*Por Damián Descalzo
Argentina no era el país más rico del mundo en 1895. Es una de las tantas declaraciones delirantes de Milei. Es tan extraviado afirmar eso como decir que actualmente lo son Qatar o Emiratos Árabes Unidos, que esconden sus enormes bolsones de pobreza detrás de edificios monumentales y futuristas.
Argentina en 1895 vino de varios años de crisis política. De hecho, en enero de ese mismo año, el presidente Luis Saenz Peña renunció. La minoría oligárquica que tenía el país era un jugador central en el comercio internacional con una estrecha relación con el Reino Unido.
Vendieron materia prima que se producían en grandes cantidades. Dos tercios estaban en el ganado y un tercio en la agricultura. Esto explicaba que mucho dinero llegó al país pero la misma oligarquía lo gasto en suntuosos palacios (hermosos y todavía de pie en muchos casos) o en viajes lujosos por Europa. Apenas unas cuantas migajas se repartieron por el resto de la población de 4 millones. De ellos, más de la mitad viven en condiciones muy modestas en zonas rurales y uno de cada dos era analfabeto en la argentina de 1895 que Milei extraña. La injusticia social fue rampante.
Milei exalta “las ideas de Alberdi, las ideas de libertad”. Se refiere a una obra particular del pensador tucumano: “Las bases” (antes y después de escribir libros de mucha mejor calidad, pero Milei rescata y reclama lo peor de Alberdi.
La tesis del libro es simple y humillante para el honor nacional. El país, dijo Alberdi, estaba poblado por gente de mala calidad, por lo que la inmigracion de “razas masculinas” tuvo que ser promovida. La población anglosajona tuvo que ser traída y se reconoció la libertad de culto porque estas personas raciales “más elevadas” no eran católicas. “Gobernar es poblar”, pero poblar con anglosajones. Allí no siguieron a Alberdi, porque en 1895 Argentina tenía más de un millón de extranjeros y entre ellos había 500 mil italianos y 200 mil españoles. Muy pocos ingleses, alemanes o suizos, queridos por Alberdi.
“La libertad es una máquina que como el vapor requiere maquinistas ingleses de origen. Sin la cooperación de esa raza es imposible aclimatar la libertad”, escribió en las “Bases”. A los portadores del capital inglés había que darles todo lo que pidieran: libre navegación de los rios -simbolico recordarlo hoy en el aniversario de la Vuelta de Obligado- y hasta nuestras bellas mujeres, porque como decía agudamente el “Pepe” Rosa, seguramente pensaba Alberdi que las fecundarian mejor que los criollos. El liberalismo es el enemigo de la Argentina.
Lo dijimos ayer y lo diremos mañana. Que ni sueñen con que en la Patria de los argentinos no haya respuesta, resistencia y oposición al liberalismo oligárquico y anti argentino.
*Abogado, Magister en Derecho del Trabajo. Autor de los libros: Haciendo Justicia Juntos; General Jorge Leal: Héroe del Polo Sur y prócer de la Patria Grande y de ¿Cómo se gestó el peronismo?.
22/11/2023