Por Redacción
Bajo el pretexto de presentar el Presupuesto 2025 en el Congreso Nacional el pasado domingo, el presidente Javier Milei emitió un mensaje a la nación en lo que se asemejó más a un acto proselitista que a una rendición de cuentas sobre la situación económica. El mandatario prometió un mayor ajuste para 2025 y aseguró que no está dispuesto a ceder en su política de “déficit cero”.
Sin brindar detalles técnicos, el presidente repitió latiguillos de campaña para sostener la retórica discursiva del ajuste económico. En este contexto señaló que su presupuesto es “radicalmente distinto” y que bloqueará cualquier iniciativa que aumente el gasto sin una fuente clara de financiamiento.
Esto implica recortes severos en áreas clave que sostienen el bienestar de la mayoría trabajadora, como salud, educación y protección social. Al tiempo que criticó la “compulsión inagotable por el gasto público” de gobiernos anteriores, ignora las necesidades reales de aquellos que, sin un Estado que los respalde, quedarían expuestos a mayores niveles de precariedad.
Ante un recinto de la Cámara de Diputados semivacío, Milei enfatizó: “Es un presupuesto que va a cambiar para siempre la historia de nuestro país, para volver a ser la Argentina grande que fuimos. Se trata de un proyecto que viene a blindar el equilibrio a fiscal sin importar el escenario económico. Este blindaje abre una nueva página en nuestra historia y a partir de ahora, la Argentina será solvente”.
El énfasis en “blindar el equilibrio fiscal” y forzar al Estado a “absorber las perturbaciones en la economía” implica que los recortes recaerán principalmente sobre quienes menos tienen, mientras los sectores económicos más poderosos se beneficiarán de las reformas fiscales.
En su afán por reducir impuestos y el tamaño del Estado, el mandatario demostró que su política económica está enfocada a dañar el bolsillo de que los trabajadores quienes, con sus impuestos y su esfuerzo diario, sostienen al país. Mientras Milei aseguró que su plan llevará a Argentina a niveles de libertad económica similares a los de Alemania o Francia, las políticas que promueve no hacen más que profundizar la desigualdad y poner en riesgo el sustento de miles de familias que dependen de un Estado presente y comprometido.
En tal sentido, resaltó que “el único contexto en el que aceptaremos discutir el aumento de un gasto es cuando el pedido venga con una expresa explicación de qué partida hay que reducir para cubrirlo; sino será vetado. Si hacemos las cosas bien, vamos a vivir en un país con estabilidad económica”.
Por otro lado, durante su discurso, el mandatario envió un mensaje a los Jefes de Estado provinciales, pidiéndoles que ajusten en cada uno de sus territorios: “A los gobernadores les digo: cumplir el compromiso de bajar el gasto público consolidado a 25 puntos del PBI requiere que las provincias en su conjunto, hagan un ajuste adicional de 60.000 millones de dólares. Nosotros ya hemos cumplido nuestra parte del acuerdo. Ahora faltan ustedes”.
Asimismo, dirigiéndose al cuerpo legislativo en un claro torno extorsivo señaló que “la presente hora política nacional les ofrece dos opciones: O hacemos exactamente lo contrario a lo que venimos haciendo hace más de 100 años y nos dejamos de hundir. O seguimos haciendo lo mismo, dejamos todo como está, y mantenemos este sistema putrefacto que empobrece todos los días a los argentinos”.
16/9/2024
