*Por Guadi Calvo
En la madrugada del pasado domingo veintiséis de noviembre, los poco más de un millón de habitantes de Freetown, la capital de Sierra Leona, amanecieron con los intensos tiroteos, que se daban en varios puntos de la ciudad, particularmente en la base militar de cuartel de Wilberforce, una de las guarniciones militares más grandes del país, donde los atacantes asaltaron la armería. Testigos también informaron de disparos, cerca de la sede de la marina, en el distrito de Murray Town, a poco más de un kilómetro del cuartel de Wilberforce, a unos seis kilómetros de la residencia del presidente, Julius Maada Bio.
Más tarde se conoció que la Prisión Central, diseñada en los años treinta del siglo pasado para 324 reclusos, hoy alberga más de dos mil, conocida como la Prisión de Pademba Road, una de las más terribles del continente, también fue atacada, permitiendo que casi la totalidad de los internos escaparon, al igual que una comisaría en la que también fueron liberados varios detenidos
Desde el lunes las fuerzas de seguridad habían empezado a recapturar a muchos de los evadidos, que fueron liberados por los atacantes solo con el fin de crear mayor confusión. No se ha informado ni la cantidad, las identidades, ni las circunstancias, que se produjeron dichas capturas. Al tiempo que se conoció que fue hallado, un vehículo con un fusil, un lanzagranadas RPG, cartuchos de bala y al menos un uniforme del ejército.
Con el transcurso de las horas, se conoció que los ataques, no solo se habían producido en diversas unidades militares de la capital, sino, también en diferentes puntos del país, lo que confirma que se trató de un intento de golpe de estado, que se saldó con una veintena de muertos y la detención de trece militares y un civil.
Una vez conjurado el golpe, fue declarado el toque de queda y el cierre del espacio aéreo, entre las 21:00 y las 6:00 horas, que hasta el jueves no había sido levantado, mientras continúan las razzias en procura de la detención, que ya son más de un millar, de sospechosos de estar implicados y conocidos opositores al gobierno.
Rápidamente, la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO), que ha patrocinado acciones contra los gobiernos de los tres países sahelianos, donde la oficialidad joven protagonizó diferentes golpes de estado, particularmente, el último en Níger a finales de julio, difundió un fuerte comunicado remarcando: “tolerancia cero ante cambios de gobierno inconstitucionales”. Señalando además su “absoluto disgusto” por un “complot de ciertos individuos para adquirir armas y perturbar la paz y el orden constitucional en Sierra Leona”.
Según fuentes locales, durante las redadas se produjeron varios muertos y heridos, muchos de los detenidos han sufrido por los menos “malos tratos” durante los interrogatorios. Entre los detenidos se destacan seis ex militares, nueve oficiales superiores retirados, cinco en actividad y cuatro miembros del personal de seguridad, del antecesor del actual presidente Ernest Bai Koroma, y miembro del APC, todos los detenidos pertenecen a una organización conocida como grupo 999 del que no existen mayor información.
Este ha sido el segundo intento de derrocamiento del presidente Bio, el anterior se había producido en agosto, dos meses después que fuera reelegido, para un segundo y último mandato, según lo ordena la constitución el presidente Bio. Donde su fuerza, el Partido Popular de Sierra Leona (SLPP, por sus siglas en inglés) había conseguido imponerse en la primera vuelta, evitando el balotaje, según las discutidas cifras oficiales, por un 56 por ciento de los votos, frente a rival, Samura Kamara, del partido Congreso de Todo el Pueblo (APC), que alcanzó el 41 por ciento. Más allá de la clara ventaja, la constitución marca que, para evitar el balotaje, el partido ganador tiene que superar el 55 por ciento.
Ese angustiante punto, por el que evitó una segunda vuelta, ha generado las protestas de la oposición, quienes boicotean desde entonces la actividad parlamentaria, apoyándose en la opinión de los observadores internacionales, que han denunciado falta de transparencia en el recuento de votos.
Si a la inestabilidad política se le suma la grave circunstancia económica que vive en pequeño país de África Occidental, con altas tasas de desocupación y un espiral inflacionario que llega al cincuenta por ciento, se entiende la inestabilidad creciente.
La intentona del pasado catorce de agosto, donde la policía abrió fuego contra una manifestación, que protestaban por la carestía de los alimentos, en Freetown, un hecho hasta el momento infrecuente en el que murieron unos veinticinco manifestantes y seis policías.
Analistas locales, señalan que son dos razones, la política y lo económico, lo que han precipitado el último intento de golpe, por lo que no estaría vinculado a los recientes golpes de Burkina Faso, Guinea-Conakri, Malí y Níger.
Por lo que, de continuar los factores coyunturales, que derivaron en los hechos del domingo, que el presidente Bio, no ha resuelto en los primeros cinco años de su mandato, atribuyendo esa imposibilidad, a la pandemia y la guerra que la OTAN, libra contra Rusia, en Ucrania, existen fuertes razones para considerar como posible, otro intento de asalto al poder, que de darse seguramente será más cruento. Ya que la crisis económica que padece las grandes mayorías del país, también lo sufren los sectores medios y bajos de las fuerzas armadas. Con lo que la sustentación política del presidente Bio, corre serio peligro de terminar de licuarse.
Bio es un ex militar, que participó en la guerra civil 1991-2002, que dejó más de cincuenta mil muertos, y rasgos de suma violencia en la sociedad, ya que los bandos oponentes, más allá de los asesinatos y torturas ilegales, a miles de personas, hombres mujeres y niños, les fueron amputados amputaron brazos, manos y pies.
Sierra Leona, con cerca de ocho millones y medio de habitantes, cuya esperanza de vida alcanza los treinta y cuatro años, se registra en el séptimo lugar entre los países más pobres del mundo. Mientras el presidente Bio, realiza constantes y costosos viajes al exterior.
Por su parte, la embajada de Estados Unidos condenó el intento de golpe y ofreció su apoyo continuo a quienes trabajan por una Sierra Leona “pacífica, democrática, saludable y próspera”.
Atacantes no identificados
Todavía las autoridades sierraleonesas, no han revelado quién dirigió los ataques del domingo e insisten en que los agresores, seguían sin ser identificados y que las investigaciones en procura de esas identidades continúan. Algunas versiones indican que alrededor de cincuenta personas entre los que se encuentran, oficiales y ex comandantes, podrían haber estado involucrados en el ataque del domingo.
En un discurso televisado, el mismo domingo, unas horas después de ser controlado el movimiento, el presidente Bio dijo que los agresores habían sido “rechazados” y que la mayoría de los que lideraron los ataques habían sido arrestados.
El lunes, Freetown amaneció con diferentes puestos de control militar. Mientras que la mayoría de los comercios de la ciudad permanecieron cerrados, al igual que las escuelas y los bancos permanecieron cerrados. A raíz de la intentona del domingo, ya se espera una reestructuración tanto en las fuerzas armadas como en las de seguridad, lo que podría suceder en pocas semanas más.
Mientras tanto quedan pendientes las investigaciones, que puedan dar con los cabecillas, del golpe frustrado y que sea totalmente esclarecido junto a todo el proceso que desembocó en los hechos del domingo, ya que algunos analistas creen, en realidad pudo haberse tratado de un montaje para darle al presidente oxígeno frente a la crisis económica, los planteamientos de la oposición y tener las manos libres para perseguir tanto a sus rivales dentro de su propia fuerza política, seguidores de Samura Kamara, y el partido del Congreso de Todo el Pueblo (APC), por lo que el agitado domingo, no había sido más que una farsa.
*Escritor y periodista argentino. Analista Internacional especializado en África, Medio Oriente y Asia Central. En Facebook: https://www.facebook.com/lineainternacionalGC.
1/12/2023