Por Redacción
La Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Educación, que conduce Angélica Graciano, denunció este fin de semana que la eliminación de los protocolos de distanciamiento en el sistema educativo de la Ciudad de Buenos Aires, implicó el cierre de más de 1.000 burbujas en esta última etapa de apertura. El gremio reiteró su exigencia de implementar una presencialidad responsable.
“A cinco días del comienzo de la última etapa de la presencialidad plena impuesta por el GCBA, la realidad que atraviesan las comunidades educativas se vuelve cada vez más visible por sobre el ocultamiento y el marketing electoral”, indicó un relevamiento realizado por UTE.
En tal sentido, se comprobó que, “desde la eliminación del protocolo del distanciamiento social en todo el sistema educativo se debieron cerrar más de 1000 burbujas, lo que representa alrededor 1500 docentes y más de 15 mil chicos y chicas de las escuelas de la Ciudad que debieron ser aislados en sus hogares y, en muchos casos ser sometidos a hisopados”.
Por otro lado, el gremio docente porteño, remarcó que “a la eliminación del distanciamiento se le suma la falta de materiales de bioseguridad y medidores de dióxido de carbono para poder adecuar los niveles de presencialidad a la situación real de cada aula”.
En tal sentido, el informe elaborado por UTE, precisó que “la población estudiantil todavía no ha sido vacunada, por lo que se encuentra vulnerable a los contagios por la circulación del virus y por la aparición de nuevas cepas”.
Por último, la organización sindical, reclamó “materiales de seguridad, medidores de dióxido de carbono, vacunación para los menores y, fundamentalmente, el respeto del distanciamiento social recomendado por todos los especialistas para sostener una presencialidad responsable”.
30/8/2021