Otro salto al vacío

*Por Mario Gambacorta 

Una vez más, un importante porcentaje de la sociedad argentina decidió dar un salto al vacío. Parecería no importar hacia dónde nos están llevando. De la misma forma que en el año 2023, se votó en favor de un proyecto político temerario, sin tener en claro, ni medir las consecuencias de la decisión tomada; menos aún, hasta dónde se habilita a llegar a Milei.

El temor a un lunes financiero peligroso (consecuencia del mismo proyecto que lo construyó, y que ayer fue convalidado por un 40% de los votantes), acelera el sórdido camino a un estado de descomposición, todavía más impredecible.

Así, ante la posibilidad de que se evidenciara el fracaso del modelo de este gobierno (y de quienes lo habilitaron); entre otras cosas, por su permanente, agotador e indefinido drenaje de dólares; la sociedad dio otro voto de confianza a Milei, y a quienes se valen de él para sus negocios -aunque no se los visualice o reconozca-.

Se ha avalado, consciente o inconscientemente, la colonialidad que se impulsa por esta “administración”, en sintonía con los intereses, en particular, de la otra “administración”; la de Estados Unidos. Se tomó una decisión electoral que permitirá seguir adelante en la misma línea política que, se refleja en el cierre de miles de pymes y la pérdida de cientos de miles de puestos de trabajo. Se trata de una decisión que, por su difusa complejidad e imprevisibilidad, no deja de ser hiperideologizada.

El cuidadosamente construido fantasma del kirchnerismo (sin desconocer los méritos y deméritos involucrados en ello), del que se vale el gobierno de Milei, debe ser desactivado, de una vez por todas, desde el propio Movimiento Nacional. Debe hacerse en armonía y sin sectarismos, pero con realismo político.

Si bien aquel es parte importante del peronismo,  debe explicarse que no representa a todo el peronismo ni lo subsume. El peronismo es quien hoy tiene que ser la referencia central del Movimiento Nacional. No se trata de excluir a nadie. No se trata de dejar de lado las distintas posturas que convergen en un movimiento político. Se trata de reconstruir una nueva y superadora respuesta, una nueva y superadora propuesta para el pueblo desde la convergencia en el peronismo.

Propuesta, nueva y superadora que, no se nutra solo de individualidades sectoriales o personales, sino de una construida síntesis integradora, para un más fuerte y claro sujeto colectivo: un proyecto común; con una propuesta clara, concreta y transformadora.

Es imprescindible comenzar por superar un temperamento social excluyente desde el antagonismo que, lamentablemente, está instalado en un supuesto sentido común.  Y así, deviene funcional a las lógicas retardatarias que, más tarde o más temprano, terminarían devorándonos.

Con el fantasma del kirchnerismo como excusa, se enarbolan: temores no verificables en el presente; fantasmas del pasado; se facilita la reiteración más, de los errores que los aciertos del pasado; se diluyen en pretendidas amenazas internas como esta, las verdaderas amenazas, sobre todo externas, que se ciernen sobre la Argentina como Nación. En síntesis, se neutralizan posibilidades de redefinición para la transformación, frente a este modelo hegemónico de sumisión y dependencia.

No superándose esta contradicción, no central pero agónica, dentro del Movimiento Nacional; amén de los esfuerzos que se puedan reconocer y destacar, se seguiría diluyendo la recuperación de su potencialidad transformadora. Postulamos que, el peronismo y su doctrina deben ser el centro de una estrategia superadora e integradora de todas las vertientes que; manteniendo lógicas diferenciadoras permanentes, fragmentan un colectivo imprescindible hoy, para la salvación de nuestra Patria.

No solo están quienes se desentienden de las consecuencias de sus actos. Ante la ausencia de un modelo alternativo, demasiados terminaron votando un salto al vacío; votando una sumisión aceptada; votando ser colonia. Votando una dilación para la crisis. Si no se construye un proyecto integrador alternativo; inexorablemente, esta se dará o impondrá, en virtud de los intereses a los que sirve el gobierno de Milei.

En el mejor de los casos, y con una lectura, casi forzada en su positividad; se podría aprender de este llamado de atención, y -anhelar- construir otra oportunidad para el Movimiento Nacional. Para que reconstruya un proyecto integrador alternativo frente al del gobierno de Milei que, ahora más que nunca, seguiremos padeciendo.

Esta derrota exige: rever, reconstruir y enarbolar un proyecto de Nación. Podemos constatar que no alcanzó como la mera propuesta de frenar a Milei.  Se requiere impulsar un modelo de desarrollo para configurar un proyecto integrador alternativo de Nación. De nuestra parte, seguiremos trabajando por un modelo de industrialización con justicia social como forma de impulsar un proyecto de Nación.

Frente al actual modelo de no-país que, en realidad parece pretender que seamos en la práctica, una estrella más en la bandera de la Estados Unidos, o algo peor.  Nuestra historia, nuestra tradición, nuestras luchas, nuestra identidad,  nos seguirán nutriendo para sostener la defensa de nuestra soberanía frente a la fuerza brutal de la antipatria. Para ser nosotros mismos.

Sin embargo, resaltamos que, para reflejar una comunidad de pasado, presente y futuro, necesitamos, más que nunca: organización, doctrina, conducción y estrategia. La lucha no cesará. Más bien, creemos que requerirá cambios transformadores que, definan con precisión: el rumbo, el objetivo, y la alternativa superadora.

 

 

 

 

* Abogado laboralista, miembro del Grupo Ofensiva Nacional Democrática.

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