*Por Daniel Capa
El presidente de la Nación escuchó, eso es indudable. Las 30 mil personas que el sábado último caminaron hasta la Plaza de Mayo, resultaron un llamado suficiente para que el mandatario abandone la hipocresía esgrimida un par de días antes y se concentre en lo principal: resistir a la perforación para abajo de su núcleo duro mas fiel.
Es un avance dentro de todo. En otros procesos históricos, muchos de esos protagonistas (arriba y abajo del balcón) no hubieran marchado a la Plaza. La hubiesen bombardeado.
Macri, Peña y Carrió volvieron a las fuentes. Allí hay que reconocer honestidad.
Hoy Cambiemos es un fuerza en desintegración, que reconoce caminos distintos para abordar, no solo el desafío electoral sino la transición hacia el traspaso y el después.
Es evidente que el macrismo de Los Abrojos definió cuidar su 30 por ciento para plantearse un horizonte político que no devenga en disolución. El discurso violento, antiperonista y reivindicatorio de si mismo, solo se explica en el reconocimiento de que ya nada pueden hacer para cambiar su destino este año.
Se repetirán una y otra vez en el viejo y cansador relato (que conecta con esa Plaza, obviamente) que plantea “no volver al pasado”, “hemos sentado las bases”, “ellos son Venezuela”, etc., etc., etc.
Tampoco tendrán fuerza anímica para insistir, es lógico. Hace pocos días, algunas consultoras empresariales destacaron el crecimiento en la cantidad de llamados y correos de funcionarios de segundas y terceras líneas consultando para reinsertarse en la actividad privada. Algunas hablaron de un incremento de pedidos del 40 por ciento y otras de que las solicitudes se multiplicaron por 10.
En tanto, otro sector del macrismo pero con pretendidas proyecciones de futuro político, cree en otras estrategias electorales para sobrevivir al “palazo” de agosto y el que vendrá en octubre.
En la provincia de Buenos Aires, la gobernadora Vidal piensa en preservar su propia vida política y la de un grupo de intendentes que necesitan revalidar sus mandatos y sus relaciones de fuerza en los Concejos Deliberantes.
Ya hay un spot por redes que promueve el corte de boleta combinando con “cualquier candidato a presidente que quieras”. Imperdible, allí también necesitan a Alberto Fernandez. Difícil entonces que ellos mismos hagan antiperonismo brutal.
María Eugenia Vidal parece estar mas atenta a la construcción política futura que no la tenga tan pegada al macrismo peña-carriorista (por decirlo de alguna manera). Larreta también.
El actual candidato a vice de Consenso Federal, Juan Manuel Urtubey, ya deslizó esta semana su visión acerca de la oportunidad del emerger de una fuerza política que pueda cumplir un rol “interesante en el Congreso”. Y ya se miran de reojo con los radicales que al menos hasta octubre estarán en el dispositivo de Juntos por el Cambio.
En este panorama (bastante desolador para el macrismo, por cierto) el único equilibrado parece ser Alberto Fernandez.
El documento del Frente de Todos responsabilizando al gobierno nacional y al FMI por los resultados de la aplicación de las políticas económicas y financieras actuales, es muy fuerte y preciso.
Contra lo que dicen desde la Rosada, Alberto fue muy moderado con estas declaraciones.
La insistencia en estas políticas durante los tres meses y medio que le quedan de mandato a Macri, serán letales para gran parte de la sociedad.
*Periodista. Productor de AGN Prensa Sindical