La actual crisis obligó al presidente congoleño Félix Tshisekedi a suspender el viernes su gira internacional y retornar con urgencia a Kinshasa para organizar la respuesta, mientras solicitaba una reunión con el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para denunciar la situación. Todo el extremo oriente de la RDC, las provincias de Ituri, Kivu del Norte y Kivu del Sur, extremadamente ricas en minerales, piedras y maderas preciosas, se encuentra atravesado por más de cien organizaciones armadas que luchan contra el gobierno federal de Kinshasa desde hace al menos treinta años.
En esta ofensiva del grupo rebelde Mouvement du 23-Mars (M-23), que comenzó hace tres años, aunque recrudeció de manera virulenta desde principios de año, al punto de que la dirección del M-23 anunció el domingo la conquista de Goma. Lo que ya había hecho en enero de 2012, para más tarde tener que replegarse. En la actual situación, algunos analistas locales creen que el M-23 no se detendrá en Goma y esta vez irá por la ciudad de Bukavu, en el extremo sur del lago Kivu, próxima a la frontera con Ruanda.
El M-23 había dado un plazo de 48 horas a las Fuerzas Armadas de la RDC (FARDC) para su rendición y la entrega de todo el armamento al personal de los cascos azules de la operación MONUSCO (Misión de estabilización de la ONU en el Congo), la cual justamente el sábado 25 había perdido trece efectivos, de Malawi, Sudáfrica y Uruguay, durante los duros combates con los insurgentes.
Ya el viernes anterior se había reportado la muerte de otro efectivo uruguayo, mientras se informaba que más de una veintena de hombres del MONUSCO resultaron heridos. El jueves último también se conoció la muerte del gobernador militar de Kivu del Norte, el general de división Peter Cirimwami, cuando estaba visitando uno de los frentes de batalla.
Hacia el final de la semana pasada, Goma, la capital provincial de Kivu del Norte, con dos millones de habitantes, es la más importante al este de la RDC. Se habían precipitado en estas dos últimas semanas unos 200 mil desplazados que escapaban de los combates cada vez más cercanos a la capital. Por lo que se estima que, con los más de doscientos cincuenta mil que habían llegado desde principios de año, el número de civiles, la actual población de Goma y sus campos de refugiados lindantes, está cerca de los tres millones.
Lo que, de haberse generado combates en el interior de la ciudad, podría haber generado una masacre inédita incluso en el trágico contexto congoleño, que ha acostumbrado al mundo a matanzas desaforadas. Solo desde 1998, más de seis millones de personas han muerto y cerca de ocho millones se han visto obligadas a desplazarse, provocando una de las mayores crisis humanitarias del mundo, solo superada por la actual Guerra Civil de Sudán, donde los desplazados ya sobrepasan los doce millones.
La urgente avanzada del M-23, fundado en 2012 por un grupo de militares rebeldes congoleños de la etnia tutsi, tuvo una corta, pero activa trayectoria, al punto de conseguir la toma de la ciudad de Goma, hasta que fueron desplazados por efectivos de la MONUSCO. Actualmente, el M-23 estaría compuesto por unos ocho mil combatientes; ya había tomado la ciudad de Minova, a unos cincuenta kilómetros de Goma, un centro comercial vital para el aprovisionamiento cotidiano de toda esa área.
Apenas cuarenta y ocho horas después de la caída de Minova, en camino a la capital provincial, los rebeldes se hicieron con el control de Sake, a unos veinte kilómetros de Goma, además de otros dos importantes centros urbanos: Katale y Masisi, obligando al repliegue de las FARDC, que además contaban con el apoyo de grupos de autodefensa como Force de l’Eveil Patriotique pour la Liberation du Congo (Fuerza del Despertar Patriótico para la Liberación del Congo), conocido popularmente por la palabra suajili: Wazalendo (patriotas o nacionalistas).
Los Wazalendo es una organización armada propia de Kivu del Norte, compuesta por al menos una media docena de pequeños grupos, entre ellos, la Alianza de Patriotas para un Congo Libre y Soberano (APCLS), la Defensa Nduma del Congo-Renovado (NDC-R), el Colectivo de Movimientos para el Cambio (CMC), el Movimiento de Autodefensa Patriótica (MPA), además del grupo Nyatura, que si bien nunca ha definido su posición en el conflicto, su cercanía con los rebeldes hutus ruandeses de las Fuerzas Democráticas de Liberación (FDLR), fundadas por antiguos líderes del genocidio tutsi de 1994, y opositores al dictador ruandés Paul Kagame, hace sospechar que también colabora con el gobierno federal, del presidente Félix Tshisekedi.
En la comuna de Mubambiro, en proximidades de Sake, existen al menos cuatro bases militares, entre las que se encuentra la de la Brigada Sudafricana de Intervención Rápida (SANDF), con unos tres mil hombres, bajo supervisión de la MONUSCO, establecida desde 2010 con cerca de catorce mil efectivos de diversos países, además de una dotación de mercenarios de la empresa rumana de seguridad militar Congo Protection.
Una de las batallas decisivas para la toma de Goma se dio en cercanías al Aeropuerto Internacional de Goma, donde los rebeldes consiguieron imponerse a pesar de que toda el área estaba fuertemente vigilada por helicópteros artillados de la FARDC, que disparaban ráfagas de cohetes contra objetivos enemigos. Y el mismo sábado se habían visto camiones del ejército con gran cantidad de efectivos y artillería pesada, acompañados por un viejo tanque de la época soviética, aproximarse al núcleo de los combates.
El factor ruandés