Pensamiento Nacional

Como se peroniza a Martillazos

*Por Martín Tomassini

Se dice que un vistazo al pasado nos hace menos propensos a volver a equivocarnos. Bien, repasemos entonces.

Todavía está latente el daño que el gobierno de CEOS, con tinte neoliberal, dejó en nuestra bendita Nación. La caída del salario real de los trabajadores registrados del 21,5%, la pérdida de 20 puntos de las jubilaciones. La pobreza ubicada en el nivel más alto de los últimos 10 años (40,8%).

El Ingeniero  Mauricio Macri terminó el mandato con el doble de  inflación de la que  había recibido en el 2015. El desempleo de dos dígitos, 10,6% y una industria funcionando con la mitad de la capacidad instalada. El Producto Bruto Interno per cápita cayó un 10%. A todo esto, se sumó una devaluación del 538% y una deuda externa que creció 150 mil millones de dólares en tan solo cuatro años.

Como si esto fuera poco la represión- con Patricia Bullrich a la cabeza – de un gobierno que atacó sistemáticamente las manifestaciones y las protestas de los trabajadores.

Si retrocedemos un poco más en nuestra historia, nos encontramos con la Alianza.

Fue aquel gobierno de Fernando De la Rúa otro fracaso estrepitoso para nuestra democracia. A solo dos años de asumir, la crisis económica persistente, la corrupción y el anunció de Cavallo de un corralito lo llevaron al final de su mandato.

El mega-canje y el blindaje, sobornos en el Senado, la renuncia de Carlos “Chacho” Álvarez, el recorte a los jubilados, la declaración de Estado de Sitio, los saqueos y al final represión y muertes.

Nobleza obliga, también hablemos de los nuestros.

El gobierno de Carlos Menem con la promesa de “salariazo”, revolución productiva y Ley Federal de Educación, hizo creer en la posibilidad de un plan de gobierno justicialista. Un proyecto de país pensado por y para el pueblo trabajador.

Pero no, lamentablemente el velo se cayó y mostró la peor cara del neoliberalismo. Otra vez los intereses foráneos se adueñaron de la agenda nacional y le torcieron el brazo al gobierno de turno.

El despilfarro y el desmanejo provocaron un desajuste insostenible en la economía. La entrega de las empresas estatales, el cierre de los ramales ferroviarios, las privatizaciones portuarias,  las importaciones desmedidas generaron un caldo de cultivo para que las corporaciones, “el capital”, se enriquecieran a costa del empobrecimiento del pueblo.

Los problemas que presentó el modelo económico se incrementaron luego del efecto tequila. La recesión económica detuvo la producción. El crecimiento de la desocupación, la pobreza y los actos de corrupción se vieron confrontados con la protesta social, nacían los piquetes.

No podemos dejar afuera de este repaso al Dr. Raúl Alfonsín.

Después de años de lucha, donde de las organizaciones libres del pueblo, los trabajadores, los militantes dejaron sus vidas para que la tan ansiada democracia regresara al país, el gobierno radical pareció ser una bocanada de esperanza para un pueblo que necesitaba la paz.

El juicio a los ex comandantes y la política de derechos humanos daban cuenta de ello. Pero las leyes de Punto Final y Obediencia Debida demostraron la fragilidad del gobierno.

Alfonsín no pudo desarticular el modelo económico heredado por la dictadura, la inflación mensual del 20%, una deuda externa de 45 mil millones de dólares y la desocupación del 7% provocaron la aparición del Plan Alimentario Nacional.

La UCR, fiel a su costumbre, embistió contra el movimiento obrero con la llamada Ley Reordenamiento Sindical. El fracaso de esta acción serviría como excusa para mitigar los errores cometido, culpando a los sindicatos de su propia incapacidad de conducir la economía.

El condicionamiento del FMI generó un plan económico que produjo un empujón de la economía. Este le sirvió a aquel gobierno para ganar las elecciones de medio término. Pero la mayoría absoluta en las dos cámaras y el apoyo obtenido en las urnas chocaron con el agotamiento del Plan Austral.

Otra vez una economía neoliberal daba por tierra los sueños del pueblo: la deuda externa había crecido 63.000 millones de dólares y los salarios decrecido enormemente, la recesión era del 6% del P.B.I. y la hiperinflación del 5000%.

Las políticas neoliberales aplicadas por los distintos gobiernos democráticos han fracasado y llevaron a la hecatombe a la argentina.

Esto debería ser un indicio de que para dar vuelta la página se necesita un gobierno que haga lo que el pueblo quiere y defienda un solo interés “el del pueblo”, se necesita más peronismo.

I

“En todos los tiempos, los más sabios han coincidido en este juicio acerca de la vida: no vale nada. Una y otra vez se les ha oído el mismo acento: un acento de duda, de melancolía, de cansancio de la vida, de resistencia a ella. Hasta Sócrates dijo al morir: “La vida es una larga enfermedad; debo un gallo al salvador Asclepio”. Hasta Sócrates estaba harto de vivir”
EL PROBLEMA DE SÓCRATES, Cómo Se Filosofa a Martillazos, Friedrich Nietzsche

La comunidad organizada, base filosófica del movimiento peronista, propone que nadie se realiza en una comunidad que no se realiza. Marca, claramente, las normas que definen los derechos y las obligaciones de cada persona.

Desde el punto de vista del peronismo “la vida” tiene un valor incalculable, donde cada individuo ocupa un lugar importantísimo e indelegable dentro de la sociedad y su destino está supeditado al de la comunidad.

Una democracia plenamente participativa y humanista, planificada y construida desde las organizaciones libres del pueblo, que plantea una alternativa a las conocidas, la tercera posición.

El peronismo siempre marca la diferencia, no puede existir la vida si destruimos la biodiversidad. El “Mensaje Ambiental a los Pueblos y Gobiernos del Mundo” de Juan Domingo Perón, además de demostrar la visión político estratégica del general, advierte sobre la necesidad del cuidado del medio ambiente o como dice Francisco “el cuidado de la casa común”.

II

“El destino de los hombres está hecho de momentos felices, toda la vida los tiene, pero no de épocas felices”
Friedrich Nietzsche

Los días más felices, fueron, son y serán peronistas. Para el peronismo la política no es un fin, sino solo un medio, es el canal por el cual se beneficia a la Patria en pos de la felicidad del pueblo y la grandeza de nuestra nación.

El peronismo se ha encargado históricamente de cubrir las necesidades del pueblo.

La Fundación Eva Perón distribuía libros, alimentos, ropa, máquinas de coser, herramientas y sobre todo juguetes, porque en esa Argentina Justicialista los únicos privilegiados fueron los niños.

La Política Sanitaria Argentina se fundamentó sobre tres pilares: Todos los hombres tienen igual derecho a la vida y a la salud. No puede haber política sanitaria sin política social. De nada sirven las conquistas de la técnica médica si esta no puede llegar al pueblo por los medios adecuados.

El deporte pasó a ser una política de Estado, convirtiéndose en un puntal de la Justicia Social, por lo que ya en el primer Plan Quinquenal (1947-1951) se indicaba: “El Estado auspiciará el desarrollo de la cultura física del pueblo en armonía con su formación moral e intelectual mediante el ejercicio del deporte. El deporte ayudará a la elevación del bienestar y de la cultura general del pueblo, al desarrollo de sus sentimientos de patriotismo y a la solidaridad social”.

En el plano educativo se refleja el carácter inclusivo del justicialismo, logrando el aumento de alumnos en las aulas (nivel primario y secundario) con la consecuente baja de deserción escolar.

También había lugar para el descanso y el esparcimiento. Fueron parte del modelo justicialista los derechos a las vacaciones pagas, al descanso y a un bienestar social para los trabajadores.

III

“La esperanza es el peor de los males, pues prolonga el tormento del hombre”
Friedrich Nietzsche

El Peronismo es la esperanza de la clase trabajadora. Los trabajadores tenían un sueño, una utopía, hasta que llegó Perón e indicó el rumbo.

Desde ese momento las banderas del movimiento son: la Justicia Social, la Independencia Económica y la Soberanía Política.

Con el postulado “No existe para el Peronismo más que una sola clase de hombres: los que trabajan” se cambió el paradigma, se colocó al trabajador en el lugar que se merecía y se lo designó artífice y motor del destino de la Nación.

La esperanza de la patria Peronista se sustenta en la unidad nacional, con la construcción de un Estado organizado y el anhelo del pueblo libre.

Esto se ve reflejado en la Constitución del ’49 con la incorporación de derechos laborales y sociales, la igualdad jurídica del hombre y la mujer, los derechos de la niñez y la ancianidad, la autonomía universitaria, la función social de la propiedad, entre otras normas.

IV

«En otro tiempo fuisteis monos, y también ahora es el hombre más mono que cualquier mono.»
Friedrich Nietzsche

El odio sistemático a Perón, tiene su origen en la misma concepción del movimiento.

Al mismo tiempo de la creación del Partido Laborista (apoyado por los sindicatos, militares y la Iglesia Católica) también nacía el anti-peronismo.

Sectores radicales y conservadores construyeron un frente electoral para presentarse en las elecciones. Demás esta decir que esta alianza la integraban los mismos que con el paso del tiempo se convertirían en acérrimos enemigos del movimiento, los mismos que no dudaron en golpear, una y otra vez, las puertas de los cuarteles.

La denominada Unión Democrática estaba conformada por la U.C.R, el Partido Socialista, el Partido Demócrata Progresista y el Partido Comunista con el apoyo de la Sociedad Rural, la Unión Industrial, la Bolsa de Comercio y el embajador de los EEUU, Braden.

Entonces, desde el inicio se combatió al peronismo a sol y a sombra. Los ataques tuvieron su máxima expresión en los bombardeos de Plaza de Mayo de 1955 que desembocaron en el derrocamiento del General y en el golpe de 1976, que se convirtió en la noche más oscura de nuestra historia.

V

“No hay hechos eternos, al igual que no hay verdades eternas”
Friedrich Nietzsche

Para el pueblo trabajador la única verdad es la realidad.

Desde la Secretaría de Trabajo y Previsión, el Coronel Perón, permitió mejorar el condiciones de la vida de los obreros.

Promovió jornadas laborales  de 8 horas diarias y 44 horas de trabajo semanales, estableció el seguro social y la jubilación, la indemnización por accidentes laborales, la ley de despedidos, el estatuto del peón, la creación de tribunales de trabajo y las vacaciones pagas.

En el primer peronismo, con el Primer Plan Quinquenal, se procuró estimular el desarrollo industrial, se multiplicó el empleo y esto produjo la mejora de las condiciones de vida de la clase trabajadora. Se crearon viviendas, hospitales y escuelas.

Con el Segundo Plan Quinquenal se buscó el crecimiento de la industria pesada. Se incrementaron los créditos industriales. Nacieron las Industrias Aeronáuticas y Mecánicas del Estado (I.A.M.E.), donde se investigaban, fabricaban y reparaban material aeronáutico y se producían automóviles.

Ya en 1973, Perón presento el Plan Trienal para la Reconstrucción y la Liberación Nacional. El plan buscaba estimular el rápido crecimiento económico, con la participación del sector productivo nacional, la apertura de mercados para exportar y la mejor distribución del ingreso.

Este quedó trunco por el paso a la inmortalidad del gran líder.

VI

“Por lo que más se nos castiga es por nuestras virtudes”
Friedrich Nietzsche

La Oligarquía nacional no soportó el abrazo del peronismo. El peronismo contiene, integra, comprende. La conciencia social es el pilar fundamental del movimiento.

Los miserables de siempre no resistieron que los de abajo ganaran en derechos, que se privilegiaran los que menos tienen.

Al peronismo se lo castiga por haber conseguido el bienestar de los sectores más vulnerables y la clase obrera. Estos que durante mucho tiempo vieron postergados sus sueños a manos de un grupo minoritario de familias que manejaron el destino del país, hasta que llegó Perón.

«Ningún Peronista debe sentirse más de lo que es, ni menos de lo que debe ser. Cuando un Peronista comienza a sentirse más de lo que es, empieza a convertirse en oligarca.» J. D. Perón

 

VIII

 

“Dios ha muerto. Dios sigue muerto. Y nosotros lo hemos matado”
Friedrich Nietzsche

El Peronismo es la prueba fehaciente de que Dios no ha muerto, de hecho es la demostración cabal de que Dios existe.

Alcanza solo con mirar el trabajo de los y las compañeras que luchan por la Justicia Social. Las y los que se colocan al hombro la mochila de la Ayuda Social y que le extienden la mano al prójimo.

Habría que observar la estoica tarea que realizan en los barrios las compañeras que ponen en juego su salud y la de sus familias, las que juntan lo que pueden para alimentar a los pibes y pibas abandonadas por el Estado.

Los que reparten un abrazo de justicia y de amor a los que más lo necesitan. En sus corazones se puede ver la presencia de Dios.

El peronismo es solidaridad y la solidaridad es una demostración de amor, como dice Francisco “Dios quiere recordarnos que lo único que permanece es el amor”.

Entonces, el Peronismo permanecerá por siempre.

 

 

 

*Periodista AGN Prensa Sindical.

21/9/2020

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