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El modelo macrista produce cada vez más pobres e injusticia social en el país.

Por Redacción

Macri miente cada vez que sostiene que el país está en salida de la crisis. Los datos económicos que muestran los organismos oficiales y de los trabajadores lo refutan. Claro que al presidente eso parece importarle muy poco. Cada vez que puede ratifica que este es el rumbo a seguir mientras millones de argentinos ven como se potencia la movilidad social descendente día tras días.

Aun con la coraza mediática Cambiemos no puede sostener ni ocultar los datos. El modelo neoliberal se ahorca a si mismo día tras días. La inflación, según el “creíble” INDEC, alcanzó un 22,4 %, lo que representa la peor marca de los últimos tres años. Durante el mes de junio el índice fue del 2,7 % y la inflación interanual trepó al 55,8%.

Quienes muestran con mercantilizado optimismo una desaceleración inflacionaria no tiene en cuenta el impacto negativo de los altos porcentajes en el bolsillo de los trabajadores empobrecidos y de los pobres en general. Más allá de las muestras del INDEC, que bien pueden ser manipuladas en un año electoral, basta con concurrir a cualquier supermercado de barrio para darse cuenta que el aumento de precios no da tregua y que los mismos se modifican obscenamente de una semana para la otra.

Desde el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA advirtieron que la pobreza rondará el 35 % durante el 2019 y con viento a favor. De diciembre del 2015 a la fecha el gobierno neoliberal de Mauricio Macri sumó 2 millones de personas a universo de la pobreza. Lejos quedó la grandilocuencia, una tanto soberbia por cierto, de la primer campaña del Ingeniero, donde prometió alcanzar la pobreza cero.

En la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, replica con falsa sonrisa el modelo que atenta contras los trabajadores y las clases populares. Mientras reprime desde el área Espacios Públicos  sistemáticamente a los trabajadores ambulantes, criminaliza a los compatriotas que viven en la calle y manda a la policía a secuestrar colchones que los Movimientos Sociales distribuyen entre los más humildes, la pobreza crece dramáticamente en el distrito más rico del país.

Existen 94.000 nuevos pobres en la Ciudad Autónoma, dos de cada diez personas. La Dirección de Estadísticas y Censos dio a conocer que el 19,1 % de los porteños están en la pobreza. También hubo un descenso social de la clase media, que aglutina un alto porcentaje de votantes de Cambiemos. Pero la cifra que registró mayor crecimiento es la que muestra la indigencia. La misma pasó del 4,3 % en el primer trimestre del 2018 al 6 en el mismo período de 2019. Lo que equivale a 184.000 compatriotas.

El Observatorio de Comercio Exterior, Producción y Empleo, organismo que depende de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo, presentó un informe donde se da cuenta que durante los primeros cuatro meses del año se perdieron 17.500 puestos de trabajo formal. Estas pérdidas se suman a los casi 131.000 puestos que se perdieron en 2018. El país acula 17 meses “consecutivos de contracción del empleo”, la crisis más prolongada desde el año 2002.

“La baja del empleo sigue y son 17.500 asalariados registrados que se pierden en el primer cuatrimestre del año, y se suma a los casi 150.000 empleos registrados que se destruyeron en 16 meses”, estimó Nocolás Trotta, rector de la UMET.

Mientras los funcionarios del empresariado anto-nacional hostigan al Movimiento Sindical y gestan una representación ficticia de los dirigentes gremiales, a los cuales discursivamente culpan por la falta de trabajo, los PYMES dan cuenta que los costos productivos aumentaron desproporcionadamente a partir del incremento de un  3500% de aumento en los servicios públicos desde 2015, tal como denunciaron desde el Frente Productivo Nacional.

“Los procesos preventivos de crisis aumentaron un 160% en los últimos tres años y medio” al tiempo que “cierran 50 pymes por día”, describió Daniel Moreira, Presidente de APYME.

Mauricio Macri continúa su campaña como si manejara de taquito el presente de un país normal. Los datos evidencian todo lo contrario y desnudan la falacia de un modelo que los trabajadores y los pobres conocen muy bien en Argentina. La complacencia mediática no puede ocultar lo que sufre en carne propia el pueblo argentino.

“Si deseamos ofrecer nuestra aportación efectiva al cambio de la historia, generando un desarrollo real, es necesario que escuchemos el grito de los pobres y nos comprometamos a sacarlos de su situación de marginación. Un verdadero encuentro con los pobres da lugar a un compartir que se convierte en un estilo de vida”, sostiene el Papa Francisco y tal vez ese sea el camino que deba transitar el Movimiento Nacional para derrotar al modelo de descarte, injusticia social y muerte que promociona el macrismo en nuestro país.

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