Estados Unidos ratificó su política colonial sobre la Argentina con la llegada de Peter Lamelas: el gobierno libertario celebró la dependencia

Por Redacción

El canciller Pablo Quirno recibió en Casa Rosada al nuevo embajador de Estados Unidos, Peter Lamelas, quien presentó sus cartas credenciales en un acto que marcó otro paso en la consolidación del vínculo político entre el presidente Javier Milei y el líder republicano Donald Trump. El funcionario de origen cubano, llegó al país con la intervención de profundizar la intervención política de Estado Unidos en la Argentina.

Formalmente, Quirno expresó: “Es un honor recibirlo en una etapa de máximo nivel de relacionamiento bilateral, con el impulso de los presidentes Javier Milei y Donald Trump”. El nombramiento de Lamelas, un empresario sin experiencia diplomática y con una trayectoria vinculada al financiamiento de la campaña republicana, revela el método de Trump: colocar a sus aliados personales en puestos clave para asegurar obediencia ideológica. Su llegada no responde a una política de cooperación, sino a un dispositivo de control.

El embajador fue claro al declarar que “Argentina está en el camino correcto hacia la prosperidad como república democrática, de libre mercado y soberana”, una frase que, en boca de un funcionario estadounidense, suena a imposición disfrazada de elogio. Lamelas es cofundador de la compañía médica MD Now Urgent Care y, durante su audiencia ante el Senado, expresó su compromiso con “una alianza estratégica que permita impulsar inversiones estadounidenses sin precedentes en Argentina”.

La consolidación de las relaciones bilaterales somete a la Argentina a un esquema de dependencia y predación económica. La ingerencia de Estados Unidos en el país, consentido por la política de Milei que desconoce los nodos centrales de la actual situación geopolítica, avasalla la autodeterminación nacional y subyuga la escasa producción nacional a las determinaciones de Washington. Cabe señalar que no existe un sistema de reciprocidad entre ambos países dado que ambos compiten en el mercado global.

Si bien el discurso oficial de ambos países se centra en un potencial acuerdo de libre comercio, los beneficios solo serán rentables para Estados Unidos, que busca reposicionarse en la región y desplazar así a potenciales competidores. La excusa es asegurarse que China no haga pie en región, algo que no resulta factible por varios motivos, entre ellos: Brasil y el país asiático son socios de los BRICS por ende ambos sostienen una alianza estratégica en términos comerciales. Por otro lado, las inversiones chinas son importantes para Argentina pero también para Estados Unidos.

La administración de Trump acordó con el gigante de Asia la venta de soja y de esta manera desplazó a la producción nacional del acuerdo comercial. Por otro lado, China es el mayor tenedor de deuda estadounidense  por lo que avanzar en la guerra económica pondría en una situación aún más delicada a la administración republicana. No hay que olvidar que el país del norte atraviesa una crisis por el cierre del gobierno y los conflictos sociales comienzan a agravarse en todo el país.

Por otro lado, durante su audiencia ante el Senado de Estados Unidos, Lamelas se refirió a la Cuestión Malvinas y sostuvo que la postura de su país es “no reconocer la soberanía de Argentina ni del Reino Unido”. La declaración fue recibida con escepticismo por sectores diplomáticos argentinos, que recordaron el apoyo logístico y militar que Washington brindó al Reino Unido durante la guerra de 1982, así como su voto de abstención en las resoluciones de la ONU que promueven el diálogo bilateral.

Lamelas dejó en claro que Estados Unidos tiene la intención de no ser un actor pasivo en la situación política interna. Uno de los objetivos históricos de Washington es terminar con el peronismo, posición sustentada por la política exterior del eje anglo-estadounidense en la OTAN. El gobierno libertario celebra esta intromisión que le da algo de aires a sus gestión pero que condena al pueblo argentino a vivir bajo el yugo colonial.

 

 

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