Opinión

CGT entre la síntesis de la unidad y la conformación de un nuevo Triunvirato

Por Gustavo Ramírez

La Confederación General del Trabajo comenzó a transitar el sinuosos camino de renovación de autoridades. Sin un liderazgo claro que por el momento exprese la síntesis de la unidad, no se descarta hoy que se vuelva a constituir un cuerpo colegiado para conducir la CGT los próximos cuatro años.

Por el momento es un idea que la mesa chica de la central no deja de lado. Como toda posibilidad tiene sus pro y sus contra. Más allá de ello, la conducción actual de la CGT comenzó a gestar diversas reuniones para acercar partes. Claro está que nada se encuentra definido y si bien el tiempo de construcción es escaso, aun falta para encontrar definiciones contundentes o definitivas.

Nuestras fuentes coincidieron en puntualizar que es muy difícil llegar a una unidad plena en estos momentos. La experiencia reciente, de algún modo fue traumática, y los acercamientos que se han producido guardan un dejo de recelo entre sus actores. No obstante, existe la convicción de que se llegará a un acuerdo, el más amplio posible, al menos en este momento histórico.

Por otro lado, lo que comenzó a agitar las aguas no es la interna, sino lo que puertas para adentro se considera un nuevo desplante de la política para con el sindicalismo expresado en la CGT. El armado de listas redujo la capacidad del Movimiento Obrero en el universo legislativo, los acuerdos se tejieron en silencio sin contemplar las necesidades de la clase trabajadora. Esto repercutió hacia adentro de la Central e hizo tronar el malestar.

No es para menos. En un proceso de crisis gran parte de la base observa con paciencia zen como los resultados de la política gubernamental tardan en llegar. La creación de empleo está en el enunciado discursivo pero hace agua en la práctica. El gobierno, en materia económica, prefiere recostarse sobre el terreno fangoso del desarrollismo antes que en la economía social del peronismo, lo cual deja en evidencia que su alianza social apunta más a congraciarse con la clase media que con los trabajadores.

No son pocos los que dentro del ámbito sindical ven como una vez más un gobierno del palo nacional y popular considera a la clase trabajadora como subalterna. Sin embargo, a pesar de estos malestares internos nadie se confunde ni habla de ruptura. Por el contrario, lo que se busca es incentivar el debate. Esto, por otro lado, no reaviva viejas disputas, sólo  sostiene un diagnóstico que perdura en el tiempo y es el relegamiento que tienen los sectores populares en los estamentos de toma de decisiones.

Vale preguntarse, por otro lado, a quién representaría un nuevo grupo colegiado frente a la CGT. Las relaciones de fuerza se encuentran dispersas por la alta fragmentación que padece el Movimiento Sindical, lo cual dificulta la identificación de grupos en pugna. En el último tiempo las voces más resonantes, como por ejemplo la de Pablo Moyano, le bajaron los decibeles a la discusión centrándose en la importancia de gestar una unidad amplia que contenga a la mayor cantidad de espacios posibles.

Con el transcurrir del tiempo algunos posibles emergentes también se diluyeron. Si en algún momento sonó con fuerza la candidatura de Sergio Palazzo, impulsada por operaciones mediáticas, más que por potencia de actores sindicales, esta hoy se encuentra demasiado lejos de concretarse. Es que su postulación en la lista del Frente de Todos alejó de lleno toda potencialidad, sea testimonial o concreta. No son pocos los que ven como una cruzada personal la candidatura del bancario más que un hecho consensuado con los espacios gremiales que lo contienen.

Una fuente cercana a la conducción de la CGT nos manifestó que “las designaciones que representan al Movimiento Obrero en las listas tendrían que acordarse en la Central. Pero la fragmentación que nos atraviesa impide que ello ocurra”. 

De acá a octubre, cabe consignar que aun no hay fecha exacta sobre la realización del Congreso electoral, se abren espacios de diálogo y negociación. Sabido es que el sindicalismo cegetista tiene su propia lógica y que no existen rupturas definitivas. En este contexto habrá que escuchar con atención a los propios protagonistas para no comerse ninguna curva.

El camino hacia la renovación de autoridades en la CGT comenzó a transitarse. El objetivo es respetar el verticalismo que hace tiempo constituye a la central bajo una conducción única, si eso no puede lograrse asistiremos a la conformación de un nuevo Triunvirato. Nada se descarta por el momento. Lo cierto es que el movimiento se demuestra andando.

 

 

 

2/8/2021

Subir