Milei contra Kicillof: el ataque del odio

*Por José Luis Ponsico 

En su aventura política, hacer Campaña proselitista, provincia de Buenos Aires, el Presidente Javier Milei, leyendo escritos del colaborador «escribiente», Agustín Laje, quizá papel carbónico, despotricó contra el gobernador bonaerense reelecto, Axel Kicillof. Otro ataque de odio.

Antes, siempre diatribas contra Cristina: «El último clavo al cajón». Ahora, Kicillof ‘Enano soviético’ apoyó a sus candidatos que son los que traicionaron a Mauricio Macri. Nada que ver discurso de lealtades políticas. Ni hablar de la Cripto, las valijas en Ezeiza, nada de eso. Sólo crueldad.

Algo más de una hora de diatribas, descalificaciones al gobernador, al que pintó de «Enano comunista» en confrontación política, estilos, muy poco edificante para el electorado en general. En especial, el bonaerense. Quizá haya desatado la furia porque está perdiendo.

Olvidó Milei, él no es más alto que Kicillof. No hace mucho, en otro acto (La Matanza) estuvo parado sobre apoyo cuando estaban todos sus candidatos detrás de la pancarta «Nunca más», dedicado al kirchnerismo, para parecer más alto. Todo en Milei y su gente es una estafa.

«Del ridículo no se vuelve», dirían desde la tribuna de enfrente, en un territorio que hace 70 industrializó el Peronismo – Primer Plan Quinquenal, 1947/52. Allí hicieron veinte mil obras públicas. Sólo en la gestión Ramón Carrillo, la salud, 22 hospitales públicos.

Aquí Milei sólo destruye con un discurso repetido, al que ya ni los suyos creen. Nunca una obra pública. Un hospital, una escuela, una ruta. Todo resume a la «patria financiera»: millonarios créditos del estafas con Cripto moneda. La valija en Ezeiza, el oro depositado en el exterior.

Su principal candidato en la provincia de Buenos Aires, José Luis Espert, que en el Congreso desde «La Libertad que avanza» estuvo 45 días frenando la comisión investigadora de las Cripto. En sus discursos más recordados habló de «Meter balas» a una delincuencia que crece.

En todos los casos, por la política liberal, cierre de fábricas, fuentes de trabajo, gente en la calle, miles en situación de indigencia, decenas de indigentes corridos por policías que se parecen a los «escuadrones de la muerte». Así crecieron los suicidios en el año y medio de Milei.

Kicillof dice: «No tienen vergüenza». Milei lleva su discurso a la Campaña porque no puede dejar a Espert, tampoco a Cristián Ritondo, denunciado por negocios inmobiliarios en Miami y Pinamar. Menos a Diego Santilli, votando en contra del Hospital Garrahan, donde hace 15 años le salvaron a un hijo.

El Partrido de Milei se basa en una  sortija  llamada «Libertad». Le robó el Parido a Macri, virtualmente expulsó de sus filas a sus máximos colaboradores cuando empezó su aventura política. Esto es Carlos Kikuchi, Nicolás Posse, Carolina Píparo, «recuperada», Carlos Zago, Marcela Pagano, entre otros.

La falacia de la inflación controlado con los comercios vacíos. En un año cerraron 100 restaurantes. Se habla de 12 mil PYMES, Pequeñas y Medianas. Unos 240 mil empleos registrados. En acuerdo con el Campo, baja de retenciones, tributo a la Oligarquía.

Según el economista Claudio Lozano, unos 1.250 millones de dólares anuales. En tanto, los jubilados siguen penando, recibiendo golpes a los 80 años por parte de la represión policial y Gendarmería de Patricia Bullrich, de extenso recorrido político, en tanto Milei dice terminar con la Casta y el pasado.

La antigua fábula del pastor y sus ovejas anunciaba que un lobo, de noche, atacaba sus vejas y no era cierto. Parte del Pueblo le creía y lo respaldaba. El día que ocurrió nadie le creyó. A Javier Milei deben avisarle que el kirchnerismo no estuvo en el fusilamiento a Dorrego en 1828.

 

Continuará

 

 

 

 

* Columnista La Señal Medios, Mundo Amateur, Víctor Lupo, Agencia Nacional y Popular  AGN-Prensa y De Memoria.

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