En una semana, al Presidente de la Nación le pasó de todo. Un viaje al Chaco, habitualmente no recorre el Interior, por una reunión del universo evangélico en el Norte. Nada menos que la inauguración del templo más grande del país. Se reunieron 25 mil fieles. Milei en su salsa.
Sin embargo, la cosa se complicó cuando el pastor evangélico Pablo Ledesma, virtual «dueño de casa», hizo una confesión que transgredió todas las religiones: aludió a un «milagro» de un dinero puesto en caja de seguridad, 100 mil pesos convertidos en 100 mil dólares. De impacto.
Enseguida, buena parte del universo de la Iglesia Evangélica salió al cruce. En «América 24», Eduardo Feinmann puso en aprietos al pastor Ledesma, al punto que en la entrevista cambió las cifras, lo cual agravó todo. A través del tiempo hubo casos que dejaron mal parado al mundo de los evangélicos. La tragedia de Guyana, nov ’78, cuando el reverendo Jim Jones, hijo de pastores escoceses, radicado en California, reunió a casi mil fieles y su prédica los llevó a un «suicidio colectivo».
Unos 917 murieron por ingerir cianuro. Jones murió al tiempo en un enfrentamiento policial. El antecedente más terrible. En los ’80 alcanzó dimensión mediática la impronta del pastor Giménez, que tuvo una virtual sala cinematográfica en zona de Almagro, Av. Corrientes al 4500. Un clásico.
Administraba su esposa, «la pastora Irma», y todo terminó en un cuasi-escándalo. Fines de los ’80. La semana para Milei, saliendo de los evangélicos, continuó con derrotas en el Senado y una polémica con los gobernadores, los opositores y los que hasta aquí lo acompañaron.
En el medio, la entrevista al ministro de Economía, Luis «Toto» Caputo, relato de Alejandro Fantino, al develar «un off» algo poco creíble, produjo sismo en los mercados. Fantino anticipó una crisis en los tiempos cercanos a las elecciones de octubre. «El barco será sacudido», dijo.
Enseguida, el gobierno de Milei recibió una paliza en el Senado por el proyecto que sirve a los jubilados y a los que padecen discapacidad, como enfermedad. Casi, casi, como la que brindó el PSG al Real Madrid. Unos 52 votos contra un par, contrarios. Entre negativos y abstenciones. Caputo debió salir a desmentir. En el gobierno se agudizaron diferencias entre el otro Caputo, el asesor estrella, y Karina Milei, que sigue la orientación de su actual pareja, Eduardo Lule Menem. Se dice en las esferas de la Rosada que Guillermo Francos dejaría el lugar que ocupa.
El crecimiento del «Lule», enfrentado a «Santi» (Caputo), expertos en ejercer el poder, las sombras, ubica de nuevo a Milei, presidente, en zona fronteriza. Entre la economía, reto a gobernadores y su paso por el Chaco con los evangélicos, tras el fracaso en Tucumán. El 9 de julio, «Día de la Independencia», la propuesta del gobierno fue repetir la escena del «Pacto» 2024, ahora solo cuatro estaban confirmados sobre veinte del año pasado. El santafesino Maxi Pullaro avisó: «Recibí la invitación, pero no la abrí». Uno menos.
Antes, el escándalo de las cripto produjo nuevos capítulos. El empresario del negocio, Haydel Davis, reconoció que en enero 2025 estuvo más de una vez con Javier Milei, quien pretendía conocer el «mundo cripto». En feb ’2025, cuando Milei difundió las bondades del universo cripto, Davis hizo una transferencia por 1.350.000 dólares. Poco después, el otro artífice, Mauricio Novelli, ocho veces visitante de Karina, mandaba a su madre y hermana a retirar dinero «en grande» de cajas de seguridad.
Entretanto, en Diputados, el titular de la Cámara, Martín Menem, y desde la banca el legislador José Luis Espert, hace un mes que traban el funcionamiento de la «Comisión Investigadora» de la colosal estafa. Algo que complica más al gobierno.
Si algo faltaba, hubo un cruce patético entre Patricia Bullrich y Victoria Villarruel. La primera instaba a la vicepresidenta a que dejara sin efecto la sesión decisiva del Senado, jueves 10/07. La respuesta de Vicky tan contundente como el pasado de la Pato.
«Usted, que perteneció a una organización terrorista, no puede dar lecciones de democracia», mandó la Vice a la ex militante de «Montoneros», devenida en «escudera» del gobierno de Milei. La puja viene de lejos. Villarruel quería tener influencia en Seguridad y Defensa.
Milei y su corte —Patricia Bullrich, «Toto» Caputo, Guillermo Francos y Fantino, entre los primeros— denunciaron que el Senado ponía al gobierno en la antesala de un «golpe institucional». Al mismo tiempo, funcionarios del oficialismo en el Senado boicoteaban la votación.
Como chicos del secundario, movieron un fusible y desactivaron el tablero electrónico para evitar la paliza de los 52 votos de la oposición. José Mayans, al cabo, desde su oficio peronista, pidió votación por lista. El gobierno denunció «golpe» y el Senado sin tablero. El mundo al revés.
«Nunca es triste la verdad; lo que no tiene es remedio». De Joan Manuel Serrat, Barcelona, 1971. Igual, Milei y sus amigos están lejos del reverendo Jim Jones. Por suerte.
*Columnista La Señal Medios, Mundo Amateur, Víctor Lupo, Agencia Nacional y Popular, AGN-Prensa y De Memoria.