Producciones AGN

Glorias del fútbol: Alejandro Semenewicz y Víctor Legrotaglie en el corazón de los que admiraron sus virtudes

Por José Luis Ponsico

El “Polaco” Alejandro Semenewicz, nacido en el ’49 como Carlos Bianchi, Carlos “Inglés” Bábington y Enrique “Quique” Wolff, entre otros, integró el equipo más ganador de Independiente en toda la historia: tetracampeón en 1972, 73, 74 y 75.

De 1.80 metros de estatura, rubio, pintón, “5” generoso en Deportivo Morón en el ’68, al “11” mentiroso del “Rojo” entre 1970 y 1976, siempre solidario, inteligente, ubicuo, de notable despliegue físico, relevando a sus compañeros.

Víctor Legrotaglie, gloria mendocina, nacido en el ’36, camada gloriosa, en poco tiempo desde 1935, Enrique Omar Sívori, el “Nene” José Sanfilippo, antes Humberto Maschio; del ’36 también Oreste Corbatta. Poco después, Antonio Valentín Angelillo, Diego Bayo.

“El Víctor”, de 1.71 metros, igual a Corbatta, Sívori, el “Beto” Norberto Menéndez, zurdo cerrado, resultó para muchos el mejor futbolista de la historia de Mendoza. Armador, talentoso, habilidoso, rey del caño. Pegada, estrategia. Cerebral, líder.

Semenewicz, según Dante Panzeri, entrevistado en Mar del Plata por el autor de estas líneas, “una pieza decisiva por su concepto de equipo” en pleno ciclo de apogeo del “Rojo” con “Pepé” Santoro en el arco, el paraguayo Idalino Monges, selección guaraní, Ricardo Pavoni, capitán de Uruguay, lateral izquierdo, 40 goles. Tiros libres, penales.

Época notable del “Pato” José Omar Pastoriza, dueño del equipo rodeado de Miguel Angel “Perico” Raimondo, en el medio; arriba el genial Raúl Bernao, la gran promesa “Chirola” Héctor Yazalde, habilidad y gol. Campeones.

Desde el Metropolitano del ’70, la tarde de los penales que atajó Agustín Cejas a Aníbal Tarantini. Vuelta olímpica en “El Cilindro” de Racing. Los fallos polémicos del ex árbitro internacional Humberto Dellacasa.

Luego ganando Copa Libertadores 1972, 73, 74, las Interamericanas y la del Mundial de Interclubes con las fantasías de Ricardo Bochini y la potencia de Ricardo Bertoni. Un equipazo poco repetido en el tiempo.

En el mismo tiempo, “el Víctor” alcanzaba la gloria mendocina. En la primavera del ’71, Nacional, 5a fecha, antiguo estadio “Gasómetro de Boedo”, Gimnasia y Esgrima de Mendoza bailó y cinco goles a San Lorenzo, la base del bicampeón del ’72. El 5 a 2 Hazaña.

Legrotaglie, en 1959, vivió en la Capital Federal con 21 años. Una temporada inolvidable: Chacarita Juniors campeón. Ascenso y proeza con un recordado equipo. José “Pepe” Vázquez, central de lujo, fracturado por el cordobés Daniel Willington en el ’63.

Otro destacado, Oscar Raimundo Martín, luego capitán de Racing ’66, antes con el propio Vázquez, ambos selección nacional, Sudamericano de Bolivia, marzo ’63, un mes antes del “planchazo” de Willington.

Con ellos, el ala izquierda, así se decía, también de la selección, Mario Rodríguez, veloz, goleador, y Raúl Armando Savoy, otro zurdo talentoso de gran pegada. Ambos, luego campeones con Independiente de Manuel Giúdice. Un tiempo memorable.

La tarde donde Legrotaglie, 26 años, dirigió la orquesta en Boedo – Gimnasia mendocino ese año derrotó a Racing y empató con Boca – Dante Panzeri dijo: “El zurdo clásico, armador, ubicado como “8”, tiene espejo, el gran Gerson” en la sentencia.

El gran equipo mendocino en el Nacional ’71 goleó a San Lorenzo como visitante. Antes le ganó a Racing 2 a 1. En Mendoza empató con Boca, campeón el año anterior que viajó con todas sus figuras. El 2 a 2 daba brillo al dream team de Legrotaglie.

Comparó al “rey del caño” el Víctor con el genial artífice del juego Brasil ’70, campeón mundial, invicto, México ’70. “Gerson, Botafogo, crack total en el podio con Pelé, el imparable Garrincha, antes Zizinho, los notables”.

Mucho después, otro crack, Jorge Olguín, defensor de San Lorenzo – jugó en todos los puestos de la defensa – cuatro veces campeón “azulgrana” con Lorenzo primero, Zubeldía después.

Más tarde, con César Menotti, Mundial ’78, títulos con Independiente y Argentinos Juniors. Comentó siendo uno de los más ganadores en su tiempo. El cronista marplatense, alguna vez, cuando apareció en la primera del club Alvarado con 16 años, dijo: “Olguín es siempre una pelota bien jugada”. Corría el año 1967. Enseguida lo fue a buscar San Lorenzo de Almagro. Un pase insólito: se llevaba un defensor de lujo con edad de quinta división.

“En los ciclos de San Lorenzo, “Toto” Juan Carlos Lorenzo, luego Osvaldo Zubeldía, una vez nos bailaron: Gimnasia y Esgrima de Mendoza con la batuta de Legrotaglie”, confesión al cronista de antigua relación marplatense.

“Nosotros casi con todos los titulares. Esto es, Roberto “Overa” Telch, el “Lobo” Rodolfo Fischer, los juveniles Ramón Heredia, “Ratón” (Rubén) Ayala, el “Negro” Oscar Ortiz, el “Tano” García Ameijenda, entre otros. Nos comimos cinco“, afirmó.

“De ellos, además del Víctor, recuerdo al sanjuanino Fornari, al 5 de clase (Alfredo) Sosa, que pasó a Gimnasia y Esgrima de La Plata; Juan Carlos Ibañez que estuvo en Atlanta. Un plantel que alguna vez tuvo al “Panza” Mario Hernán Videla”, siguió.

Todo dicho: el fútbol sin tiempo. Tanto el “Polaco” Semenewicz, con un paso por la selección nacional convocado por Juan José Pizzuti, en la “Copa Ditborn”, en Chile, en el recuerdo de una victoria 4 a 3 y gran partido del todoterreno ex Deportivo Morón.

Legrotaglie metiendo “caños” en una baldosa pudo estar en los 40 con René Pontoni en San Lorenzo o en el Centenario de Montevideo con el “Botija” Wálter Gómez, el “9” que llegó a River en el ’50 y provocó un impacto.

El fútbol, como el arte mismo, no tiene ni región ni tiempo. Semenewicz y el Víctor estarán siempre en el corazón de los que admiraron sus virtudes.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

9/4/2024

Subir