Pensamiento Nacional

Tres tentaciones en las que el Movimiento Nacional debe evitar caer

*Por Damián Descalzo

Parafraseando al Papa Francisco que siempre habla de las tentaciones del diablo, me gustaría marcar tres tentaciones -entre varias que hay- que puede sufrir el movimiento nacional actualmente.

1.       Subestimar al adversario 

Milei fue subestimado durante mucho tiempo. Hoy también lo subestiman los que piensan que “va a durar poco”. No hay que subestimar la capacidad política de su narrativa discursiva.

La “política de la historia” de Milei, que culpa de todos los males nacionales al peronismo, ha prendido fuerte en diferentes sectores de la sociedad argentina. Eso hace juego con la necesidad de ajustar y pasar un tiempo de flaqueza para luego retomar la prosperidad y bonanza perdidas (este tipo de discursos se ha repetido muchas veces en nuestra historia y siempre contó con adherentes).

Entonces, no hay que caer en el análisis simplista del reduccionismo economicista. El plan económico de Milei puede beneficiar a una mínima parte de la población pero su apoyo nunca será solo ese, sino que hay otros factores que influyen (Macri obtuvo más del 40 % de los votos en 2019 habiendo gobernado a favor de una minoría insignificante).

Y entre esos otros factores, juegan elementos ideológicos (política de la historia, mística del ajuste, antiperonismo, antikirchnerismo, etc) que están más allá de la situación material de cada ciudadano.

2da. Tentación: hacer una oposición “progre”

Gran parte de los errores de los últimos años del Movimiento Nacional fue otorgarle excesivo protagonismo a la agenda progresista que te aleja de los problemas reales del pueblo.

Es muy probable que diversos miembros del gobierno nacional intenten instalar temas delicados para el progresismo (aborto, lenguaje inclusivo, diversidad y educación sexual, temática de género, etc), con la intención de confrontarlos. Primero, porque saben que esas cuestiones generan división hacia el interior del movimiento nacional y, todavía más importante, porque saben que su posición sobre esos temas, está más cerca de la opinión y el sentir de la mayoría de la población.

Entonces, considero necesario que la oposición a Milei gire en torno a cuestiones centrales como la situación económica y la defensa del interés nacional (recursos naturales y empresas estratégicas).

3era. Tentación: división del Movimiento Obrero 

Era previsible y con la movilización del 27 de diciembre quedó demostrado, que el Movimiento Obrero va a ser el actor principal de oposición a Milei.

Es una constante de la historia política argentina de los últimos 70 años: los gobiernos antiperonistas siempre buscan debilitar al Movimiento Obrero y los sindicatos aparecen como la principal barrera contra las políticas antipopulares. Siempre se buscó dividir al sector sindical; lo hizo desde la llamada “revolución libertadora” hasta Macri, pasando por Ongania, Alfonsín, De la Rúa y otros. También lo va a intentar Milei. En todos esos gobiernos hubo expresiones que defeccionaron, se sumaron y dieron apoyo por algún beneficio pasajero particular en contra del interés general de los trabajadores. No me refiero con esto a que, en defensa de los intereses de un sector o de un asunto concreto, un sindicato pueda sentarse a negociar (la CGT se sentó a negociar con los que derrocaron a Perón a los pocos días del golpe de 1955 y lo hicieron en defensa de los derechos de los trabajadores).

Es decir, no me refiero con esto a promover esa actitud gorila de ver traidores en todos lados, como suele hacer el antisindicalismo disfrazado de “compañero”, con su insoportable tendencia a la intransigencia ideologizada. Pero sí me refiero a dirigentes que, lo han hecho en el pasado y lo pueden volver a hacer, venden su capacidad de dividir el sindicalismo y, de ese modo, debilitar la fuerza opositora al gobierno. En esas circunstancias se verifica, con toda nitidez, aquello de la “tentación”. Porque por una ventaja de acá y otra de más allá, se puede conspirar para quebrar la unidad sindical. He ahí una gran y peligrosa tentación (toda tentación conlleva un peligro), porque la unidad del movimiento obrero es esencial para detener los planes de Milei en contra de los derechos de los trabajadores.

Pero confío en la prudencia de la mayor parte de la dirigencia sindical y estoy persuadido que sabrá escaparle a la tentación divisionista que estimulará Milei y seguirá defendiendo la causa de los trabajadores. En particular, porque los conozco a muchos de ellos, tengo plena confianza en la nueva camada de jóvenes dirigentes sindicales que viene asomando y que tiene profunda conciencia de lo que está en juego en el país actualmente.

En definitiva, consideramos fundamental que se ponga empeño, sin subestimación alguna, en conformar una oposición unificada contra Milei, que esté basada en una agenda que atienda los problemas genuinos del pueblo (su situación económica) y la defensa del interés nacional (recursos naturales y empresas estratégicas) sin perderse en otras cuestiones de menor importancia.

 

 

 

*Abogado y Magister en Derecho del Trabajo. Docente universitario UBA-USI. Autor de los libros: Haciendo Justicia Juntos; General Jorge Leal: Héroe del Polo Sur y prócer de la Patria Grande y de ¿Cómo se gestó el peronismo?, Dios, Patria y Justicia Social.

 

 

 

29/12/2023

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