Por Redacción
Finalmente, Donald Trump, se cobró la ayuda electoral que le brindó en los últimos meses a Javier Milei. Argentina suscribió en las últimas hora un acuerdo comercial donde pone en jaque a la producción nacional, ya golpeada por la recesión y al mercado interno. El pacto favorece a Estados Unidos por la amplia apertura de importaciones y las condiciones asimétricas en las que el país del norte comercializa con Argentina.
No obstante, el oficialismo hizo gala de su alineamiento con la política económica colonial de Estados Unidos y aseguró, a través de la Oficina del Presidente, que el entendimiento representa un avance económico y que “nuestro país ingresa a un grupo selecto de naciones con preferencias comerciales, lo que constituye un profundo reconocimiento al programa económico liderado por el presidente, Javier Milei, y abre nuevas oportunidades para el crecimiento”.
En este contexto, es necesario tener referencias históricas para comprender que Milei redita las condiciones de subordinación establecidas en 1933 por el pacto Roca-Runciman. En ambos acuerdos el liberalismo argentino acepta tener un rol de sumisión a las políticas económicas anglo-estadounidenses, sino que refrenda el acuerdo como «un éxito» para el país, cuando en realidad atenta contra los intereses nacional y asume la dependencia económica.
Estados Unidos informó que incorporó a la Argentina dentro de un paquete de acuerdos que involucró a Ecuador, Guatemala y El Salvador. Según la comunicación oficial de la Casa Blanca, los dos países aceptaron abrir sus mercados para productos que los gobiernos consideraron estratégicos. Washington afirmó que otorgaría acceso preferencial para determinadas exportaciones argentinas y que eliminaría aranceles vinculados a recursos naturales. A la vez, detalló que la Argentina adoptaría una serie de compromisos regulatorios, sanitarios, técnicos y comerciales que ampliaron la entrada de bienes estadounidenses.
El canciller Pablo Quirno confirmó la medida luego de reunirse en Washington con el secretario de Estado, Marco Rubio. Para el funcionario libertario “es un honor anunciar que la Argentina y Estados Unidos han logrado un Acuerdo Marco de Comercio Recíproco e Inversión. El acuerdo crea las condiciones para aumentar las inversiones de Estados Unidos en la Argentina e incluye reducción de tarifas para industrias claves aumentando el comercio bilateral entre ambos países”.
El convenio solo suscribió tres ejes que no modifican sustancialmente las condiciones materiales de las relaciones comerciales para el país: el regreso a los aranceles previos a abril, una mejora en la exportación de carne de res y un esquema de cooperación para el comercio de minerales críticos. En contrapartida, Estados Unidos reafirmó su posición dominante y obtuvo mayores beneficios para su industria y sus exportaciones.
En tal sentido, Estados Unidos podrá hacer ingresar al país carne de res norteamericana, Argentina habilitará el acceso preferencial de medicamentos, químicos, maquinaria y bienes de tecnología de la información, a autorizar dispositivos médicos y vehículos automotores bajo normas determinadas por autoridades norteamericanas y a permitir la entrada de productos agrícolas estadounidenses en un marco de controles simplificados. La Casa Blanca indicó que la Argentina eliminaría barreras arancelarias, suprimirá formalidades consulares y dejaría de exigir conformidad propia para productos con certificados aprobados por Estados Unidos en materia de automóviles, alimentos y medicamentos.
Asimismo, en esta relación asimétrica, el convenio estableció que el Argentina reforzará medidas contra falsificación y piratería, que habilitaría el ingreso de ganado bovino vivo, aves de corral, quesos y carnes estadounidenses, que dejaría sin efecto el registro de instalaciones para importaciones de productos lácteos provenientes de Estados Unidos y que aplicaría controles para impedir la importación de bienes producidos mediante trabajo forzoso.
Estados Unidos informó que la Argentina adoptará políticas para combatir la tala ilegal, utilizará de manera más eficiente los minerales críticos, ajustará su política pesquera a normas de la OMC sobre subvención, intensificará la cooperación para contrarrestar prácticas no mercantiles de terceros países, revisará las distorsiones generadas por empresas estatales y subvenciones industriales y facilitará las condiciones para el comercio digital con empresas de Estados Unidos.
La Casa Blanca explicó que «con el objetivo de fortalecer y equilibrar la alianza económica, EE.UU. y Argentina han acordado un marco para profundizar la cooperación bilateral en materia de comercio e inversión. Este acuerdo busca impulsar el crecimiento a largo plazo, ampliar las oportunidades y crear un entorno transparente para el comercio y la innovación».
El acuerdo firmado por el gobierno libertario consolida una estructura que favorece de manera notoria a Estados Unidos y deja a la Argentina con menos herramientas para defender su producción. La cesión de regulaciones estratégicas, la flexibilización de controles sanitarios y comerciales y la apertura de importaciones sectores sensibles de la producción, profundizaron la fragilidad de la industria local frente a bienes extranjeros. La decisión ubica al país en una posición subordinada que perjudica la producción nacional, deteriora el mercado interno y afecta a quienes trabajan en la Argentina.