La crisis de San Lorenzo y el contexto político nacional

 Por Mariano Rovatti

Marcelo Moretti pondrá fin unilateralmente a su licencia y en los próximos días reasumirá la presidencia de San Lorenzo. ¿Es una decisión exclusivamente suya? ¿Cómo juega en el tablero político de la AFA? ¿Y en la política nacional?

La crisis institucional de San Lorenzo no es un tema exclusivamente de San Lorenzo. Su gravedad excede el ámbito del club, y tiene impacto en todo el fútbol argentino, y en el terreno de la política nacional, dado el rol que está jugando el gobierno en su relación con el fútbol profesional.

Moretti decide volver y lo hace con el apoyo y/o cumpliendo una orden de Claudio Chiqui Tapia, quien hasta ahora fue su principal sostén político. Ya la forma en que se instrumentó la licencia resultó extraña. Generalmente, una licencia se concede por un plazo determinado. Pero en este caso, la misma fue otorgada por tiempo indeterminado, o sea que en la práctica, Moretti está en condiciones jurídicas de volver cuando él mismo lo estime conveniente.

Ahora, en términos políticos, la vuelta de Moretti resulta inviable y afecta la gobernabilidad del club. Más allá del escándalo político, social y mediático que generará, varios de los integrantes oficialistas de la Comisión Directiva han anunciado públicamente que renunciarán si se concreta el retorno del presidente licenciado.

Probablemente renuncien al cargo pero no a la Comisión Directiva, como ya han hecho algunos, mostrando un grado de compromiso bastante cuestionable. Pero aún así, ¿quedará algún miembro de la CD dispuesto a asumir la responsabilidad de ser vicepresidente, secretario, intendente, etc.? Tapia es conciente de que la vuelta de Moretti no será recibida pacíficamente en el club. La construcción de quórum y mayorías en cada órgano de gobierno será una gesta utópica, paralizándose cada vez más la gestión.

Hoy San Lorenzo requiere de órganos sociales vigentes, activos y responsables para afrontar pedidos de quiebra y sentencias contrarias a tiro de ser ejecutables por millones de dólares. El club necesita tomar decisiones, a través de órganos sociales que hoy no pueden siquiera constituirse.

Quizás, la vuelta de Moretti sea un paso más para activar la acefalía, requisito del estatuto para convocar a elecciones anticipadas, y así recomponer el poder político en el club, hoy totalmente descompuesto. Tapia está especialmente interesado en que San Lorenzo pueda recomponer su situación institucional, y así no caer en las garras de los que pretenden convertir a los clubes de fútbol argentinos en sociedades anónimas.

Si San Lorenzo prolonga sine die su crisis institucional, con posibilidades concretas de caer en la anomia, y si se aceleran los procesos judiciales contra el club, llevándolo a un proceso de quiebra, no es de extrañar que se propicie una intervención a cargo de la Inspección General de Justicia, dependiente del gobierno nacional.

Y éste ya ha mostrado claramente que lejos está de ser neutral en la cuestión. Con medidas y expresiones concretas, se ha declarado a favor de convertir los clubes en sociedades anónimas. Por ello, es ingenuo pensar que esta crisis se enmarca (y se resuelve) sólo dentro del ámbito del fútbol. Constituye un capítulo más del enfrentamiento entre la Asociación del Fútbol Argentino y el gobierno nacional.

En las últimas elecciones de Boca Juniors,  Racing Club e Independiente, se enfrentaron una lista peronista/kirchnerista contra otra lista macrista/mileísta. La política argentina tiende a intervenir en la vida institucional de los clubes, convirtiendo a cada uno de ellos en batallas de una guerra global.

En la elección de San Lorenzo de 2023, las pertenencias políticas de los dirigentes que participaron estuvieron mezcladas. No hubo una oferta electoral que reprodujera la grieta nacional como sí paso en los otros clubes.

La crisis de San Lorenzo es una oportunidad para el gobierno, en su intención de convertir a los clubes en sociedades anónimas. Sebastián Pareja –principal armador de La Libertad Avanza en la Provincia de Buenos Aires- y Alejandro Tamer –número dos del ministerio que encabeza Adolfo Sturzenegger, son dirigentes activos del club y esperan que se dé el momento justo para actuar.

Más allá de ello, también la intervención podría ser judicial, si se resuelve dentro de uno de los pedidos de quiebra en curso. Frente a esa posibilidad, Tapia quiere que el club se normalice por sus propios medios, aunque al día de hoy parece imposible.

Pese a haber tomado algunas buenas decisiones, el ensayo de conducción a cargo de Julio Lopardo está resultando insuficiente. En parte por la situación política compleja heredada, y en parte por su falta de liderazgo. Hay síntomas de cansancio que no disimula el presidente en ejercicio, pese al buen momento deportivo del plantel profesional de fútbol.

Lopardo no pudo controlar al Tribunal de Ética y Disciplina, que se cortó solo pidiendo la destitución de Moretti en abierto desafío a la AFA, que en dos ocasiones intimó al club a no tratar su caso bajo apercibimiento de aplicarle sanciones al club.

Si bien jurídicamente el club está facultado a sancionar a Moretti, la cuestión no es jurídica, sino de ejercicio de poder. Está claro que la AFA marcó el camino y que si San Lorenzo se aparte de él, la va a pasar mal.

Por todo lo expuesto, entiendo que la vuelta de Moretti es funcional a la postura que pretende elecciones anticipadas. Todos los pasos que fueron dándose –y que al principio no se entendían del todo- pueden verse a través de un hilo conductor que lleva a la acefalía y elecciones anticipadas, el objetivo que busca Tapia, para no entregarle San Lorenzo al gobierno.

En los pasillos, se comenta también que Moretti sería un garante del cumplimiento de obligaciones financieras asumidas con la AFA durante su gestión. No hay certezas de ello fuera del círculo de sus protagonistas.

En este contexto, Marcelo Tinelli reclama u$s 1.000.000.-, cuando tendría acreencias reconocidas por siete millones. ¿simple casualidad? ¿a quién le resultaría funcional? ¿por qué no reclama todo?

Si todo este proceso deriva en elecciones anticipadas, seguramente habrá un reagrupamiento de las fuerzas políticas del club, conforme lo que pasó en los otros clubes grandes: peronismo/kirchnerismo vs. macrismo/mileísmo, buscando incorporar caras nuevas en ambos espacios. De hecho, dirigentes que han estado en listas separadas en las últimas elecciones,  hoy se están expresando de manera conjunta.

Veremos hacia dónde deriva este proceso.

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