Por Redacción
La Organización Meteorológica Mundial afirmó en las últimas horas que los incendios que azotan a Chile, se producen en plena ola de calor, motivada por el fenómeno de El Niño y el cambio climático en Sudamérica. En este contexto, el gobierno chileno declaró el estado de emergencia y el período de duelo luego del fallecimiento de 112 personas por los siniestros que se registran en Valparaíso y los alrededores de Viña del Mar.
El Secretario General de la ONU, António Guterres y el titular de la OMM, Stephane Dujarric, expresaron sus condolencias a las familias y seres queridos de las víctimas. El representante de la Organización Meteorológica Mundial confirmó que “nuestro equipo allí, dirigido por la coordinadora residente, María José Torres Macho, está preparándose para apoyar la respuesta nacional a los incendios forestales en Chile”.
Al mismo tiempo indicó que “el equipo está alistando artículos no alimentarios y asistencia logística tras la catástrofe, y está listo para ayudar al Gobierno con cualquier apoyo que necesite y que podamos ofrecer”.
Bárbara Tapia Cortés, de la Oficina Regional para las Américas de la OMM, señaló que “debido a la influencia de El Niño, se prevé que la estación estival en la región pueda registrar temperaturas máximas superiores a los valores normales para la época. Esto provocará más fenómenos meteorológicos extremos que arruinarán vidas y destruirán medios de subsistencia”.
“Los recientes fenómenos de El Niño, incluido éste, se están creando a partir de un océano que ya está más caliente. Es como si tuviéramos una bañera con agua caliente y le echáramos más agua caliente, en lugar de una bañera con agua templada y le echáramos agua caliente”, explicó.
Los incendios se producen varios países de Sudamérica, como Chile, Argentina, Paraguay y Colombia, en medio de las altas temperaturas récord que han sumido a la región en un estado de emergencia, exacerbando condiciones que favorecen la propagación del fuego.
En Santiago de Chile, el termómetro alcanzó los 37,3°C el 31 de enero, marcando la tercera temperatura más alta registrada en los últimos 112 años. Mientras tanto, en Colombia, donde el gobierno ha declarado una catástrofe natural debido a los incendios forestales en curso, diversas localidades también han experimentado temperaturas extremas. En el municipio de Jerusalén, ubicado en el departamento de Cundinamarca, se registró un máximo de 40,4°C.
Argentina no ha escapado de esta ola de calor sin precedentes, padce un período persistente de altas temperaturas desde el 21 hasta el 31 de enero, con alertas rojas extendidas incluso en febrero. La zona central de Chile, incluida la región de Valparaíso, ha sido especialmente afectada por el alto riesgo de incendios forestales en los últimos días.
Las condiciones climáticas extremas, caracterizadas por temperaturas elevadas, humedad baja y una prolongada sequía, han creado un caldo de cultivo para la rápida propagación de incendios forestales catastróficos. La combinación de estos factores con vientos fuertes ha generado un escenario extremadamente desafiante para los equipos de emergencia y los residentes afectados.
En medio de este panorama desolador, los esfuerzos de mitigación y extinción de incendios están en pleno apogeo en toda la región, con autoridades y equipos de emergencia trabajando incansablemente para contener y extinguir los incendios forestales antes de que causen más daños irreparables a la vida silvestre, la propiedad y la vida humana. Sin embargo, la lucha continúa en un contexto de condiciones climáticas extremas que desafían incluso los recursos y la experiencia disponibles.
Según la OMM, las altas temperaturas suponen un riesgo para la salud de las personas. Se estima que entre 2000 y 2019 murieron 489.000 personas al año en todo el mundo, siendo los ancianos y otros grupos vulnerables los más expuestos.
6/2/2024