Por Daniel Capa
Mientras en el Frente de Todos el liderazgo de CFK va reordenando el movimiento, el presidente Alberto Fernández reorientando la agenda y comienza a pesar el eje Sergio Massa-Máximo Kirchner, en la oposición hay un lío bárbaro.
La foto de Olivos y sus derivaciones parecen afectar más al interior de la alianza que gobernó entre 2015-2019 que al gobierno actual, aún cuando Horacio Rodríguez Larreta manifieste como valor que “la oposición está unida en la Argentina”.
Claro, se refiere a Juntos por el Cambio, “ignorando” la aparición, con más fuerza, de una derecha salvaje (Milei, Espert) que no tiene como objetivo confrontar con el oficialismo, sino anclarse en un segmento de votantes que hasta ahora encauzaban su antiperonismo a través del macrismo.
La virulencia contra el gobierno por parte de los mal llamados “libertarios”, los posiciona como receptores del furibundo “espíritu 1976” que anida en las almas de un sector de la sociedad que, si bien hoy es minoritario, influye en el golpeado Cambiemos hegemonizado por el mal llamado “ala blanda” (que representaría algo así como el “espíritu 1955”).
Lo cierto es que hay sectores que hasta 2019 votaban a JxC y que, desde la asunción del FdT, no se bancan la “mano blanda” de algunos referentes que no golpean salvajemente al gobierno nacional. Y si lo hacen, no son creíbles a ojos de esa porción que razona lo usual: “es mejor el original que la fotocopia”.
¿Quiere decir esto que hay buenos y malos en la oposición que gobernó con Macri? No. Emergió una derecha “superadora” de la experiencia probada.
Una derecha que es preocupación a futuro, pero que en esta etapa necesita imperiosamente acumular fuerzas a partir de la base electoral de dispositivo que conducen Larreta, Carrió, Cornejo y Bullrich (esta última junto a Macri, con mejor empatía hacia lo más violento que emerge).
Por otro lado, los principales candidatos y liderazgos de JxC están en medio de un brete complejo de abordar con respecto a las estrategias a partir de la foto de Olivos.
¿Alguien imagina al propio Jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta criticando la foto sin que alguien le recuerde que en ese mismo contexto su hija realizó un cumpleaños con 30 chicos y chicas?
¿Y que podrá explicar Diego Santilli acerca de las circunstancias en que su propio hijo presentó un PCR negativo al volver de México junto a sus compañeros de su colegio, y estaba infectado?
¿Y María Eugenia Vidal como se contagió?
La foto no es una foto, es un problema político difícil de resolver para una parte importante de la oposición y no alcanza con mostrar, criticar o replicar el hecho. Además cuenta el emisor, quien o quienes interpelan.
El pueblo no come vidrio, sigue intacta la memoria del endeudamiento, los tarifazos, los despidos, las devaluaciones, como así también el recuerdo de las acciones para romper burbujas en provincias y los impulsos a la desobediencia sanitaria.
La oposición en la Argentina está en problemas y la etapa merece la profundización del camino planteado por el Frente de Todos en 2019 acerca de la reconstrucción del trabajo, la industria y el mercado interno.
Es tan importante construir la fuerza propia como aspirar a la división de la fuerza ajena.
18/8/2021