Diario de la FeMPINRA

Para que un día el interés marítimo sea colectivo

*Por Walter Castro

Se dan múltiples y variadas formas a la hora de explicar el verdadero sentido que le queremos dar a la palabra intereses y más cuando los mismos están ligados a cuestiones que venimos desatendiendo a lo largo de nuestra historia. Los intereses son el provecho, la ganancia, en este sentido, interés también designa, en economía, el lucro obtenido a partir de un capital.

Asimismo, el interés también se refiere al valor de algo. Nuestro país, nuestra historia y por sobre toda las cosas nuestros funcionarios, viven de espalda hasta de la raíz etimológica de la palabra ya que la misma, proviene y deriva del verbo IMPORTAR.  Realmente muchas veces da la sensación que los intereses marítimos no importan mucho, se deben explicar y machacar sobre cuestiones que deberían ser de estado y sin embargo, en pasajes muy largos de nuestra historia, en lo referido a intereses marítimos, el Estado toma un rol de espectador dejando que potencias, del otro lado del mundo, tomen determinaciones por nosotros hasta en detrimento de la nación.

También como interés podemos referirnos a la dedicación que alguien demuestra por algo y ahí está el mal ejemplo. Si nos interesan los intereses marítimos por qué no le aportamos la verdadera dedicación que se merece nuestra zona económica exclusiva (Z.E.E) cuando la misma, en lo referido a lo marítimo, es exponencialmente mayor a la zona continental.

Debiéramos ejercer bien el rol de la defensa de los intereses económicos ya que de ahí medimos la rentabilidad,  dicho en criollo:  el interés es el precio que deben pagar las personas por usar fondos ajenos y ahí tampoco lo estamos haciendo como corresponde y desatendemos otra mirada que debiéramos tener sobre el interés compuesto, al no atender los intereses marítimos, la pesca, la actividad naval y portuaria estamos desatendiendo a aquel interés que produce un capital al cual se le van acumulando sus réditos, lo que significa que atentamos contra nuestros futuros beneficios.

Todo este marco de situación va sentando las bases para que ni siquiera ejerzamos nuestros intereses legítimos Este es el interés que debiéramos ostentar como Nación para, como tal, ser reconocidos y protegidos por el derecho. De allí podemos decir que el interés legítimo es una situación jurídica que se ostenta en relación a otra Nación y nos otorga la facultad de exigir un comportamiento ajustado a derecho.

Para ello debemos ser férreos custodios de lo nuestro, no tender lazos económicos con quienes no reconozcan este derecho, no compartir información fundamental de nuestro caladero y plataforma marítima y mucho menos auto violentar nuestras propias leyes como es el caso de la ley 26.386 la cual refiere a la imposibilidad de contar con operaciones en el continente a empresas que ostenten licencias y pabellón de Malvinas.

En esta semana, de múltiples jornadas recordatorias de nuestros intereses marítimos, solo queremos destacar tres hechos que nos alejarían de la posibilidad de que algún día los intereses marítimos sean de interés público.  En primer lugar:  la confirmación oficial, por parte del gobierno de ocupación en Malvinas, que anuncia para este fin de mes el inicio del muelle de aguas profundas por parte de la empresa Bam Nuttall, dicho puerto será construido en adyacencias del actual muelle de Stanley Harbour y beneficiará a los usuarios de los sectores de la pesca como del transporte marítimo, esto sin dudas cambiará para mal la realidad de nuestros puertos patagónicos, ya que se podrán blanquear los transbordos en alta mar.

En segundo lugar, y no menor, está la demostración, innecesaria, de fuerzas y despliegue bélicas por parte de Inglaterra en las Islas Malvinas, las mismas consistieron en la unión del buque HMS Forth, al ejército y la raf para realizar ejercicios combinados que consistieron en un simulacro del conflicto que tuvo lugar en 1982. Y a uno como argentino le cuesta digerir estas cosas, pero ellos SI tienen intereses marítimos. Nada es casual.

Por último,  resaltar el dato estadístico económico que se dio a conocer esta semana y por el cual sabemos que los astilleros “gallegos” volvieron a ejercer su supremacía a nivel mundial, colocándose en el top ten de los contratos para construcciones navales, esto no debería un cuarenta por ciento del salario no pueden operar más…entonces es rentable la actividad ¿o no?

A esta altura ya bien cabe el interrogante, si el Interés público se refiere al bien común de la sociedad y de allí que en defensa de ese interés hasta se pueden justificar las acciones bélicas. Si las acciones de un estado, en salvaguarda del interés público, deben estar encaminadas en defender las necesidades o conveniencia del pueblo…Cómo es posible que en nombre de todos estos intereses enumerados no podamos dictar políticas claras que defiendan nuestros intereses supremos que son los del trabajo que nos van quitando, la de los muelles que asemejan taperas abandonadas, la de industrias que desaparecen en silencio, los pueblos que van mutando sin esas industrias, las construcciones encargadas al exterior, el saqueo constante de nuestros recursos, tener casi el doble de territorio marítimo ocupado por la fuerza que todo nuestro territorio continental.

Tenemos que discutir de puertos, transferencias de cargas y hay que discutirlo. Tenemos que discutir de la Hidrovìa y hay que discutirlo. Pero ojo, que no nos distraigan ahí nomás, a la vuelta de la esquina; está la discusión por la distribución de cuotas pesqueras para nuestro caladero, sobre nuestros recursos en la que hoy son patrones de estancia un puñado de multinacionales, algunas manejadas por fondos de inversión.

De cómo salgamos de estas tres discusiones veremos cuánto pesan, para nuestra clase política, los intereses marítimos. Hoy una empresa de capitales netamente españoles y americanos con todas sus construcciones en el exterior y que se lleva toda la producción a manufacturar a Europa capture el sesenta y cinco por ciento (65 %) del total permisible, mientras otra empresa con capitales nacionales, con todas sus embarcaciones construidas en el país, con toda su gente registrada y manufacturando todo lo capturado en nuestro país solo capture el tres por ciento (3 %). Hasta el día que no modifiquemos esa realidad “Los intereses marítimos NO serán de interés colectivo”.

 

17/07/2020

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