Opinión

La única verdad es la realidad: Movilización masiva y demandas sociales

Por Gustavo Ramírez

El golpe fue fuerte. A la mandíbula de un gobierno que se recuesta en el relato fantasioso, artificial, de un mundo imaginario y de un país imposible. Al mismo tiempo, ante acontecimientos históricos como el del último martes, la virtualidad pierde peso específico. Lo real concreto, la sustancialidad de la movilización masiva, reconfigura el mapa político desde la periferia. Ante la convulsión reaccionaria, la comunidad salda sus contradicciones secundarias y acciona de manera contundente, dotando de contenidos irrefutables sus movimientos.

Milei deambula por los círculos de infierno tocando las puertas de los demonios que lo azuzan, en ese territorio imaginado, como quien atiza el fuego de una hoguera para evitar su extinción. Sus “éxitos” no son más que rémoras de franquicias obsoletas que tienen como único contenido a la calamidad social. Su virtualidad es al mismo tiempo el laberinto donde se encerró para cumplir con el pago de su deuda con la oligarquía. Nada más, pero también nada menos. Porque ese desvarío patológico tiene un impacto mortal para el conjunto de la población.

Al mal llamado “libertario” le dolió el esqueleto de su porosa inhumanidad. No fue fácil la jornada. El miedo no caló. De hecho, la masa movilizada se burló de él con memes tangibles, improvisados en la misma calle. La ocurrencia popular se acordó de su mascota imaginaria y le dedicó un minuto de silencio y al mismo tiempo le recordó que se puede meter el “protocolo” en el culo.

¿Qué hizo el presidente? Respondió que las y los universitarios, que las y los trabajadores, solo defienden sus propios intereses, que son los intereses de la casta. En realidad blanqueó lo que su desvarío ideológico anunció tiempo atrás: su profundo desprecio por las clases populares. Es decir, el mandatario actúa por revanchismo en función de su propio desclasamiento. Desprecia la manifestación popular porque no puede ser parte de su celebración.

Como en ocasiones anteriores, el pueblo trabajador se manifestó en paz y celebró la “cultura del encuentro” y sin despojarse del contenido político. Ya ni siquiera importa el número de la masa. Las organizaciones universitarias estimaron 800 mil personas movilizadas en la Ciudad de Buenos Aires y más de 1 millón a nivel nacional. En todo caso, es mucha gente activa. Sobre todo porque, lejos de la representación enfermiza del presidente, la heterogeneidad signó la jornada que fue algo más que una mera protesta o reivindicación de la universidad pública.

A partir de ahora nada será igual para el gobierno. Gran parte del pueblo le perdió el respeto. Su sueño monárquico se aplastó y su trono quedó desnudo e indefenso. Claro que esto no es suficiente todavía para torcerle el brazo, pero es importante para demostrar que la derrota electoral no se tradujo en rendición política.

Una vez, contra el pronóstico de los viejos libros demo-liberales y de la izquierda trotskista, la iniciativa del ordenamiento popular la tomó la clase trabajadora con sus organizaciones sindicales al frente. La ampulosa majestuosidad del derrotismo, que anida en círculos románticos de un pasado anquilosado en la frustración maniquea y en el escepticismo impostado, se resquebrajó en el mismo instante que la Confederación General del Trabajo lanzó su plan de lucha durante el mes de enero. Pasó antes y vuelve a ocurrir.

El “fenómeno” Milei quedó reducido a una maqueta de monstruo. El diagnóstico de la calle fue más rotundo y preciso que el de los dirigentes políticos que se pasean por los estudios de televisión para ver dónde pueden rapiñar algo de audiencia. El gobierno “anarco capitalista”, además de ser un oxímoron, representa el retorno al pasado que la sociedad rechazó con énfasis hace tiempo. Es cierto, el público se renueva, pero Milei no es el dueño de los votos ni de la imagen positiva. Apenas si llega a ser el autor de sus propios posteos en X.

La cadena del último lunes lo emparentó directamente con Martínez de Hoz. Por lo tanto, la expresión popular del martes se inscribió también en esos contornos. Ahora bien. El presidente tendrá que tomar nota que continuar por este sendero, con los antecedentes cercanos, es un riesgo muy grande para la integridad física de su gestión virtualizada.

Arrastrarse en el infierno mendigando la atención de los demonios tiene un costo, aunque el mandatario sostenga que no tiene nada que perder. Cuando el pueblo se cansa no hay vuelta atrás. Milei se tendrá que preguntar, a partir de ahora, hasta cuándo el Diablo le sostendrá la mano. El infierno no suele ser encantador si el Diablo descubre que lo han querido estafar. Tampoco suele compartir su lugar con perros muertos y con amos que hacen de mascotas.

Lo que es

El Frente Sindical de Universidades Nacionales, el Consejo Interuniversitario Nacional y la Federación Universitaria Argentina, dejaron en claro ayer que “la Universidad Pública argentina atraviesa un período crítico como consecuencia de las políticas implementadas por el gobierno nacional”.

Aclararon que llegaron “a marzo de 2024 con un presupuesto de gastos a valores de septiembre de 2022. El incremento del 70% de estas partidas, dispuesto para el mes de marzo, más el reciente anuncio, en el marco de esta convocatoria, de un 70% adicional, constituyen un aliciente aún insuficiente en tanto la inflación fue de un 300% en el mismo período de tiempo”.

“Estas decisiones del Gobierno Nacional hacen que el desguace sobre las herramientas conquistadas sea prácticamente total. Hoy las Universidades carecen del presupuesto suficiente para sostener becas propias. Se necesitan presupuesto y políticas de bienestar estudiantil para poder estudiar. Ante esto, asumimos la tarea de defender inclaudicablemente el acceso a la educación a las grandes mayorías”, explicaron.

Concluyeron: “Todos los problemas que tenemos se resuelven con más educación y Universidad pública, con más inversión en ciencia y tecnología. Queremos que nuestras instituciones sean el dispositivo que le permitan a la Argentina desandar las desigualdades estructurales y emprender la senda del desarrollo y la soberanía. La educación nos salva y nos hace libres. Convocamos a la sociedad Argentina a defenderla”.

La síntesis se mostró en uno de los tantos carteles que circuló ayer en las calles porteñas: “Si la educación está en peligro tu gobierno también”. La gobernabilidad no se merece, se gana y Milei hace todo lo posible para horadarse a sí mismo. Es cierto, tiene que surgir una alternativa viable. Pero ahora los tiempos los maneja el humor social y éste comenzó a cambiar. Por eso el gobierno sintió la mano.

Mientras tanto, la “política” sigue con su juego en el Congreso. Algunos no se empecinan en no aprender de la historia. No entienden que la marea se los va a llevar puestos. En ese sentido, la imagen más patética es la del diputado radical Rodrigo de Lodero. Puteado en Córdoba y en la Ciudad de Buenos Aires. El mensaje es claro, quien quiera oír que oiga.

Esto no terminó acá. Se viene la movilización del 1° de Mayo y el paro general nacional del 9. En el medio, la CGT sigue dando curso a los ejes programáticos que se reforzarán en los próximos días. Al mismo tiempo, el peronismo se organiza desde las periferias donde hay discusión estratégica y donde se producen encuentros tácticos. No hay nada perdido, por el contrario, persiste la idea de que hay mucho por ganar.

Está claro que Milei no busca retroceder  que querrá redoblar la apuesta sosteniendo y profundizando el ajuste. Los oligarcas que pretenden robustecerlo no están dispuestos a abandonar su presión sobre los sectores populares. Olvidan que el presidente abrió demasiados frentes, incluso el interno y que la asfixia que producen sus políticas no tiene demasiada vida. De continuar por esta vía los conflictos sociales se profundizarán y la crisis política se agudizará.

La mentira no es eterna, el ajuste disfrazado de sacrificio tampoco. El todo o nada comienza a tener respuestas contundentes. El “campo nacional y popular” también enfrenta sus propios desafíos. El plan de lucha del Movimiento Obrero necesita correlato político. La dirigencia política no puede estar al margen de lo que ocurre en la calle. La situación no se define en las redes sociales. Este es el momento para tomar la ofensiva y dejarse de joder con posturas simplistas y tibias, la paciencia se está perdiendo, también con los propios.

 

 

24/4/2024

 

 

 

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