La historia de Racing, fundado en 1903, es tan rica como los recuerdos de los tiempos de Carlos Gardel, cantando a los ganadores de ocho títulos en la década del ’20, cuando la “rompían” Pedro Ochoa, Natalio Perinetti y Alberto Ohaco, “Reyes de la gambeta” y del juego-arte. Lo que sigue es un repaso de los notables del tiempo contemporáneo, entrevistados por el cronista, autor de estas líneas.
Oreste Omar Corbatta, nacido en Daireaux, provincia de Buenos Aires, fue el más grande puntero derecho de la historia del fútbol argentino. El dueño del zigzag y la gambeta infinita. Amague, freno, pegado a la raya. Carrera, desborde. El “crack”. En el ’57, por las eliminatorias al Mundial ’58, en Suecia, deslumbró contra Chile en La Bombonera. Ganó Argentina 4 a 0 y el cuarto gol quedó en la historia.
Contraataque con el seleccionado chileno adelantado. Corbatta, en posición de “8”, adelantado. Eludió al “5” Zalazar, que lo cruzó. Encaró hacia el área. El “3” Astorga lo quiso frenar, pero quedó en el camino. Cuando estaba en la “medialuna”, volvía Zalazar. Otra vez eludido con gambeta corta. Ingresó al área. Salió Quitral, el arquero. Desde el punto del penal, amagó darle fuerte. No lo hizo.
El “1” de Chile, engañado, fue al piso. El querido “Loco” Corbatta no pateó. Cuando estaban todos burlados, suave, con el revés del pie derecho, la puso contra el palo izquierdo del arco de Chile. Un genio. La revista Time publicó, con la serie de fotos del gol sensacional, y lo calificó como “Un genio anda suelto en la Argentina”. Mucho después, ante la pregunta, dijo el genio: “No me gustaba hacer el gol fácil”.
El querido “Maestro” Juan José Pizzuti, en un viaje con el cronista allá por la primavera de 2006, a pedido del periodismo marplatense para “El Día del Maestro”, reveló entre tantas cosas algunos de sus gustos: Arnaldo “Palito” Balay, el “5” que jugaba en puntas de pie; el “10” Rubén Sosa, el “Marqués”; un endiablado “Negro” Belén, Raúl Oscar, el popular “Bruja” Belén.
“Lo trajo Racing en el ’56. Vino de Ñuls. Había tenido tuberculosis. En Rosario, ’10’ porque el ’11’ José Yudica, el ‘Piojo’, ya estaba en la selección que enfrentó a Italia en mayo del ’56. Argentina ganó con gol de Norberto Conde“, comentó Pizzuti. “No estaba bien físicamente. Alguien dijo que debía ir un tiempo a las Sierras de Córdoba, por un tema pulmonar. A su vuelta, en las prácticas la rompía”, siguió.
Humberto Maschio, “crack” de los ’50 y ’60, Racing, selección de Lima ’57, ocho goles jugando de “8”, goleadas a Colombia (8), a Chile (6), a Uruguay (4), a Brasil (3), antes a Ecuador (3). “Stábile guardó a Sívori e hizo ingresar a Sanfilippo”, evocó el Bocha alguna vez. Luego, en Italia, fue capitán de la “azzurra” en el Mundial de Chile ’62 y el cerebro de Racing multicampeón entre 1966 y 1967.
Humberto, tipo sencillo, afable, dueño del don de persona educada y amena, poco antes de morir, no hace mucho, a los 91 años, predijo: “Costas va a encontrar la vuelta al equipo. ¡Ojo! Racing incorporó mucho y bien. No sé si llegaré a verlo. Pero del medio para adelante es el mejor equipo de AFA”, sentenció, ya con un bastón para apoyarse.
Para el resto, los citados Pizzuti, Perfumo, Basile, antes Corbatta, el popular “Bocha” Maschio, considerado el más completo. Pegada, juego cerebral, pausa, cabeza levantada. De los últimos, Juan Sebastián Verón y Juan Román Riquelme. En todos lados resultó campeón. En el Inter de Italia, figura y, ya grande, lo mismo en Atalanta.
El gran Federico Sacchi, “6” lujoso, campeón con Racing en 1961, fino, y con Boca en el ’65, jugador fino, elegante, de gran pegada y notable pinta -rubio, ojos claros, 1,85 de estatura- quedó como uno de los mejores defensores de los ’60. En la primavera de 2006 estaba cumpliendo 80 años. En casa de Antonio Garabal, gloria de Ferro, cerca de la Catedral Verdolaga, se habían reunido varios notables.
Una cita con los “sobrevivientes” de la Mutual Casa del Futbolista. Además de Garabal, la “Garza” Juan Carlos Guzmán, el tucumano Rafael Albrecht, Carlos Arredondo, aquel lateral derecho de Huracán en 1959, con un paso por la selección en los Panamericanos del ’60, pidieron comunicarse con el gran Federico.
“Sacchi se emocionó con los recuerdos: su llegada a Buenos Aires, el Mundial Militar en julio del ’57 disputado en River, algunos ya en Primera: Diego Bayo, Norberto Menéndez, Zurita de Lanús, otros que habían ganado medalla de oro en los Panamericanos de México ’55, Sacchi el central. ¡Qué bárbaro! Cómo se pueden acordar de todo eso”, dijo emocionado.
En la misma comunicación, Guzmán alcanzó a decir: “Federico, aquí dicen que cuando vos le pegabas con esa clase en Racing del ’61, la pelota larga, cruzada, a espaldas del ‘3’ rival buscando a Corbatta, se podía leer en la platea de Racing la marca de la pelota: ‘Sportlandia'”. Alguna vez lo comentó Sergio Renán, nada menos, en medio de las carcajadas de todos los presentes.
Roberto Perfumo, según encuestas de El Gráfico en los años ’70, fue para muchos el mejor central de la historia desde los ’50. Descubierto por Ernesto Duchini, vivía el fútbol como pasión, pero sin perder la cabeza. “Lo del opio de los pueblos -decía el ‘Mariscal’- suena fuerte, pero es real. La gente va a la cancha para olvidarse, en muchos casos, de problemas familiares, personales, económicos”, sentenciaba.
“Hacemos lo que nos gusta: fútbol por placer. Si no fuéramos profesionales, lo haríamos en el barrio o en la oficina. Antes, en la escuela. Pero el fútbol es hijo del ‘potrero’, de la pobreza. No todos llegan. Muchos somos afortunados. En casa (Sarandí), calle de tierra, el peronismo, la Fundación ‘Eva Perón’ daba ropa deportiva, la pelota, en tiempos de inundaciones, frazadas… ¡Ah, no olvidarse, cuando llegamos!”, afirmó.
Alfio Basile, que llegó de Punta Alta, cerca de Bahía Blanca, a las inferiores de Racing a comienzos de los ’60, admiraba a su amigo y excelente compañero como defensor. Evocó muchas veces el valor de las lealtades, desde la mística de Juan José Pizzuti entre 1965 y 1970, como otros casos de futbolistas con menos fama, pero igual humildad.
El recuerdo pasaba por Juan Carlos Murúa, el “3” de fines de los ’50. “Había anulado al gran ‘Mané’, Sudamericano del ’59. ‘Garrincha’, el mejor ‘wing’ derecho junto a Corbatta, toda la historia. Murúa esperaba que lo pasara a buscar ‘Palito’ Balay, único que tenía auto en Racing ’58. Siempre perfil bajo”, rescataba lo que había aprendido en Juveniles.
A su vez, el popular “Canguro” Murúa, viviendo solo en un barrio obrero, Temperley, entrevistado también cuando cumplió 80 años, alejado de todo -figura en Racing, luego Platense en 1963-, pintaba el pasado: “Ojalá hubiera tenido la personalidad de ‘Coco’ Basile”, dijo Murúa. Con orgullo comentó que varios periodistas desde Brasil viajaron después de marzo del ’59 para hacerle entrevistas, un dato poco conocido.
“Querían conocer al defensor que había anulado a ‘Garrincha’ (‘Pájaro triste’) sin pegarle una patada”, contó el zurdo defensor, fallecido en los tiempos de pandemia. En poco tiempo se fueron Amadeo Carrizo, Silvio Marzolini, Rafael Albrecht, Osvaldo “Chiche” Sosa, José Bernabé Leonardi, entre otros notables.
Lo que siempre se dice: el fútbol es la gloria y el drama. A veces, en el mismo tiempo. Hoy, Racing es la gloria tras mucho tiempo de vivir momentos dramáticos. Vale entonces el pretendido título de este repaso: Racing, la gloria y el drama.
*Columnista La Señal Medios, Mundo Amateur (Víctor Lupo), Agencia Nacional y Popular, De Memoria y AGN-Prensa.
27/11/2024