Por Redacción
El sistema humanitario en Gaza se encuentra en estado de colapso total. Así lo afirmó el Comisionado General de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA), Philippe Lazzarini, quien aseguró que “cuando se vive una situación en la que incluso quienes cuidan y socorren empiezan a desmayarse, significa que la estructura completa del sistema humanitario está colapsando. Y eso es exactamente lo que observamos hoy en Gaza”.
Desde hace meses, la población gazatí sobrevive bajo un asedio que impide el ingreso masivo de alimentos, medicamentos y agua. Los testimonios de trabajadores humanitarios confirman el derrumbe general de las condiciones de vida. Según Lazzarini, “se trata de un entorno post apocalíptico en el que los niños están muriendo en silencio a causa del hambre, y los que no han llegado a ese extremo piden salir de ese infierno”.
El titular de UNRWA relató que, en conversaciones recientes con su equipo en Gaza, escuchó una frase estremecedora: “Somos cadáveres que caminan y nosotros también tenemos hambre”. En sus palabras, “cada día nos llegan mensajes de socorro de poblaciones hambrientas e incluso de nuestros colegas de UNRWA. ¿Cómo puedo responder a estos mensajes de desesperación? Me avergüenzan y refuerzan mi sensación de impotencia”.
Lazzarini advirtió que “las autoridades israelíes están matando de hambre a civiles, incluyendo a un millón de niños”, y difundió sus declaraciones a través de la red social X. Allí agregó que algunos menores expresan que preferirían morir “porque en el cielo o el infierno podría haber comida, mientras que en Gaza no la hay”.
Desde el interior de la Franja, los relatos confirman la desesperación. Manar, trabajadora de UNRWA, sostuvo: “Todos los días me despierto sin saber qué va a pasar”. Explicó que fue obligada a huir de su casa junto con su familia y que desde entonces no han logrado sentirse seguros. “El miedo siempre está presente: el miedo a nuevos bombardeos, el miedo a perder a alguien, el miedo a tener que mudarnos de nuevo”, afirmó.
La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) de la ONU informó que muchos palestinos siguen muriendo o resultan heridos mientras intentan obtener alimentos en zonas donde se reparten convoyes de ayuda, muchas veces bajo control militar de Estados Unidos e Israel. Desde mayo fueron asesinadas unas 1.500 personas, indicó este lunes el portavoz del organismo internacional, Farhan Haq.
Desde el 7 de octubre de 2023, tras el ataque de Hamas en el sur de Israel, aproximadamente 2,1 millones de palestinos permanecen bajo sitio en Gaza. Pese a una leve flexibilización del bloqueo por parte de Israel, las agencias humanitarias de la ONU advirtieron la semana pasada que “el peor escenario posible, una hambruna, está en marcha”.
Israel autorizó el lanzamiento aéreo de suministros durante más de una semana, con pausas diarias de algunas horas en ciertas zonas para permitir operaciones humanitarias. Francia, Reino Unido, Jordania y Emiratos Árabes participaron de esas misiones. Alemania anunció su intención de establecer un “puente aéreo humanitario a Gaza” desde Jordania.
No obstante, organizaciones humanitarias calificaron estas operaciones como ineficientes y costosas. La UNRWA advirtió que 6.000 camiones cargados con ayuda humanitaria permanecen varados en los alrededores de Gaza, esperando autorización para ingresar. La difusión reciente de tres videos por parte de Hamas y la Yihad Islámica, en los que aparecen rehenes israelíes visiblemente debilitados, generó conmoción internacional.
Según medios locales, el grupo islamista condicionó el acceso del Comité Internacional de la Cruz Roja a los rehenes a la apertura de corredores humanitarios permanentes. Las imágenes provocaron la condena del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, Volker Türk, y de las agencias de la ONU, que reiteraron su llamado a liberar a los cautivos y garantizar el ingreso inmediato, continuo y sin restricciones de ayuda a la Franja.