Por Redacción
El escenario del Salón Felipe Vallese, en la CGT, llamó la atención. Dirigentes sindicales que hasta no hace mucho estaban distantes compartieron tiempo, espacio y apreciaciones en torno a dos figuras centrales: Héctor Daer, uno de los Secretario Generales de la CGT y Alberto fernández, presidente electo. El marco fue el Plenario de Secretarios Generales.
Fue algo más que una foto de la unidad. Hubo un mensaje implícito hacia adentro y hacia afuera del Movimiento Nacional. En primera instancia Fernández eligió como interlocutor sindical a la CGT y él mismo se construye como conductor del actual proceso que se avecina. No es solo el famoso pacto social, es la arquitectura del poder que se necesita para establecer relaciones de fuerza.
En su discurso Alberto Fernández afirmó que la CGT es el hogar que albergó a figuras “enormes como Ubaldini y Rucci, es el lugar de encuentro de los mejores sindicalistas que la Argentina ha tenido. En este lugar vamos a hacer la nueva generación de trabajadores que la Argentina va a necesitar. Vamos a empezar desde acá y lo vamos a hacer juntos”.
“Esto es parte de uno de los desafíos de lo que algunos llaman acuerdo social o pacto social. Vamos a honrar la memoria de Perón y vamos a llamar a los que producen y trabajan y se van a sentar, junto al Estado, a diseñar las políticas del futuro. No solamente para hacer una cuerdo de precios, un acuerdo de salarios, vamos a diseñar el futuro que la Argentina necesita y vamos a diseñar ese futuro entre todos”, sostuvo el presidente electo en la casa de los trabajadores.
Alberto Fernández indicó, de manera enfática, que “el Movimiento Obrero Organizado es parte del gobierno que se va a instalar en la Argentina a partir del 10 de diciembre de este año. No es una cuerdo político, nunca lo hemos hablado, es la convicción que todos tenemos. La convicción que todos tenemos es que al país lo elevamos entre todos trabajando juntos y que los que trabajan son la piedra angular de la sociedad”.
El presidente, que asumirá el próximo 10 de diciembre, habló también con gestos políticos. Pasó mucho tiempo para que el campo político volviera a estar en la CGT. Dirigentes como el gobernador electo de la Provincia de Buenos Aires, Axel Kicilof, junto a otros gobernadores e intendentes, así como también el Presidente del Partido Justicialista, José Luis Gioja, acompañaron a Fernández.
La sorpresa del escenario se vio reflejada por los actores que lo ocupaban. Un plano general impensado hace unos mesas atrás: Hugo Moyano junto a Roberto Fernández de la UTA, por ejemplo. Referentes del Frente Sindical para el Modelo Nacional con Gordos e Independientes, son claves de lo que el futuro proceso de reconstrucción nacional necesita. No obstante, más allá del fortalecimiento de Daer y en, cierta manera el de Carlos Acuña, su tarea será muy difícil.
El conjunto sindical será orgánico con el proyecto nacional pero habrá que ver si actuarán de la misma manera con la conducción del CGT. Todo hace suponer que la estrategia es llegar a agosto con un consolidación sólida en la construcción de espacios de unidad. Lo cierto es que Daer puede operar como articulador pero no, por lo menos hasta el momento, como conductor.
Lo concreto que es que hoy se dio un paso importante de cara el futuro cercano. Todavía resta tiempo y recorrido para hablar de unidad. Tampoco hay que olvidar que existen otros agentes que deben ser interpelados por el campo político y son los Movimientos Sociales. La expectativa es grande, la esperanza también. Hoy fue un día de celebración, aun con las dudas entendibles, para el Movimiento Obrero. Después de todo, el triunfo electoral también le pertenece.