Por Gustavo Ramírez
Por estas horas es concreto el hecho que las tensiones internas dentro del gobierno, dados los diversos frentes que lo componen, a 48 horas de conocidos los resultados de las PASO se hacen manifiestas producto de la necesidad de comprender cual es la agenda urgente que el Presidente debe atender.
En declaraciones a la prensa, el Ministro de Desarrollo de la Provincia de Buenos Aires, y titular de La Cámpora le pidió este martes al Presidente cambios en el gabinete nacional como gesto de entendimiento de lo que ocurrió el último fin de semana. “En 2009 y 2013 vivimos situaciones muy difíciles y siempre salimos con política, con la gente y con medidas en lo económico y social” y agregó que “en 2009 entraron Aníbal (Fernández) y Amado (Boudou) a jefatura de Gabinete y a Economía. En 2013 entraron Coqui (Capitanich) y Axel (Kicillof). Son cosas que requieren que reaccionemos con reflejos y escuchemos a la gente”.
Alberto Fernández respondió con una foto elocuente durante un acto en la localidad bonaerense de Almirante Brown, del cual no participaron ni el Gobernador Axel Kicillof, ni integrantes de la lista del Frente de Todos. Sin embargo, si participó el Jefe de Gabinete, Santiago Cafiero. No hay que ver en estas posiciones ningún tipo de conspiración que atente contra la gobernabilidad del Presidente. Las pujas son obvias tras los resultados electorales obtenidos.
La mayor preocupación interna es la fuga de votos populares, dado que allí reside la fuerza social de la coalición gobernante. Por eso, los sectores más duros le reclaman a Alberto que abandone su lugar de tibieza y profundice las políticas sociales. En ese sentido aun no está clara la lectura hecha por el mandatario y su núcleo duro sobre lo ocurrido en las urnas este último domingo. De acuerdo al diagnóstico se tomarán las medidas necesarias para revertir la situación electoral.
Si es por señales se puede interpretar que Fernández considera innecesario un cambio en el Gabinete por estas horas. Se podría decir, por otro lado, que tras el golpe sufrido es lógico que no quiera desprenderse de alfiles como Cafiero, Kulfas y Guzmán. No obstante, cabe preguntarse que tan sólida es la posición interna de Jefe de Estado, dado que todos lo cañones apuntan a él por las decisiones que no tomó a tiempo, así como por el armado de las listas.
No son pocas la voces internas que reclaman un giro radical en la política económica, pero también en la social. En esa perspectiva el gobierno pretende activar un paquete de medias que comprenden un bono de 6.000 peso para jubilados y aumento de la AUH, esta en agenda la re-implementación del IFE, así como el un aumento para el salario mínimo, vital y móvil. Desde el ala dura, que acusó recibido del mensaje emitido por los sectores más pobres de la sociedad, consideran que estas medidas si bien representan una acción, son insuficientes.
Si nos detenemos a mirar el mapa del territorio electoral, el Frentes de Todos perdió votos entre su fuerza de base natural. Esto no sólo es nocivo de cara a noviembre sino ya también para el 2023. Es por ello que se insiste en que es necesario que el Gobierno recupere la agenda social con algo más que anuncios coyunturales que además pueden ser observados como actos meramente electoralistas. Sin embargo, las primeras reacciones de Alberto Fernández tienen que ver con no perder el centro de su rumbo económico, atado en demasía a la negociación con el FMI.
Fuentes consultadas por AGN Prensa señalaron que no hay rupturas, la discusión es política y se da dentro de los causes normales. Si se reclaman que Alberto avance con los cambios. Cuando se repreguntó que pasaría si el Presidente decide no ir en la dirección exigida, el silencio se hizo cargo de la semiología de lo obvio. En este contexto es saludable la discusión interna quiere decir que el Movimiento anda. Ahora bien, las expresiones de unidad no se pueden cerrar sobre sí mismas y las posiciones individuales no pueden imponerse por encima de la necesidad colectiva.
Dentro de este panorama reclamaron la instalación de una agenda cercana a los problemas reales de las y los trabajadores ocupados y desocupados. En ese sentido los actores populares reiteraron que la deuda que hay que pagar de manera inmediata es con las clases populares. Está claro que más del 50 % de pibas y pibes en la pobreza, con más del 40 % de trabajadores en al informalidad, y asalariados empobrecidos, las demandas van a hacerse cada vez más en voz alta.
El Presidente pidió hoy que “que por favor ninguno de nuestros militantes, ninguna militante nuestra baje los brazos, con mucha fuerza, con más convicción que nunca, con la convicción de siempre, vamos a golpearle la puerta al vecino que no fue a votar y expliquémosle lo que está en juego”. Lo que en otro momento podía ser leído como una expresión de fortaleza se digiere hoy como un discurso de ocasión, simplista y alejado de lo real concreto.
No alcanza con la militancia, que por cierto es necesaria, se necesita un programa urgente integral que supere lo necesario coyuntural, sin ese eje todo será un salvavidas de plomo, más allá de las palabras ordenadas y limpitas. Es Alberto Fernández y su equipo de trabajo quienes tienen que embarrarse.
La pregunta es si está decidido a hacerlo, sobre todo porque tiene que hacerlo en un pantano al cual llegó por propia determinación, en función de ejecutar un plan de gobierno que soslayó los problemas en y del territorio. Si, claro, la pandemia es un gran problema, pero no puede ser la excusa para no avanzar. No existen las condiciones ideales para gobernar, si existe la elección de para quien y con quien gobernar. En ese marco, Fernández por ejemplo eligió a Larreta. Se equivocó.
Ahora el tiempo urge y cada decisión pesa. Lo peor que puede hacer el Presidente en este contexto es obstinarse en creer que hay que seguir como hasta el momento y confundir la profundización que se le demanda con mayor asistencialismo para las clases populares, subordinación para con los grupos del capital concentrado y carnalidad con el Fondo Monetario. Si elije ese camino estaremos perdiendo mucho más que una elección de medio término.
14/9/2021