Diario de la FeMPINRA

Trabajadores portuarios eventuales de Puerto Deseado: “No puede ser que el hilo siempre se corte por lo más delgado”

Por Redacción

Si a los efectos regresivos de la pandemia se le suma la carencia ética de los empresarios que no manifiestan empatía con la realidad social, la situación de los trabajadores, de diversos ámbitos de empleo, se precariza a pasos agigantados. Con ese telón de fondo urge que el Ministerio de Trabajo de la Nación, a instancias de políticas activas por parte del Gobierno, se inmiscuya en defensa de los derechos laborales de los trabajadores.

En este contexto, los trabajadores portuarios eventuales de Puerto Deseado, Santa cruz, emitieron una carta abierta para dar a conocer la situación que padecen. A continuación, AGN Prensa Sindical reproduce en toda extensión dicho documento, firmado por Silvio Santi referente del SEAMARA y Mario Orellana, del Sindicato de Guincheros, ambos representantes gremiales de dicha localidad.

“Somo eventuales, esto quiere decir que vivimos el día a día si no hay descargas de buques o exportaciones, no trabajamos y por ende, no cobramos. Normalmente se trabaja con calamar, langostino, centolla y merluza, esto quiere decir que dependemos de los tiempos de las zafras de cada recurso. 

Dicho esto, el conflicto para nosotros comienza cuando los compañeros, del Sindicato de Trabajadores de la Alimentación, van a paritarias por mejora salarial, en el cual tienen todo nuestro apoyo. 

El conflicto de agrava porque hubo, aproximadamente, 100 despidos por parte de las empresas, porque etiquetaron la situación como paro ilegal. Su medida fue cortar las entradas de las plantas sin que nadie entrar ni salir, como así también las mercaderías. Esto lleva una duración de 25 días, aproximadamente. Las empresas, al no poder meter la mercadería, no ingresaron los barcos y nosotros nos quedamos sin poder trabajar. 

Mientras tanto, entra en conflicto el SOMU y esto conlleva que los barcos no salen a pescar  con el comienzo de la zafra de langostinos, en el cual los que no quieren sacar los barcos son las empresas, porque supuestamente les da pérdidas por la situación de la pandemia. Cabe aclarar que el conflicto viene por parte de la empresa, por querer llevarse puesto al convenio colectivo vigente y que los compañeros salgan a la baja de un 40 %. 

Acá entra una contradicción; no sacan los congelados pero si los fresqueros. Entonces, si no hay mercado y no es rentable por el precio internacional ¿por qué sí los fresqueros? El cual deja mucho laburo en las plantas pero poco en los marineros y portuarios ya que lleva menos gente. 

Cada año se suman más fresqueros a pesar pescar con habilitaciones nacionales y no se está cuidando el recurso y entonces va a pasar de ser una recurso renovable a una no renovable. 

En medio de todo nos encontramos nosotros (apuntadores, guincheros y estibadores de la localidad) donde dependemos exclusivamente de esto. El motor de la economía de la localidad por muchos años fue el puerto de Puerto Deseado y hasta el día de hoy – en menor medida – lo sigue siendo pero ya más como segundo plano porque la minería agarró mucha fuerza en toda la provincia. 

A todo esto nos preguntamos: Si cuando, a través del DNU Nacional, donde dice que somos trabajadores esenciales, en donde estamos obligados a prestar servicios ¿por qué no se le aplica de igual manera para las empresas? ¿Por qué siempre los platos rotos los pagan los trabajadores? 

Cuando estas mismas empresas explotan nuestros recursos y se lo llevan al exterior, dejan muchas divisas, pero esa carga no sale con valor agregado y si sale, es muy poco el porcentaje del total que sale con valor agregado. El gobierno nacional debería cuidar nuestro recurso y obligar a las empresas aunque sea que el 50 % o más se procese en Argentina. 

En media de esta coyuntura sala un comunicado de CAPIP donde da por perdida la temporada de langostino donde están nucleadas dos grandes empresas que trabajan en Puerto Deseado. Entonces nosotros tenemos que esperar en una incertidumbre ¿qué vamos a llevar para comer a nuestras familias, si no va  a haber temporada? En síntesis, si esto llega a ser un hecho concreto vamos a estar parados desde hoy hasta que comience de vuelta la temporada de calamar el año entrante. 

Si sumamos los tres gremios del puerto somos, aproximadamente, 300 personas que se quedan son trabajo y en total, agregando a los despachantes de aduana, los que arreglan los barcos, los camioneros que trasladan las mercancías, los proveedores de víveres, agencias marítimas, etc. Nos quedaríamos sin poder generar un solo ingreso aproximadamente 800 personas. 

Después hay que sumarle las plantas que van a estar paradas y los marineros sin poder embarcarse. El tema es muy complejo. Se llegó a un punto donde no parece haber retorno. La que está en riesgo es el sector pesquero de toda la Patagonia y del país y al parecer la culpa siempre es de los sindicatos. Esto se tiene que solucionar y todos poner su parte. No puede ser que el hilo siempre se corte por lo más delgado. Acá no sabemos si el Estado Nacional está haciendo algo para solucionar esto, ya que desde la provincia vinieron varios Ministros y no se pudo destrabar nada. Al municipio, como mediador, ya lo excedió. La verdad, no se ve un horizonte claro a todo este problema. 

Las empresas hablan de pérdidas, pero nunca mencionan las ganancias. Porque es los últimos tres años se hizo record en toneladas de langostinos, remontó mucho el calamar en mismo lapso y en plena pandemia, el calamar – al ser de primera necesidad en algunos lugares de Europa y en China – alcanzó niveles superlativas de exportación. 

Estamos ante una incógnita, donde las empresas donde las empresas se llevan el recurso, los depredan, no lo cuidan y ni siquiera le dan valor agregado, sino que se la llevan a sus cámaras para pararte el valoro agregado ahí y generando puestos de países en otros países.  En resumen, no tenemos ningún panorama de cuantos barcos van a salir, si es que salen, y si van a entrar en nuestro puerto, porque dicen que somos conflictivos. 

Por eso también nos solidarizamos con los compañeros del STIA y con el SOMU porque se está generando un “lockout patronal” (tal como está señalado en el documento que publicó la FeMPINRA exigiendo la normalización de nuestra problemática ) donde siempre perdemos nosotros, los que ponemos en riesgo la vida – trabajando en plena pandemia y a merced del CORONAVIRUS – para que la riqueza se concentre en unos pocos, mientras los poderosos lo miran como si fuera parte de una serie de televisión desde un sillón tomándose un trago. 

Creemos que es hora de unirse más que nunca y por eso nos juntamos con todos los gremios del sector para pedir que se tomen cartas en el asunto para que el Gobierno Nacional actúe y para que, por una vez, se deje de castigar al trabajador y darle lo que corresponda. 

Creemos que va siendo siendo hora de cambiar esto. Como país no podemos permitir que nos saqueen y hagan y deshagan como quieran. ¿Cómo puede ser que la gran mayoría de los que explotan el recurso sean extranjeros? Y no solo los que pescan, sino también en todo el ámbito, son contadas las empresas nacionales o con capitales argentinos. 

Después de más de 200 años seguimos siendo el granero del mundo. 

 

 

 

17/07/2020

 

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