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Padre Eduardo Farrell: “Siempre la historia la escriben los pobres”

Por Redacción

La mirada social suele ser culturalmente parcializada, desde allí se promueve la estigmatización ideológica que parte de preconceptos elaborados en los laboratorios políticos de los centros de poder, que culpan a los pobres de los males actuales. Esa segmentación sirve para que estos grupos, a través de los aparatos mediáticos, lumpenicen a los pobres y justifiquen así las sistemática desigualdad que producen.

No obstante, existe una labor permanente de conservar, con construcción territorial, el entramado indentitario de los barrios populares. Uno de los agentes de cohesión en el territorio es la Iglesia. El cambio de paradigma, impulsado por el Papado de Francisco, revitalizó la labor de los párrocos en la opción por lo pobres. En tal sentido, AGN Prensa Sindical dialogó con el Padre Eduardo Farrell, párroco en Nuestra Señora del Rosario de Fátima, de la localidad de Merlo.

AGN PS – ¿ En este contexto, es lícito pensar que los pobres son los que están escribiendo la historia?

Padre Farrell – Creo que siempre la historia la escriben los pobres. Un ejemplo muy pequeño de eso, en el presente, es el sistema de las ollas populares, de todo lo que es la explosión de solidaridad que se está dando en este momento, que muestran que el pueblo, con un gran protagonismo femenino, entiende lo que pasa y además, me parece que a través de esta circunstancia, está como mostrando un proyecto de país que tiene nuestro pueblo.

Cuando nuestro pueblo se junta solidariamente para cocinar para los más pobres, inclusive cuando los más pobres se acercan con su tapper  para recibir unas porciones de comida, nos están hablando de comunidad. Están expresando que su proyecto es la comunidad. Otro tema es que la dirigencia lo perciba y lo ejecute.

AGN PS – Vale destacar que en este contexto los curas que están en los territorios también se exponen y se la juegan. Son los pastores que huelen a oveja.

Padre Farrell–  En esto, los menos jugados somos los curas. En mi parroquia, en los espacios de mi parroquia, hay dos ollas en dos barrios distintos y yo no soy el que más se la juega. Los que más se la juegan son los voluntarios, los que prenden los fuegos, imaginate que una olla nuestra hay un grupo de mujeres que está amasando ñoquis para trescientas viandas, es un trabajo gigantesco. Entonces, las personas que se la juegan son ese grupo de mujeres y hombres que están tocados por un acontecimiento que es el amor y es por eso que es posible semejante gesteo de solidaridad, de entrega, de donación. Con eso están haciendo  realidad el proyecto de Jesús Cristo que es opuesto al proyecto del capitalismo. Mientras el capitalismo apunta a la acumulación, el proyecto de Jesús Cristo es la donación. Cuando digo donación no me refiero a poner en una bolsita un paquete de polenta o de arroz, digo donación de dar la propia vida a través de gestos como los que hacen los voluntarios y las voluntarias de comedores y merenderos.

 

AGN PS – En ese sentido ¿el papado Francisco recuperó la identidad de Jesús para los pobres, nos hizo entender que Jesús era uno de nosotros?

Padre Farrell – Francisco tiene su centralidad puesta, evidentemente, entre los pobres. En su vida, en la cultura de los pobres, en la religiosidad de los pobres, en el proyecto comunitarios de los pobres. Creo que Francisco, en ese sentido, pone la figura de Jesús en el corazón de los pobres y pone en  el corazón de Jesús a los pobres. Por eso Francisco es el gran proyecto, a mi criterio, universal. Es el gran líder universal. No hay voz global, en este momento, me parece a mi, que supere la voz de Francisco, inclusive en el tema del cuidado de la Casa Común. En la obra de la creación la palabra más fuerte es la de Francisco y Francisco a través de su encíclica Laudati Si, Alavado Seas, ha puesto a la  Iglesia a la delantera de tema ecológico, en el caso de Francisco, ecológico-integral.

AGN PS– ¿Se puede afirmar que Laudato Si es una expresión política trascendente para estos momentos?

Padre Farrell – Yo estoy seguro que el texto de Laudato Si  tiene connotaciones políticas y también estoy seguro que reducir Laudato Si, a un documento verde, a un texto verde, es bajarle el precio. Como decir. “más allá de lo religioso”. Yo no sé si hay algo más que lo religioso, porque lo religioso no es solamente ir a misa. Lo religioso es la relación con Dios, con Jesús Cristo, que establece como máxima absoluta el amor a los pobres, como máxima absoluta el amor a aquellos que son sus pares y lo señala el Padre Nuestro y lo expresó en la cruz, donde se cruzan dos ejes: El que hace mirar a Dios pero también, el otro eje, el horizontal, que te hace mirar a tu hermano  y en ese eje está la comunidad. Dicen los Papas, desde el Papa Pío XII hasta hoy, estamos hablando desde la década del ’30, que la política es la expresión más alta de la caridad. En ese sentido yo creo que el documento Ludato Si, documento del Magisterio Social de la Iglesia de primer nivel, está a nivel del primer documento de la Doctrina Social de la Iglesia que se escribió en 1891 y que se llamó Rerum Novarum, “Sobre las cosas nuevas” y que se dio cuenta, aunque tardíamente, de la cuestión social. Hoy, con Laudato Si, Francisco se da cuenta, y nos hace dar cuenta a todos, de la cuestión ecológica con toda la importancia planetaria en lo religioso, en lo filosófico, en lo moral, en lo social y en lo político.

 

 

05/06/2020

 

 

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