Por Redacción
La Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas informó que, desde la implementación del alto el fuego el 27 de noviembre de 2024, 103 civiles murieron en ataques de las fuerzas israelíes en el Líbano. No se registraron víctimas por proyectiles provenientes del Líbano hacia Israel.
El Alto Comisionado Volker Türk indicó: “Todavía estamos viendo impactos devastadores de ataques con aviones y drones en áreas residenciales, así como cerca de los cascos azules en el sur”. Agregó que las familias “simplemente no pueden empezar a reconstruir sus hogares y sus vidas” y enfrentan un peligro real y presente de nuevos ataques.
Más de 80.000 personas permanecen desplazadas en el Líbano como consecuencia de la violencia, según informó Türk. Señaló que la situación de migrantes y refugiados, que ya vivían en condiciones precarias antes del conflicto, se ha deteriorado significativamente. En Israel, se estima que unas 30.000 personas del norte continúan desplazadas.
Desde el alto el fuego, las Fuerzas Armadas Libanesas denunciaron miles de violaciones del acuerdo por parte de Israel, que incluyen ataques a civiles y demolición de viviendas. Por su parte, el Ejército de Israel confirmó cientos de ataques aéreos contra objetivos que afirmó eran de Hezbolá.
Uno de los incidentes más graves ocurrió el 21 de septiembre en la zona fronteriza de Bint Jbeil, donde un dron israelí impactó un vehículo y una motocicleta, provocando la muerte de cinco personas, incluidos tres niños. Sobre este hecho, Türk solicitó “una investigación independiente sobre el incidente”.
El Alto Comisionado insistió en la necesidad de proteger a los civiles y la infraestructura civil, respetando plenamente el derecho internacional humanitario. Concluyó: “La aplicación de buena fe del alto el fuego es la única vía hacia una paz duradera, y es necesario respetar sus términos”. Hizo un llamado a todas las partes a redoblar los esfuerzos para lograr una transición hacia un cese permanente de hostilidades.