Sin rumbo: la inestabilidad cambiaria descompone la narrativa libertaria sobre el crecimiento económico

Por Redacción

El Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO) publicó su Informe Económico Mensual de agosto, donde advierte que la reforma cambiaria implementada en marzo no solo provocó mayor volatilidad del tipo de cambio, sino que detuvo la recuperación de la actividad económica, la cual se mantiene estancada desde principios de año.

El informe destaca que el “error no forzado” vinculado al vencimiento de las Letras Fiscales de Liquidez (LEFIS) expuso las debilidades del actual esquema cambiario. El gobierno intentó estimular el consumo mediante la renovación de más de 15 billones de pesos en esas letras, con la expectativa de que los bancos volcaran esos fondos en créditos al sector privado para sostener la actividad económica. La entidad que analizó la coyuntura puntualizó que “los bancos no lograron/no quisieron hacerlo”, generando un excedente de liquidez que presionó aún más el tipo de cambio y puso en duda la sostenibilidad del sistema.

El superávit comercial de junio, de 2.100 millones de dólares, fue resultado casi exclusivo del adelanto en la liquidación de exportaciones oleaginosas, motivado por la finalización temporal de la reducción de retenciones, que en julio totalizó 4.100 millones de dólares. Sin embargo, esos dólares no permitieron acumular reservas, dado que una cifra equivalente se destinó a la demanda de divisas para atesoramiento.

El CESO  aseguró  que la dinámica cambiaria llevó a que, incluso con un nuevo desembolso de 2.000 millones de dólares del FMI y una fuerte intervención del Banco Central en el mercado de futuros, el dólar oficial se incrementara cerca del 14% durante julio, con un promedio mensual del 7% respecto a junio. Las proyecciones anticipan que esta tendencia alcista podría persistir en agosto.

Sobre la inflación, el Centro alertó que la mayor volatilidad del tipo de cambio puede frenar la desaceleración de los precios. En el análisis se citó a Julio Olivera, economista de la década del 60, quien definió la inflación estructural como consecuencia de “cambios permanentes de los precios relativos en situaciones de rigidez a la baja de algún precio esencial”. El informe remarcó que la inflación tiende a acelerarse cuando el dólar se acerca a la banda superior, mientras que los precios no retroceden en sentido contrario, generando un desequilibrio inflacionario.

Pese a esto, bajo el actual régimen cambiario la inflación se mantuvo por debajo de la devaluación nominal del peso, lo que pone en duda la persistencia del tradicional “pasar por” en Argentina. Sin embargo, el CESO advirtió que “parece prematuro afirmar que el pass through murió”, en contraste con afirmaciones de economistas afines al gobierno que circulan en la red social X.

En efecto, en agosto varias compañías del sector alimenticio, tanto locales como multinacionales, ajustaron precios con aumentos que oscilaron entre el 3% y el 9%. Entre ellas se mencionan Mondelez, Unilever, La Serenísima, Danone y AGD Cañuelas. El informe concluyó que los próximos meses, especialmente previos a las elecciones, serán decisivos para evaluar si la histórica relación entre el dólar y la inflación logra ser controlada por un gobierno que asumió con la promesa contraria de dolarizar la economía.

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