Por Redacción
El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas analizó la grave situación que atraviesa Haití y advirtió que el país se encuentra en una etapa crítica. El secretario general adjunto de la ONU para América, Miroslav Jenča, aseguró que el control territorial de las pandillas se ha expandido de manera alarmante, mientras el Estado pierde capacidad de respuesta y la violencia alcanza niveles sin precedentes.
“Durante mi visita en enero, Puerto Príncipe ya estaba paralizada. Hoy, las pandillas han fortalecido su control, acercando al país a un punto de no retorno”, señaló Jenča ante los miembros del organismo internacional. El funcionario subrayó que, pese a los intentos locales de avanzar en un proceso político, la inseguridad se volvió un obstáculo insalvable.
La Oficina Integrada de las Naciones Unidas en Haití (BINUH) informó que, en lo que va de 2025, se registraron más de 4.000 asesinatos. Entre las víctimas figuran al menos 465 mujeres y niños. La violencia desplazó a más de 1,3 millones de personas, el número más alto en la historia reciente del país.
Jenča advirtió que las bandas armadas comenzaron a extender su influencia hacia el interior del territorio. En La Chapelle, departamento de Artibonite, un reciente ataque dejó más de 9.000 desplazados y la estación policial local destruida. En paralelo, crece el número de comunidades que recurren a grupos de autodefensa sin ningún control institucional. Solo en los últimos tres meses, al menos 101 personas fueron ejecutadas sin juicio previo por sospechas de colaborar con las pandillas.
La violencia sexual forma parte del repertorio del terror. Entre marzo y abril, la ONU documentó 364 ataques, con 378 sobrevivientes, en su mayoría mujeres y niñas. El informe detalló que estas agresiones se utilizan como método de sometimiento en las zonas controladas por los grupos criminales.
Jenča insistió en que no habrá reconstrucción política sin una mejora sustancial en el plano de la seguridad. Valoró la tarea de la Misión Multinacional de Apoyo liderada por Kenya y lamentó la reciente muerte de dos agentes. También propuso una revisión del mandato de la BINUH para adecuar sus capacidades al nuevo escenario y respaldó la idea de crear una oficina logística de Naciones Unidas que refuerce la operación de la Misión. “No podemos fallarle a Haití en este momento crítico. Las decisiones que tomemos hoy serán menos costosas y complejas que las que enfrentaremos si colapsa la presencia estatal”, expresó.
En la misma sesión, la directora ejecutiva de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), Ghada Waly, denunció que muchas empresas de seguridad privada y grupos armados ilegales operan en connivencia con las pandillas. “Todos estos actores están impulsando la demanda de armas de fuego y armas de uso militar, alimentando los mercados ilícitos de armas y aumentando el riesgo de que las armas lícitas se desvíen a elementos criminales”, afirmó.
Waly indicó que la UNODC brinda capacitación a los guardacostas haitianos y reconoció el papel de los países vecinos en la incautación de armas y dinero ilegal. Señaló a República Dominicana, Bahamas y Turcos y Caicos como territorios clave en las tareas de intercepción y subrayó la necesidad de una estrategia regional articulada para frenar el flujo de armas, recursos financieros y logística que sostienen a las organizaciones criminales en Haití.