Producciones AGN

San Cayetano: Monseñor García Cuerva llamó a dejar de “discutir en escritorios cifras de pobreza”

Por Redacción

Monseñor Jorge García Cuerva aseguró este miércoles, durante la misa que ofició en San Cayetano, que “nuestro pueblo, desde las entrañas de fe más profundas, reconoce al patrono del pan y del trabajo como amigo”. En su homilía, el obispo de Buenos Aires llamó a dejar de “discutir en escritorios cifras de pobreza y de indigencia, esterilizadas de lágrimas y humanidad”.

Cuerva, ante un profuso número de devotos, consideró que “San Cayetano es nuestro amigo: porque quiere que tengamos una vida digna con un trabajo que, no sólo sea un modo de ganarse el pan, sino un cauce para el crecimiento personal y comunitario; y también, porque quiere que todos tengan una educación de calidad que los haga protagonistas de sus vidas, verdaderamente libres de pensar y decidir, sin presiones ni condicionamientos”.

Asimismo, remarcó que al patrono del pan y el trabajo “le importa mucho nuestra vida; clama al Cielo con nosotros por mejores condiciones de vida para todos; porque desde hace años nuestra Patria está herida, despojada de casi todo, media muerta, como el hombre de la parábola que bajaba de Jerusalén a Jericó y fue víctima de los salteadores”.

Monseñor recordó que “el cardenal Bergoglio decía hace años refiriéndose a este relato evangélico: A los salteadores los conocemos. Hemos visto avanzar en nuestra Patria las densas sombras del abandono, de la violencia utilizada para mezquinos intereses de poder y división, y la ambición de la función pública buscada como botín”.

El Obispo de Buenos Aires explicó que hoy “el hombre cayó en manos de unos ladrones; hoy son manos manchadas de sangre por el narcotráfico que roba el futuro de generaciones enteras, manos sucias de corrupción y coima que roban oportunidades, manos en el bolsillo del egoísmo y la indiferencia que roban solidaridad”.

Del mismo modo, sostuvo que este 7 de agosto a San Cayetano “le traemos como regalo nuestras peticiones y agradecimientos, y le pedimos con el lema de este año, un corazón más solidario, porque experimentamos que cuando la sociedad se fractura y agrieta, son los esfuerzos solidarios los que vuelven a tejer fraternidad y compromiso”.

Por otro lado, expresó: “No queremos pasar de largo frente a tantos heridos al borde del camino de la vida, frente a tantos rostros concretos, víctimas de la exclusión. Hay muchas maneras de pasar de largo: vivir ensimismados, desentenderse de los demás, ser indiferentes, o discutir en escritorios cifras de pobreza y de indigencia, esterilizadas de lágrimas y humanidad”.

“Para el amigo San Cayetano, cada uno de los peregrinos es reconocido, escuchado, tenido en cuenta, llamado por su nombre. Un amigo no pasa de largo, no mira desde lejos; y esto no es un tema de ideologías o posturas partidarias; es un tema de estar o no cerca de la gente sencilla de a pie, la que se levanta temprano para ir a trabajar, la que lleva los chicos a la escuela, la que la pelea todos los días para llevar el pan a la mesa familiar, la que sigue haciendo un esfuerzo enorme a pesar de todo”, resaltó en su homilía el prelado de Buenos Aires

En otro pasaje de su intervención, citó al Papa Francisco quien subrayó en su momento que “ayudar a los pobres con dinero debe ser siempre una solución provisoria para resolver urgencias. El gran objetivo debería ser siempre permitirles una vida digna a través del trabajo”.

Al mismo tiempo, Cuerva manifestó que “el santuario de San Cayetano es como aquella posada del Evangelio: recibe a los heridos de la vida, recibe a los golpeados en su dignidad por la falta de trabajo y por una miseria lacerante y creciente, recibe a los que están profundamente angustiados y solos, recibe a nuestros jóvenes, y también a los abuelos”.

Por último, pidió que “desde el corazón todos seamos hospederos de la vida de los otros; todos hermanos, amigos de San Cayetano, que hoy más que nunca, nos anima a la solidaridad con los más pobres y pide con nosotros paz, pan y trabajo”.

 

 

 

 

7/8/2024

 

Subir