Por Redacción
La contundente victoria del peronismo en la provincia de Buenos Aires dejó en evidenció el fin de la legitimidad social del ajuste libertario sobre el cual el gobierno impuso la volátil apariencia de estabilidad económica. En su último informe, el Centro de Estudios Scalabrini Ortiz (CESO), indicó la derrota electoral golpeó de lleno la credibilidad de Javier Milei y su equipo económico, ya debilitada por sucesivos cambios en el régimen cambiario pese a la promesa presidencial de no alterarlo.
En su diagnóstico, el CESO señaló que, apenas ratificado el rumbo económico, se produjo una masiva venta de acciones y bonos argentinos junto con una fuerte demanda de dólares. En ese contexto, tanto Milei como el Ministro de Economía, Luis Caputo, insistieron en que no habría modificaciones en la política fiscal, monetaria y cambiaria.
En este contexto, el informe del Centro, remarcó que esa postura implicaría reforzar la política de suba de tasas y de venta de dólares futuros y presentes, con un Banco Central que dispone de un poder de fuego de unos USD 20.000 millones, el equivalente al último crédito del FMI. Esos fondos “se irían por la canaleta de la fuga de capitales”. De modo tal que “vender reservas mientras se amplía la liquidez en pesos post octubre vía dólar futuro y pasivos remunerados a tasas récord, es una buena forma de asegurar un estallido cambiario después de las elecciones”.
El CESO recordó que a comienzos de agosto se aplicaron fuertes subas en los encajes bancarios. Pasaron del 36% al 40% en cuentas a la vista, del 30% al 40% en los fondos comunes de inversión “money market” y días después llegaron al 45%. El 19 de agosto se endurecieron las penalidades y se exigió el cumplimiento diario. Cuatro días más tarde se elevaron al 50% y finalmente alcanzaron el 53,5% desde septiembre, aunque con la posibilidad de integrar con letras del Tesoro y con remuneración.
El Centro afirmó que los encajes treparon a los niveles más altos en tres décadas y que esa medida revirtió el plan original de licuar los pasivos remunerados del BCRA. Las tasas récord no lograron frenar las presiones cambiarias antes de la elección y, según el organismo, difícilmente lo consigan después de la derrota del oficialismo.
El análisis, planteó un segundo escenario posible: la salida de Caputo y el ingreso de Federico Sturzenegger, junto con la decisión de liberar la flotación del dólar. Para el CESO, esa política “podría derivar en una espiralización inflacionaria que acentúe la corrida cambiaria generando una situación social ingobernable”.
Por otro lado, el CESO aseguró que «en el presente, con un riesgo país arriba de los 1.000 puntos, esa fantasía oficialista se ha vuelto ciencia ficción. La reestructuración de la deuda externa se vuelve el escenario más probable, siendo el debate si se tratará de una reestructuración “amigable” (vía fuerte incremento de los compromisos futuros), dura (con quita) o directamente se entrará en una cesación de pagos».
El informe expuso que la suba de las tasas activas encareció el crédito, redujo el stock de préstamos en pesos y elevó la morosidad a niveles cercanos a los de la pandemia. De cara a lo que viene, el CESO concluyó que la profundización del ajuste monetario y la incertidumbre cambiaria anticipan un mayor deterioro en los indicadores de la economía real.