Dos goles del “mágico” René Pontoni daban ventaja al visitante. En el segundo tiempo, dos goles de Miguel Runzer para igualar. Luego, uno anulado a Ramón Moyano, ex River, dejó a Ñuls reclamando. Encima, sobre la hora, gol en contra del defensor Nieres dejó expuesto a Osvaldo Cossio, árbitro de la gran polémica. Debió irse con custodia policial. Ganó San Lorenzo 3 a 2. Hubo incidentes. Gases lacrimógenos en el Parque. Un caos. El árbitro resultó responsable para toda la prensa rosarina. El árbitro fue amenazado.
A poco, buscado y perseguido, Cossio llevó en un baúl escondido. Primero la policía, luego varios soldados que estaban en las cercanías del estadio. Los hinchas de Ñuls quisieron “colgarlo” de un árbol. Cossio nunca más se dirigió. Estuvo en tratamiento psiquiátrico.
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Boca-River en “La Bombonera”. Ganó el local, gol de penal del brasileño Paulo Valentím, a los diez minutos. Faltando dos fechas para la final del apasionante torneo. Los clásicos rivales “cabeza a cabeza” en el tramo final. River con mejor promedio.
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El árbitro Carlos Nay Foino, número uno, recordada particularidad: “dirigía con el silbato en la boca”, testimonios de futbolistas de aquel tiempo. Al cobrar penal aquel empujón de Carmelo Simeone a Luis Artime, faltando cuatro minutos, dejaba al referí en lo más alto. Artime se iba al gol. River dominaba, pero Boca cerraba todos los caminos. El derechazo fuerte del brasileño “Delem” al palo diestro de Antonio Roma, neutralizado por el arquero de la selección. El “Tarzán” boquense se adelantó. Imagen que recorrió el mundo.
Se adelantó dos metros, haciendo el clásico “sapito”. Esto es, saltitos hacia adelante. Correspondía hacerlo patear de nuevo, aquel 9 de diciembre del ’62. Cerca de las 19 horas, el estadio parecía una caldera. La hinchada “xeneize” en éxtasis. Con el empate hipotético, River hubiera llegado con ventaja a la última. Superó a Gimnasia en La Plata, era campeón. Cosa que ocurrió en el Bosque. Ganó el “millonario” 4 a 1, en tanto Boca dio la vuelta olímpica contra Estudiantes en “La Bombonera”.
Antonio Roma atajó dando rebote por la violencia del remate. Con un manotazo, enseguida la mandó al rincón. Había ingresado mucha gente. Los diarios de la época daban algo más de cinco mil personas detrás del arco. Los jugadores de River reclamaron airadamente. José Varacka y Vladislao Cap se fueron encima de Nay Foino. El árbitro alcanzó a decirles: “Penal bien pateado es gol. Si lo hago patear de nuevo, nos matan a todos. Hay más de mil detrás del arco de Roma”, se lee.
Hasta ahí, Vladem Lázaro Quevedo Ruíz, verdadero nombre y apellido de “Delem”, una de las figuras del campeonato. Había convertido 17 goles, Luis Artime, el “9”, hizo 24. El “10”, desde “el penal del siglo”, cayó en desgracia. Boca campeón. Título “manchado”.
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Noviembre. Estadio “Doble Visera”, cancha de Independiente, Avellaneda. El “Rojo”, si ganaba, campeón. Enfrente, San Lorenzo con varios menores. Entre otros, Héctor Rodolfo Veira, 17 años, y Victorio Casa, 18. A los 15’, gran pase de Héctor Facundo.
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Pelota al claro para la diagonal del zurdo número “10” que ganó las espaldas de Rubén Marino Navarro, recio defensor, y el capitán Jorge Maldonado, “6”, fino. Anticipó al “1” Osvaldo Toriani, ex Tigre, y San Lorenzo pasó a ganar.
El estadio enmudeció. San Lorenzo en formación: Agustín Irusta al arco, el cordobés Alberto Páez junto al vigoroso tucumano Rafael Albrecht, “crack”, 22 años. Oscar “Coco” Rossi, “prestidigitador”, el armador. Cerca, Héctor Facundo. La pegada.
El duro Navarro, “Hacha Brava”, lesionó al pibe Veira, cruce juzgado con mala intención. En Independiente decían que el defensor, capitán de la selección, jugaba muy fuerte, pero sin “mala fe”. Veira debía salir en camilla. No había cambios. El árbitro internacional Manuel Velarde no pudo con la violencia defensiva del “Rojo”. San Lorenzo sufrió otra baja cuando el uruguayo Tomás Rolan bajó al paraguayo Eladio Zárate.
El atacante de la selección “guaraní” también salió. San Lorenzo quedó con el “9”. Algo ocurrido hace más de 60 años. Ya había empatado Independiente cuando Manuel Velarde sancionó penal por una infracción dudosa en el área azulgrana.
El árbitro expulsó a Albrecht y a Páez. San Lorenzo quedó con 7. No era partido. Raúl Armando Savoy, junto al goleador Mario Rodríguez, las figuras, marcaron dos.
El 2 a 1 del PT dejó saldo bochornoso. El ST no debió jugar. En San Lorenzo, el zurdo Victorio Casa, otro marplatense célebre contra todo “el mundo”, único atacante, Chiquito, habilidoso. Héroe. Velarde dejó seguir hasta el 9 a 1. “Rojo” campeón, Velarde cesante.
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Mundial de Inglaterra. Final, el local contra Alemania. Antiguas cuentas no sólo del fútbol, sino de la Segunda Guerra en Europa, 1939/45. En los ’90, final 2 a 2. Luego, el gol “fantasma”, así lo demostró el periodismo. Árbitro suizo, juez de línea ruso.
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El goleador inglés, Geoffrey Hurst, único futbolista que hizo tres goles en una final en Campeonatos Mundiales, especialista en el juego de alto —el gol a Antonio Roma en Cuartos, anticipando a Roberto Perfumo, partido accidentado— metió frentazo goleador. La pelota se estrelló en el travesaño y no ingresó. El suizo Gottfried Denst miró al ruso. Tofik Bahkramov corrió hacia el medio mientras el mítico estadio de Wembley bramaba.
Convalidaron un gol que no fue. El partido terminó 4 a 2. El gol “fantasma” decisivo.
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1968. De nuevo “El Gasómetro” de Boedo. Finales del Nacional ´68. River había ganado a Racing en el triangular con Vélez. El domingo 21 de diciembre, a las 6, tarde agobiante. La “V” 1-0, golazo de José Luis Luna, tiro libre, oblicuo. Alfredo Gironacci, “1”, Río pagó caro.
Antes del cierre del PT empató Daniel Onega, cabezazo tras córner desde la derecha, luego que el “Chamaco” Carlos Rodríguez se desparramara a tres defensores rivales en un salto, arco contrario a la avenida La Plata. Uno a uno.
En el segundo tiempo, Amadeo Carrizo, que había estado lesionado, con 43 años, tras suplir al “Tano” Gironacci, lesionado, con su pie derecho, “guante”, mete una pelota, 40 metros al uruguayo Luis Cubilla. Escapada. La única vez que pudo con Luis María Atela.
Ganó la cuerda el gran puntero derecho oriental. El centro lo “peinó” Daniel Onega en el primer palo, arco que daba a la avenida La Plata. El arquero José Miguel Marín y el central Iselín Santos Ovejero, luego transferido al Atlético de Madrid, quedaron “pagando”.
Por el centro del área llegaba el bahiense Jorge Recio. El tucumano Zóttola no llegó a cruzarlo con “chilena” a destiempo. El cabezazo del “Laucha” Recio era gol. Para todos, menos para el santiagueño Luis Gregorio Gallo. Se arrojó con el brazo izquierdo. Atajó Guillermo Nimo a 20 metros, no cobró el penal. Dejó pasar la jugada del escándalo y algunos segundos más tarde sancionó infracción del “Chamaco” Carlos Manuel Rodríguez sobre Marín, revolcón del arquero. Nimo fue sancionado por la AFA. Alejandro Romay lo llevó a Canal 9. Nimo, como Bossio, nunca más se dirigió. Dado de baja.
Vélez Sarsfield campeón al vencer a Racing, domingo 29 de diciembre ´68 por 4 a 2, y fiesta que empezó en el “Gasómetro” y continuó en el “Viejo Fortín” de Villa Luro. Miles de hinchas festejaron el primer título de la “V” azulada. Brillaron Daniel Willington y el “Turco” Wehbe.
Las “manchas” quedaron siempre. A Nimo, todavía no existía “barrabrava riverplatense”, lo interceptaron. Un “operativo comando”. Sobre la avenida Juan B. Justo, cerca de La Paternal. Le rayaron el auto. Hubo una agresión. No se dirigió nunca más.
Alejandro Romay, “papa” de Canal 9, lo rescató al árbitro escrachado en todo lo que siguió al partido del 21 de diciembre. Vélez, gran equipo, resultó campeón una semana más tarde. Superó a Racing, multicampeón en el ´67, en el mismo escenario. Terminó 4 a 2.
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1970. Independiente campeón. Humberto Dellacasa, el árbitro polémico, hizo ejecutar tres veces un penal a Aníbal Tarabini. Dos atajados por Agustín Cejas. Clásico de Avellaneda en “El Cilindro”, el “Rojo” necesitaba ganar. El empate, River campeón. Había goleado a Unión.
Racing estuvo ganando dos veces. Goles de Roberto Perfumo, salida de un tiro libre, y otro de Jorge “Chino” Benítez, 20 años. La gran promesa. Del otro lado, primero empató el chaqueño Eduardo Maglioni. Luego el penal. El 2 a 2 se quebró faltando ocho minutos.
Gran tarde de Omar “Pato” Pastoriza, líder en el “Rojo”, dirigente máximo de Agremiados, en tanto crecía el juvenil Héctor Casimiro Yazalde, popular “Chirola”. Enseguida vendida al Sporting de Lisboa. El pase del año.
Racing se adelantó, llevado por su tribuna. Excelente cortado de zurda del “Pato” Pastoriza a espaldas de la defensa. Yazalde aventajó a Rubén “Panadero” Díaz, ingresando como “9” adelantado. No pudo achicar Cejas. El 3 a 2 se festejó hasta la madrugada.
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1987. Estadio Monumental. Boca, dirigido por César Menotti, llegaba con chances en un torneo que tenía como protagonista a Rosario Central de Ángel Tulio Zof. Río tercero o cuarto. El empate 1 a 1 dejó sólo un recuerdo.
El árbitro Francisco Lamolina no cobró una mano de Jorge “Pipa” Higuaín en la raya. Hugo Gatti vencido. Tras jugada de Antonio Alzamendi. El “codo” izquierdo del defensor evitó el gol. La gente de River no se acordó bien del referí. Central, al cabo, ganó el torneo.
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1992. “Copa Sudamericana”. Racing-Independiente, octavos de final. Bajo la lluvia, de nuevo en “El Cilindro”. Clásico parejo. Una cortina de agua complicó a Juan Bava, el referí. En la raya, Javier Castrilli, todavía no era “Sheriff”. Córner del uruguayo Rubén Paz.
Zurdo, “a lo Maradona”, lo mandó con comba. Cerrado. Luis Islas salió a cortar al área chica. Entraba en el aire Claudio García. El “Turco” del potrero de Villa Soldati, como si fuera jugador de vóley, metió un “cachetazo” a la pelota. Gol. Insólito.
Racing, al cabo, ganó 2 a 1. Pintaba equilibrado. Al punto que Carlos Roa, arquero de Racing, atajó un penal. El “Turco” García lo ganó con la mano. Como la “de Dios” de Diego Maradona en México ’86. Avivada que los ingleses siguen reclamando.
Mundiales 86 y 90. México e Italia. Con el genio de Villa Fiorito, pibe con “potrero” en las entrañas. Argentina “acostó” a Inglaterra. Cuatro años más tarde, Italia ’90, Argentina debía vencer a la Unión Soviética. Antes de la apertura, hubo dos acontecimientos.
El brazo derecho de Diego, pegado al palo, salvando el gol en un córner, cuando el terrible choque del arquero Nery Pumpido obligó al “1” a salir fracturado. Ganó Argentina 2-0, los soviéticos no reclamaron. Después era tarde.
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2009. Clausura. Estadio “José Amalfitani”. Vélez campeón en medio de gran polémica.
Última fecha del partido decisivo con Huracán, “tiki tiki” del equipo que dirigió Ángel Cappa.
Todo muy parejo. El “Globito” llegaba con ventaja. Un punto.
La mejor campaña, Metropolitano ’73, antecesor César Menotti, DT campeón del mundo ’78, al que Cappa se convirtió en referente en el fútbol y en la vida. Faltando 8 minutos, Huracán cerraba los caminos de la “V”. En el PT, Vélez había malogrado un penal.
Rugía el “Viejo Fortín” de Villa Luro cuando viaja una pelota larga para Joaquín Larribey, atacante de la “V”, que había ingresado siendo suplente. El arquero Gastón Monzón, 23 años, llegó con lo justo. Todo dentro del área. Larribey llegó tarde. Lo chocó.
La infracción clara no fue sancionada por el árbitro Gabriel Brazenas. El estadio, lleno, lo acondicionado. Nunca se sabrá. Lo borraron del mapa. Con el empate, Huracán era campeón.
Cappa luego se dirigió a River, también a Gimnasia, pero no repitió campañas. Vélez, con Ricardo Gareca DT, ganó cinco títulos en un ciclo inolvidable. Lo había ido a buscar su amigo y antiguo compañero en la “V”, Christian Bassedas. Otro artífice del éxito. El “Tigre” llegaba de dirigir en Perú. Como ahora. Brazenas, nunca más.
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Mundial Sudáfrica. Alemania ganó 2 a 1 a Inglaterra. El mediocampista Frank Lampard, el motor del Chelsea, de los mejores en su puesto en Europa, mete un fuerte cabezazo. Y empata. La pelota, en el travesaño, picó un metro y medio adentro. No lo sancionaron.
El árbitro Jorge Larrionda, uruguayo, su segundo Mundial —había dirigido en Alemania ’06— pagó muy caro no sancionar el gol legítimo de Inglaterra en cuartos. La FIFA le buscó un lugar. Algunos colegas empezaron a llamarlo “referí de escritorio”.
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Para el fútbol alemán, casi 45 años más tarde, el gol no sancionado de Inglaterra puso, de algún modo, las cosas en su lugar. Aquel “gol fantasma” del Mundial ’66 tuvo una trampa del destino y un regreso. Santa Rita, “la que te da y te quita”.
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Estadio “Mario Alberto Kempes”. Final “Copa Argentina”, Boca-Rosario Central. Estaba el equipo de Eduardo “Chacho” Coudet. Una jugada por la derecha del ataque xeneize y Gino Peruzzi, lateral ex Vélez, está derribado a dos metros del área.
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El árbitro Diego Ceballos cobró penal a distancia. Tampoco el juez de línea hizo ninguna observación. Hubo otro fallo que Central demostró “escandaloso” por un gol mal anulado. Ceballos resultó agredido en el Aeropuerto de Córdoba. Nunca más se dirigió.
Boca, campeón. Coudet firmó para Racing y al cabo, campeón en un torneo donde Boca no pudo con la “Academia”. Santa Rita. Poco antes de la pandemia, River reclamó por un arbitraje polémico de Patricio Loustau en Tucumán.
Antes, River de Marcelo Gallardo, en Porto Alegre, había dado vuelta el partido ante Gremio, que había ganado en el Monumental con fallo favorable del VAR. El árbitro Andrés Cunha, de Uruguay, no había sancionado una mano de Bressán, defensor de Gremio, dentro del área.
Faltando 15 del ST, River estaba abajo 0-1. Empató Rafael Borré con la nuca, largo envío de Gonzalo “Pity” Martínez. A seis minutos del final, Ignacio Scocco tomó de volea, borde del área, ante “Bressán”, Matheus Bressanelli, caído en desgracia, que salió a cortar, brazos arriba.
El colega de Cunha en el VAR, Leodán González, llamó al referí principal. “Vení que hubo una mano en el área. Intencional”, parece que dijo. El penal le permitió llegar a River a la final histórica con Boca en Madrid.
Desde “la sentada” de los futbolistas de Gimnasia y Esgrima La Plata, al gol anulado de Matías Suárez, pasó casi 90 años. Antes, sin VAR, existieron injusticias. Ahora, con los árbitros sin autoridad, parece que desde el extremo opuesto, también se verifican.
El sabio Jorge Valdano, “progresismo” llevado desde el verde césped a los estudios de televisión desde España, avisa en las entrevistas que hizo unas horas atrás y que difundió “La Nación”: “Con el VAR se acerca la robotización. El laboratorio mata al arte. Esto recién empieza”, dijo.
El debate está abierto.
