Por Redacción
La Iglesia Católica dio comienzo este domingo a la Semana Santa con la celebración del Domingo de Ramos, que conmemora la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén. La misa, realizada en la plaza de San Pedro, fue presidida por el cardenal argentino Leonardo Sandri, prefecto emérito del dicasterio para las Iglesias Orientales y actual vicedecano del Colegio Cardenalicio, en representación del Papa Francisco, quien no encabezó la ceremonia por razones de salud.
Al final de la misa, el Papa sorprendió a los fieles con su aparición en la plaza, donde les deseó una “buena Semana Santa”. En su homilía, el Papa Francisco destacó la figura de Simón de Cirene y su relación con Jesús. “Simón de Galilea (Pedro) dice, pero no hace. Simón de Cirene hace, pero no dice; entre él y Jesús no hay ningún diálogo, no se pronuncia ninguna palabra. Entre él y Jesús sólo está el madero de la cruz”, afirmó el pontífice.
Además, el Papa reflexionó sobre cómo la cruz, aunque inicialmente impuesta, puede convertirse en un lugar de encuentro con Cristo si se asume con amor. “El Cireneo es forzado a llevar la cruz; no ayuda a Jesús por convicción sino por obligación”, explicó Francisco. Y agregó: “Pero este acto forzado pronto se convierte en encuentro con Jesús y participación en su pasión: se encuentra en primera persona participando en la pasión del Señor”.
Finalmente, el Papa hizo un llamado a los fieles a asumir el sufrimiento ajeno y ser apoyo para el prójimo: “Sigamos ahora los pasos de Simón, porque nos enseña que Jesús sale al encuentro de todos, en cualquier situación. La pasión de Jesús se vuelve compasión cuando tendemos la mano al que ya no puede más, cuando levantamos al que está caído, cuando abrazamos al que está desconsolado”, concluyó.
14/4/2025
