Por Redacción
Un estudio realizado por Ayuda en Acción y la CEPAL prevé que, para el año 2030, uno de cada siete jóvenes en América Latina trabajará en el sector servicios. Este cambio refleja una tendencia que ya se ha consolidado en las últimas décadas: el desplazamiento de los empleos agrícolas y manufactureros hacia actividades vinculadas al comercio, los servicios básicos y las empresas públicas y privadas.
El informe subrayó que estas transformaciones, impulsadas por cambios tecnológicos, demográficos y medioambientales, redefinirán el panorama laboral juvenil en la región. Si bien el sector servicios podría ofrecer oportunidades de empleo formal en el corto plazo, existen preocupaciones sobre el aumento de la precariedad laboral y el desempleo a mediano plazo.
“Sin políticas públicas específicas para mitigar estos riesgos, las tasas de desempleo e inestabilidad laboral podrían crecer, sobre todo ante el impacto del cambio climático y otros procesos migratorios que intensifican la competencia laboral en zonas urbanas”, señaló Matías Figueroa, director de Programa Europa de Ayuda en Acción.
La investigación proyectó que, para 2030, el 70% de la juventud ocupada trabajará en servicios públicos y empresas (34,6%), comercio (30,2%) y servicios básicos (6,4%). En cambio, la agricultura, la manufactura y la construcción representarán una menor proporción del empleo juvenil, con un 8,2%, 13,3% y 7,4%, respectivamente.
La expansión de este sector, sin un marco adecuado de políticas públicas, podría generar aumentos en las tasas de desempleo juvenil y en la precariedad laboral, particularmente en áreas urbanas. Mariana Huepe , editora del estudio, sostuvo al respecto que “la juventud tiene el potencial de ser un motor de cambio estructural en América Latina. Es esencial que sus necesidades y aspiraciones se conviertan en el centro de las políticas de desarrollo en la región para garantizar un futuro laboral digno y sostenible”.
El informe detalló las áreas prioritarias para garantizar empleos de calidad para los jóvenes en un entorno laboral en constante transformación:
- Formalización del empleo juvenil: Se recomienda implementar programas que reduzcan la informalidad laboral, brindando protección social y mejorando la calidad de los trabajos disponibles.
- Impulso a sectores de alto valor: El desarrollo de empleos en áreas como tecnología, energías sostenibles y servicios públicos resulta clave para garantizar estabilidad y proyección profesional.
- Reducción de las brechas de género: Promover la igualdad en el acceso al empleo de calidad para mujeres jóvenes es indispensable para una inclusión laboral efectiva.
- Fortalecimiento de los sistemas de información laboral: Contar con datos actualizados sobre el mercado laboral facilitará la elaboración de políticas públicas y la inserción de la juventud en trabajos de calidad.
- Inversión en educación y formación: Mejorar la educación técnica y los programas de capacitación permitirán a los jóvenes enfrentar los retos de un mercado laboral cada vez más automatizado y digitalizado.
“Invertir en la juventud es lo más justo socialmente, pero también es lo más inteligente para el futuro de la región“, afirmó Figueroa. Asimismo, Andrés Espejo, oficial de asuntos económicos de la CEPAL, concluyó que “es esencial que las políticas enfocadas en las juventudes incluyan la participación de las personas jóvenes en la toma de decisiones y en la formulación de las políticas que les atañen”.
El estudio advierto que el éxito de las políticas laborales dependerá de la capacidad de los países para anticiparse a los cambios estructurales. Solo mediante una combinación de inclusión social, sostenibilidad y equidad será posible garantizar que la juventud de América Latina tenga acceso a empleos dignos y oportunidades reales de crecimiento.
22/11/2024