Por Redacción
La Organización de la Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura y el Programa Mundial de Alimentos advirtieron, a través de un informe publicado el pasado 23 de marzo, que el “hambre aguda aumentará en más de 20 países en los próximos meses si no se presta asistencia urgente y a escala”.
Según el documento de la FAO, dio cuenta que Yemen, Sudán del Sur y el norte de Nigeria son los países que afrontan, en al actualidad, una situación de catástrofe. En tal sentido se informó que en “determinadas zonas de Sudán del Sur y el Yemen que ya sufren inanición y mueren o están en riesgo de hacerlo”.
Si bien el continente africano es el más afectado se estimó que, de continuar el actual estado de situación, el hambre aguda aumente dramáticamente en la mayoría de las regiones mundiales “desde Afganistán, en Asia, a la República Árabe Siria y el Líbano, en Oriente Medio, hasta Haití, en América Latina y el Caribe”.
Según el documento, más de 34 millones de personas padecen este flagelo “lo que significa que están a un paso de la inanición”. Por su parte, el Director de la FAO, Qu Dongyu, precisó que “la magnitud del sufrimiento es alarmante. Corresponde a todos nosotros actuar ahora y actuar con rapidez para salvar vidas, salvaguardar los medios de vida y evitar la peor situación”.
En ese sentido señaló que “en numerosas regiones, la temporada de siembra acaba de empezar o está a punto de hacerlo. Debemos actuar contra reloj y no dejar pasar esta oportunidad de proteger, estabilizar e incluso posiblemente incrementar la producción local de alimentos”.
Asimismo, David Beasley, Director del Programa Mundial de Alimentos, remarcó: “Estamos viendo gestarse una catástrofe delante de nuestros ojos. La hambruna, provocada por los conflictos y agravada por las perturbaciones climáticas y la pandemia de la enfermedad por coronavirus (COVID-19), está llamando a la puerta de millones de familias”.
“Necesitamos con urgencia tres elementos para evitar que millones de personas mueran de inanición: los enfrentamientos deben parar, se nos debe permitir acceder a las comunidades vulnerables para prestar ayuda que salve vidas y, por encima de todo, necesitamos donantes que proporcionen los 5 500 millones de USD que solicitamos para este año”, añadió el funcionario.
Los factores que pueden causar la aceleración de la “inseguridad alimentaria”, se encuentran en los conflictos bélicos o de violencia que afectan a países como Afganistán, Etiopía, Nigeria, Mozambique, República Centroafricana, la zona central de Sahel, Somalia, Sudán y Sudán del Sur. En estos lugares, de persistir el estado actual de situación el hambre puede llegar a puntos críticos entre marzo y julio de este año.
Por otro lado, la pandemia de COVID-19 ha significado una escalada en la dramática situación económico en distintos países del planeta. “América Latina es la región más afectada por el deterioro económico y será la que tarde más en recuperarse. En Oriente Medio, el Yemen, la República Árabe Siria y el Líbano se encuentran gravemente afectados por una rápida depreciación de la moneda y una inflación disparada”, se estableció en el informe.
El cambio climático es otro de los factores que tiene incidencia en la propagación de esta terrible situación. Desde distintas organizaciones mundiales hicieron una llamado a la comunidad internacional para frenar en lo inmediato este mal y brindar ayuda humanitaria a aquellos países que hoy más lo necesitan.
26/3/2021