Diario de la FeMPINRA

El camino posible: “En el Puerto Federal de Buenos Aires nadie se salva solo”

Por Gustavo Ramírez

La dimensión justa y real del logro obtenido por los trabajadores portuarios y las organizaciones sindicales que conforman la Federación Marítima, Portuaria y de la Industria Naval, junto al Estado Nacional, se podrá dimensionar con el correr del tiempo. No obstante, se puede calificar a la misma como un hito histórico, porque implica un paso ascendente en la escalera que conduce hacia un posible cambio de paradigma en materia de política portuaria.

No hace mucho, alguien describió a los trabajadores como a héroes anónimos, en su accionar para combatir la pandemia de COVID-19.  Esta calificación encierra en sí misma un condicionamiento clasista que expresa la visión segmentada y parcial, que contiene la ideología liberal sobre el conjunto de los trabajadores. Quienes desarrollan tareas en ámbito del transporte son parte de una identidad nacional colectiva que, precisamente, los saca del anonimato socio-político y los pone en el escenario de la realidad argentina, a partir de la solidaridad comunitaria con organización, historia y pertenencia nacional. Para que se entienda: Lo colectivo es la identidad y ésta es el elemento central de la convicción política por encima de lo ideológico.

Esto está comprobado a lo largo de la historia del Movimiento Obrero y fue ratificado en el presente por los trabajadores portuarios. Sin romanticismo, ni infección ideológica, construyeron los pilares del triunfo, por sobre los intereses del capital transnacional, sosteniendo en el tiempo la preeminencia de la unidad por sobre el conflicto, como demanda el Papa Francisco. Esta unidad se forjó en el tiempo con experiencias que además consolidaron su identificación socio-cultural en el colectivo portuario. Sin estas convicciones, que además son aprendizajes y conocimientos, no hubiera sido posible primero, la unidad de concepción y luego, la unidad de acción.

No se puede comprender el presente sin su devenir histórico. Gran parte de la política nacional debe comprenderse como geopolítica, desde los albores de la Colonia, hasta el presente el Puerto de Buenos Aires fue objeto de disputa. En un principio, por ejemplo, para el Imperio Británico, luego, con el paso del tiempo, para el imperio del capital transnacional. Dominar el puerto y las vías navegables es imprescindible para el proyecto colonialista y dramático para el país. La época de vigorosa soberanía fue la que se circunscribe al primero gobierno peronista. Luego se volverá a responder a la matriz ideológica de la Oligarquía que pondrá, una vez más, al servicio de la entrega del patrimonio nacional al puerto.

Los puntos de inflexión se reparten la escena desde el frondizismo en adelante. Con puntos álgidos como la noche oscura de la Dictadura Cívico Militar y la infame década de los ’90, tal vez la más dolorosa, para el conjunto de las expresiones sindicales el ámbito portuario. Hay quienes dicen que de la experiencia del dolor se aprende. Por lo tanto,  esa acumulación de capital cognitivo sirvió para desarrollar una estrategia de unidad sindical que encontró su máxima expresión a mediados del 2018 con la Carpa de la Dignidad Portuaria.

Tal vez esa haya sido la síntesis de un proceso que se gestó al calor de algunas batallas perdidas en el pasado. Por eso, el presente se nutrió con vigorosidad de ese colectivo afianzado en la convicción de sus bases, la confianza en sus dirigentes sindicales y la solidaridad del Estado. Como se ve, allí el único anonimato posible es el del poder entre las sombras que mueve los hilos de manera tenebrosa en perjuicio permanente de los intereses nacionales y de la clase trabajadora.

Por eso, esta “batalla” no fue una más. En frente estaba ese poder que  se hizo a la luz en representación del Grupo Maersk. Un monstruo económico que a nivel mundial parece imbatible, dado que su posición de privilegio le permite no solo impulsar la integración vertical sino desarrollar emprendimiento con buques y puertos de conveniencia, por ejemplo, en el ejercicio de la explotación monopólica. Lo que necesariamente nos obliga a comprender que lo obtenido por la FeMPINRA y sus bases supera ampliamente la reivindicación laboral.

En diálogo con este medio, a través del programa Puerto Base, el Gerente de la Administración General de Puertos, Jóse Beni, destacó que “fue un poco poner en práctica lo que siempre decimos de articular esfuerzos y voluntades de toda la comunidad portuaria”.

“En este caso llegamos a buen término,  todos tenemos una gran satisfacción, un gran resultado y la expectativa es continuaren el mismo camino, siempre con diálogo, buscando consensos,  tratando de entender las dificultades y las ventajas y desventajas de cada uno de los actores. Todos deseamos que continúe el trabajo en el futuro”, expreso el hombre fuerte de la AGP.

Al mismo tiempo agregó: “Más allá de un paradigma del Puerto que no compartimos, efectivamente a nosotros no nos convence la idea de un único operador portuario, sobre todo que son grandes operadores de grandes empresas con lo cual el Estado pierde una posición de preminencia, queremos tener como mínimos dos operadores donde en la actividad continúe regulada o marcada por las políticas del Estado por eso no dejamos de ser un puerto público”.

En este sentido es válido señalar la importancia del papel del Estado en defensa de los intereses nacional, aun en los márgenes de una economía portuaria mixta. Beni sostuvo que “eso no quiere decir que nosotros sustituyamos a los privados, cada uno tiene su rol en este juego  y ellos tienen el suyo que es muy importante desde ya. Pero no podemos quedar,  toda la comunidad, como lo hablaba antes, a merced de uno solo de los actores, ahí es donde es un poco la intensión del Estado, de este gobierno, es como se dice coloquialmente: abrir el juego a varios jugadores con quienes uno se tiene que relacionar y tiene que haber buenas relaciones”.

Por su parte, el delegado, Leonardo Díaz, representante del Sindicato de Guincheros en Terminales Río de la Plata, declaró que la pelea, en un principio, “se hizo muy difícil”. No obstante, añadió “entendimos que teníamos que estar todos del mismo lado y Estado y trabajadores estuvimos del mismo lado y gracias a eso pudimos hacer que se sienten a negociar la empresas para buscar que todos estemos tranquilos con la continuidad laboral y proyectando el futuro puerto”.

En otro orden, el representantes de los trabajadores guincheros y maquinistas, puntualizó que “el conflicto del 2018 nos demostró que nosotros, estando convencidos, organizados y buscando el bien común, podíamos hacerle frente a cualquier cosa”.

Asimismo Díaz manifestó: “Esta situación se puede resumir en na frase y creo que la tenemos  que llevar como estandarte: “En el Puerto nadie se salva solo”. El conjunto de los trabajadores con los dirigentes de la Federación, que siempre estuvieron muy comprometidos y nos marcaron el camino, por cómo nos organizamos para hacer frente a esta situación, somos ejemplo para otras organizaciones sindicales”.

Esa convicción en la unidad, la solidaridad en comunidad y la organización de las fuerzas, permite confirmar que no hay anonimato posible para estos trabajadores. Quien así lo considere continuará exprimido por la colonización ideológica, sin ver realmente la profundidad del logro obtenido.

Es difícil, prematuro y atrevido, aventurar que se puede producir un cambio de paradigma en el Puerto de Buenos Aires. Como se dijo en esta nota se avanzó en un subir un peldaño. Pero el ascenso es empinado y las fuerzas que se oponen son poderosas. Por lo pronto la trascendencia del hecho sienta  un precedente más que significativo, como ejemplo para el conjunto del Movimiento de Trabajadores, en defensa de la Soberanía Nacional y de las reivindicaciones sociales. No es el trabajador el eslabón más débil de la cadena de producción. Todo lo contrario.

Los portuarios, en si identidad colectiva, en su razón de ser, lejos del anonimato heroico que promocionan los ideólogos liberales y reaccionarios, han reafirmado una vez más, que no hay poder mayor que la unidad y la convicción. Un saber popular que ya, en medio de este contexto crítico, no puede ser dejado de lado.

 

 

 

29/05/2020

 

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