Por Redacción
Especialistas en materia hidrográfica adelantaron que la bajante histórica del Río Paraná puede extenderse hasta el mes de diciembre. La bajante alcanzó los registros de 1944 y lleva 730 días con las consecuencias que ello para el comercio así como también para el desarrollo de la vida ribereña.
En ese marco, el investigador del CONICET, Juan José Neiff, indicó que “la cuestión no es solo la bajante extraordinaria del río Paraná, sino el tiempo ininterrumpido en esta situación, que ya alcanza 730 días. Desde 1901, que se inició el registro hidrométrico en Corrientes, no se presenta una situación similar, tan extendida en el tiempo”.
Este martes el se registró en Corrientes una altura de 0,29 metros, una marca que no se tenía desde 1944. En ese orden, Neiff señaló que “los pronósticos de El Niño y La Niña, que son los que influyen, determinan que la situación continuará hasta diciembre”.
Ante al gravedad de la situación el Gobierno Nacional anunció en los últimos días la puesta “en marcha de diferentes procedimientos estipulados en el Sistema Nacional de Gestión Integral del Riesgo (SINAGIR), para contener las consecuencias, como así también un Fondo de Emergencia Hídrica de $1000 millones, para la asistencia de las provincias y localidades afectadas”.
Voceros oficiales señalaron que “a través de diferentes acciones el gobierno trabaja para mitigar las posibles consecuencias sobre la población y el ambiente en las provincias de Formosa, Chaco, Corrientes, Santa Fe, Entre Ríos, Buenos Aires y Misiones”.
En ese sentido precisaron que “el Ministerio de Obras Públicas a través del Fondo de Emergencia Hídrica, por una inversión de $1000 millones destinará los recursos para trabajos en las tomas de agua sobre el río Paraná y arroyos interiores; la adquisición de bombas y dragados para tomas de agua, adecuación de canales, cañerías de conducción y aducción e impulso, y pontones para tomas temporarias, cuyo relevamiento está haciendo la Prefectura Naval Argentina”.
Asimismo explicaron que se “pondrá en marcha un Programa de Emergencia Hídrica que prevé verificar situaciones críticas que se produzcan en el territorio argentino a lo largo de los ríos Paraná, Iguazú y Paraguay, especialmente asociadas al abastecimiento de agua potable y generación de energía eléctrica”.
En este contexto “el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible incrementó la presencia de brigadas y medios aéreos e instalación de sistema de cámaras de detección temprana de humo y calor, debido a que los incendios forestales y de pastizales en la zona del Delta se reproducen en invierno sólo cuando hay bajantes históricas”.
Desde el Ministerio de Seguridad de la Nación informaron que se “implementó el monitoreo permanente de las cianobacterias, debido a que su aumento está directamente relacionado con la bajante y el trabajo articulado con todas las empresas de obtención y distribución de agua corriente para garantizar su potabilidad También con todas las empresas que tratan residuos peligrosos para evitar que las bajantes impongan falencias en el proceso de tratamiento de esos residuos y los vuelquen a los ríos de la cuenca”.
Por último, fuentes oficiales confirmaron que “la bajante actual del Paraná es la más importante que está ocurriendo en nuestro país en los últimos 77 años. El déficit de precipitaciones en las cuencas brasileñas del río Paraná y del río Iguazú, y la sequía son factores determinantes. Las bajantes y las crecidas son procesos naturales y cíclicos en cualquier sistema fluvial, pero se transforman en noticia cuando exceden los parámetros normales; esto ocurre hoy. Desde 2019 las precipitaciones en la cuenca han estado por debajo de las medias mensuales de los últimos 10 años”.
20/7/2021
