Por Redacción
Tras la finalización del Sínodo sobre la Sinodalidad, el último sábado, un encuentro que reunió a obispos, sacerdotes y laicos de diversas partes del mundo para debatir y definir el camino hacia una Iglesia más sinodal. El Papa Francisco subrayó que el documento resultante del encuentro servirá como guía, aunque aún quedan “decisiones que tomar”.
Este proceso se centró en cómo lograr que el Pueblo de Dios camine en conjunto, en comunión y fraternidad. Durante la clausura, el Santo Padre destacó que las “indicaciones muy concretas” de este documento serán suficientes para orientar a las Iglesias de los distintos continentes, descartando la necesidad de la habitual exhortación apostólica que suele seguir a estos encuentros. Aplaudido por los asistentes, el Papa enfatizó la importancia de un “estilo sinodal” para la toma de decisiones, que promueva la “oración y serenidad”, evitando la dilación en los compromisos alcanzados.
En este marco, Francisco sostuvo que “con el Documento Final hemos recogido el fruto de años, tres por lo menos, en los cuales nos hemos puesto a la escucha del Pueblo de Dios para comprender mejor cómo ser ‘Iglesia sinodal’ a la escucha del Espíritu Santo en el tiempo presente. Las referencias bíblicas que abren cada capítulo disponen el mensaje confrontándolo con los gestos y las palabras del Señor resucitado que nos llama a ser testigos de su Evangelio, antes con la vida que con las palabras”.
El Documento Final, aprobado en su totalidad con 155 apartados, será publicado en los próximos días solamente en italiano, por el momento. El Papa decidió que se difunda sin la habitual exhortación postsinodal para que pueda inspirar la vida de la Iglesia. “El proceso sinodal no termina con el final de la asamblea, sino que incluye la fase de puesta en práctica”, subrayó Francisco y aseguro que involucra a todos en el camino cotidiano a través de un enfoque de consulta y discernimiento.
Asimismo, el Santo Padre remarcó: “A nosotros se nos concede amplificar la voz de este susurro sin obstaculizarlo; para que abramos puertas sin levantar muros. No debemos comportarnos como ‘dispensadores de la gracia’ que se apropian del tesoro atando las manos del Dios misericordioso. Recuerden que comenzamos esta Asamblea sinodal pidiendo perdón, sintiendo vergüenza, reconociendo que todos hemos sido misericordiados”.
Entre las principales preocupaciones planteadas en el documento se destacó el compromiso de los obispos con la transparencia y la rendición de cuentas, así como la necesidad de otorgar mayor espacio y poder a las mujeres dentro de la Iglesia. Las palabras “relaciones” y “vínculos” emergieron como claves en el contexto de la conversión, reflejaron la necesidad de un “intercambio de dones” entre las Iglesias.
El Documento Final se organiza en cinco partes. La primera, titulada “El corazón de la sinodalidad”, introduce la temática del Sínodo como una “experiencia renovada de aquel encuentro con el Resucitado” vivido por los discípulos. En la segunda parte, “Juntos, en la barca de Pedro”, se examinan las relaciones que constituyen la comunidad cristiana. La tercera parte, “En tu palabra”, resalta prácticas conectadas como el discernimiento eclesial, los procesos de toma de decisiones y la cultura de la transparencia.
La cuarta parte, “Una pesca abundante”, aborda la necesidad de nuevas formas de cultivar el intercambio de dones en un contexto donde la experiencia de pertenencia está cambiando. Finalmente, la quinta parte, “También yo los envío”, se enfoca en la formación relacionada con la sinodalidad misionera.
El Papa resaltó que “contemplando al Resucitado” se reconocen los “signos de sus heridas”, que afectan a muchos, y se hace eco de los sufrimientos de los niños en guerra, de las madres que lloran, y de los jóvenes con sueños rotos. Asimismo, el Sínodo condenó la violencia y promovió un camino sinodal que busca la unidad visible entre los cristianos.
Por otro lado, aseguró: “no pretendo publicar una “exhortación apostólica”. En el Documento hay ya indicaciones muy concretas que pueden ser una guía para la misión de las Iglesias, en los diversos continentes, en los diferentes contextos, por eso lo pongo ahora a disposición de todos. Quiero, de este modo, reconocer el valor del camino sinodal realizado, que con este Documento entrego al santo Pueblo de Dios”.
Para Francisco “esto no es un modo para postergar al infinito las decisiones. Es lo que corresponde al estilo sinodal con el que también el ministerio petrino se ejercita: escuchar, convocar, discernir, decidir y evaluar. Y en estos pasos son necesarias las pausas, los silencios, la oración. Es un estilo que estamos aprendiendo juntos, poco a poco. El Espíritu Santo nos llama y nos sostiene en este aprendizaje, que debemos comprender como proceso de conversión“.
A lo largo del documento, se estableció que “para ser una Iglesia sinodal, es necesaria una verdadera conversión relacional”, lo que implica que “el cuidado de las relaciones y de los vínculos no es una estrategia, sino el modo en que Dios se ha revelado en Jesús”. La experiencia de una “espiritualidad sinodal” se presenta como fundamental para que el proceso no se reduzca a una mera organización.
El texto concluyó con un llamado a una formación integral, continua y compartida, junto con una oración a la Virgen María, pidiendo que guíe a la Iglesia en su misión de ser un “Pueblo de discípulos misioneros que caminan juntos”.
28/10/2024