*Por Juan Manuel Martínez Chas
Vivimos tiempos de cambios, vivimos tiempos de nuevos paradigmas, el Derecho del Trabajo no es ajeno a la situación que demanda la nueva construcción del Movimiento Sindical y de la legislación laboral.
Estamos frente a tiempos de fragmentación donde la palabra, o el sinónimo, que el Movimiento Obrero debe recoger es Integrar. Integrar a los trabajadores que se encuentran en fraude a la ley laboral, integrar a los trabajadores autónomos, integrar a los trabajadores precarios tanto de la economía formal como de la economía informal e integrar, también, a los trabajadores de la economía popular.
En la etapa donde los trabajadores del mundo van a ser afectados por la revolución 4.0, donde cada vez se precarizan más las condiciones de trabajo con la maniobras del capital internacional, donde la globalización juega un papel fundamental, donde el trabajo autónomo pasa a ser una tipología que avanza en el mundo del trabajo, debemos construir lazos para lograr integrar lo disperso y crear un Movimiento Sindical, un Movimiento Obrero, que sea capaz de buscar la síntesis y la representación de todos esos trabajadores.
En nuestro país vemos como desde aquellos movimientos de desocupados, que quizá no eran expresados por el Movimiento Sindical, surgieron los actuales Movimiento Populares que a partir del 16 de agosto del 2016 cumplieron una función de articulación, muy importante, con la CGT. Función, que de alguna manera, salió a la luz en la marcha a San Cayetano ese mismo año. Un domingo donde las calles de nuestro país se poblaron de ésta nueva realidad, los Descamisados de nuestra época.
Desde el Derecho Laboral tenemos que dar cuenta, a través de reformas legislativas, de la ampliación de derechos pero no para diferenciarlos o para establecer estándares inferiores, sino para ampliar tutelas. No para bajar la protección de los trabajadores por tiempo indeterminado pero sí para dar cuenta de la necesaria tutela, de la necesaria protección que requieren los trabajadores de la nueva era.
Hemos dejado atrás, en gran parte, el modelo fordista-taylorista de los ´70. La construcción imprescindible, para el Movimiento Sindical, hoy es la integración de los diferentes colectivos para crear una única masa, la masa de los hombres que trabajan. Dicha construcción debe comenzar por dar cuenta de la asunción de necesidades y responsabilidades que acerquen al Movimiento Obrero a las experiencias de la economía social solidaria. Con cooperativas de trabajo genuinas, con modelos de gestión y co-gestión.
Esto representa la construcción de un eje transformador que nos permita ser un factor de poder y además, un sector donde acumulemos masa crítica para transformar este nuevo paradigma. Un paradigma que debe hacerse y construirse desde abajo, con las organizaciones sindicales a la cabeza y por lo tanto como elemento indispensable para consolidar una democracia social basada en la Justicia Social y en los Derechos Humanos de todos los trabajadores.
Unidad de los trabajadores que se plasma en las calles. Unidad de los trabajadores para abordar la etapa que se avecina para ser protagonistas de las soluciones. Para protagonizar la construcción de un modelo democrático, popular y anti-hegemónico. Que de cuenta de aquello que nos mencionaba quien fuera tres veces presidente constitucional de los argentinos, Juan Domingo Perón: Trabajadores únanse.
Los trabajadores y el trabajo son la parte esencial y la construcción piramidal por donde debe inspirarse el nuevo proyecto de Nación. Con Soberanía Política, Independencia Económica y Justicia Social.
*Abogado Laboralista. Docente. Master en Empleo, Relaciones Laborales y Dialogo Social (Universidad de Castilla La Mancha). Asesor de Organizaciones Sindicales .