*Por Daniel Capa
Alberto Fernandez está formando gobierno, ya adelantó que tiene en su cabeza el 70 por ciento del gabinete.
Anda tejiendo relaciones internacionales con la mira puesta en aportar a un nuevo clima de época en América Latina.
Visitó España, y Portugal hace pocos días y ya se apresta a reunirse con Lopez Obrador, Evo y otros.
Ya es interlocutor en la discusión con el FMI y bonistas para que las obligaciones a pagar no interfieran el rescate de la calidad de vida del pueblo argentino.
Avanza con el diseño de un plan integral que ponga el foco en la reactivación industrial y el empleo.
Lanzó virtualmente el Pacto Social junto a la CGT y la UIA, convencido de que si no hay una tregua de precios y una recuperación salarial, el panorama será complejo de afrontar.
Impulsa un programa de emergencia global para ejecutarlo apenas le pongan la banda presidencial.
La ley de Emergencia Alimentaria ayuda pero no es suficiente si no está enmarcada en una serie de medidas que la contenga.
Se mueve teniendo claro que las PYMES aguardan con urgencia un shock de iniciativas que sean puntapié inicial para su reconstrucción.
Todo esto solo para mencionar algunas de las zonas por donde transita hoy la actividad del candidato.
¿Está haciendo campaña electoral?. Si. Pondrá eje en los distritos donde hay chances de ganar y en aquellos donde puede aumentar la adhesión lograda en las primarias.
Superar largamente los 50 puntos se transforma ahora en una condición estratégica para liderar un amplio dispositivo político y social que traslade buena parte de las tensiones y las pujas para mas adelante.
En octubre, el gobierno de Mauricio Macri será un poco mas débil que hoy.
En parte porque el recorrido de Alberto es el de una transición al traspaso mas que el de una escala al 27.
Pero ademas porque octubre va a ser tremendo para el macrismo.
Muy próximo a los debates presidenciales (dias 13 y 20), el INDEC deberá informar el dato de inflación de septiembre que algunos analistas marcan en 6 por ciento.
Cercano a esas fechas (quizás en los próximos días), el FMI informará sobre el destino de los 5.400 millones de dólares pendientes de desembolso. No parece ser buena noticia para Macri.
De mas está recordar que la situación financiera argentina está tan frágil como explosiva, por mas Pichetto o Carrió que se interponga.
El gobierno argentino está inmerso en una crisis interna indisimulable. Candidatos que juegan solos, dirigentes alejados de la Rosada y los temas económicos en el centro del debate público.
Mauricio Macri se muestra acosado por lo único que parece mantenerlo en el ring: llegar al 27 y tratar de conservar su núcleo duro que pueda darle base para los dirigentes que se propongan sobrevivir a la explosion popular.
No hay polarización entre el peronismo y el macrismo.
Hay una fuerza politica y social que busca asegurar la mayoria electoral con todo lo que eso representa institucionalmente. Y una fuerza en retirada que, si bien muy acotada, aun puede dañar.
En este marco y volviendo al titulo, ¿es necesario el debate presidencial?. ¿Es conveniente exponer a un gobierno que en octubre estará diezmado?.
¿No será riesgoso que los sectores populares queden a merced de “los mercados”, que puedan aprovechar la extrema debilidad oficialista de acá a fin de octubre?.
*Periodista. Productor de AGN Prensa Sindical.