Nación las indemnizaba. En definitiva, Perón consideraba que este era “el régimen más perfecto de acuerdo a las necesidades económicas y guardando el respeto a las autonomías provinciales” (Perón, Juan Domingo, Exposición sobre la reforma constitucional, 11 de enero de 1949, en Perón, Juan Domingo, 1949. Discursos, mensajes, correspondencia y escritos, Buenos Aires: Biblioteca del Congreso de la Nación, 2016, pp. 69-70). No podemos menos que coincidir con la posición fijada por el general Perón.

Inspirados en Francisco

Enseña el Papa Francisco, en uno de sus célebres principios, que “El todo es superior a la parte”. Pero aclarando que el todo que postula es un “todo” poliédrico, un todo que respeta a las partes y les permite ser. No se avala el todo esférico porque es un “todo” totalitario que anula a las partes.

Esta figura bien puede servirnos para explicar la situación que venimos desarrollando. El auténtico federalismo de la Constitución Justicialista de 1949 es el todo poliédrico promovido por el Papa Francisco, donde el interés nacional (el todo) es el superior pero respetando y valorando al interés de las provincias (las partes).

El auténtico Federalismo, manifestado por el texto constitucional del genuino Peronismo, no anula a las provincias como pretende el centralismo unitario, que sería el todo esférico, un todo que anula a las partes y no quiere verdadera y sincera unidad, sino “unidad a palos”, -como decían los unitarios en los tiempos de las guerras civiles-, que, en realidad, no es unidad, sino uniformidad.

Para terminar, bien vale recordar que la experiencia histórica prueba que la existencia de provincias o regiones ricas en un país que tiende a empobrecerse por no poder administrar ni disfrutar de esas riquezas, genera la tendencia a que crezcan las ambiciones secesionistas y esto es un peligro que los argentinos debemos combatir.

Ni unitarismo centralista ni falso federalismo que exalta a la parte para destruir al todo. El pensamiento del general Perón encontraba el equilibrio necesario entre el interés de las provincias con el supremo interés de la Nación, del mismo modo que promovía el equilibrio del derecho de la persona con el de la comunidad. Que su enseñanza sirva de inspiración para la Argentina que viene y que tenemos que seguir construyendo. Que así sea.

 

 

 

 

* Abogado, magister en Derecho del Trabajo, especialista en Derecho Constitucional y en Derecho del Trabajo. Docente universitario. Autor de los libros: Haciendo Justicia Juntos: origen historia y vigencia del modelo sindical argentino. ¿Cómo se gestó el peronismo? Dios, Patria y Justicia Social. Junto Daniel Parcero escribió el libro: General Jorge Leal: Héroe del Polo Sur y Prócer de la Patria Grande.

 

 

 

26/2/2024

 

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