Peregrinación a Luján: «caminamos por nuestra Patria»

Por Redacción

Ciento de miles de personas peregrinaron el último domingo a Luján con el lema “Madre, danos amor para caminar con esperanza”. El recorrido de fe y compromiso popular se inició en San Cayetano y concluyó en el la Basílica histórica donde el Arzobispo de Buenos Aires, Monseñor García Cuerva aseguró caminar «es seguir adelante, aunque por momentos, el egoísmo, la violencia, y la injusticia parezcan ganar».

Ante una multitud, García Cuerva expuso: «María nos das tu amor con tu presencia maternal, porque no nos dejas solos, estás siempre con nosotros. Nos “bancas en todas”; y eso es amor de verdad. Nuestros corazones son atraídos por su amor de Madre, por eso caminamos; ella nos anima en la esperanza. Con una Madre así, y a pesar de tantas cruces pesadas que carga nuestro pueblo, seguimos caminando; no aflojamos y nos comprometemos a no abandonar los sueños de construir un país más justo y más fraterno».

El Padre reafirmó que «caminar con esperanza es no aflojar, es confiar en los que van a nuestro lado, es no transformarnos en profetas de calamidades que sólo hacen diagnósticos de lo que ya sabemos que está mal porque lo vivimos todos los días; caminar con esperanza es ser agradecidos por las pequeñas cosas de todos los días; caminar con esperanza es no dejarnos ganar por el desaliento y la tristeza. Es seguir adelante, aunque por momentos, el egoísmo, la violencia, y la injusticia parezcan ganar».

En su homilía, el sacerdote señaló que «peregrinamos muchos kilómetros; duelen los pies, duele la vida, pero, sin embargo, y sin que nadie nos empuje, seguimos caminando; y lo hacemos porque, como dice el Papa León, María encarna la esperanza, una esperanza que no nace en el ruido, sino en el silencio de una espera habitada por el amor».

Al mismo tiempo, expresó que «hay muchos hermanos en nuestro país que ya no tiene fuerzas para seguir, no encuentran sentido al camino de sus vidas, han detenido su marcha. Les pesa demasiado la pobreza, las consecuencias del narcotráfico, las enfermedades, la soledad. Por ellos también peregrinamos; los traemos en la mochila del alma; porque no queremos ser un pueblo indiferente ante tanto dolor, ni tampoco dejarnos ganar por la impotencia del “no se puede”».

García Cuerva enfatizó: «Caminamos por los que no dan más; caminamos por nuestros abuelos; caminamos por nuestros adolescentes y jóvenes atravesados por la droga y el alcohol; caminamos por los que perdieron un ser querido víctima de la violencia; caminamos por los más pobres; caminamos por los niños; caminamos por las familias; caminamos por los que buscan trabajo; caminamos por nuestros sueños e ideales; caminamos por nuestra Patria».

«Hoy le decimos a la Virgen de Luján que como pueblo no nos vamos a detener a pesar de las piedras y dificultades del camino; tampoco vamos a ir por atajos tramposos con propuestas facilistas y superficiales que nos prometen “espejitos de colores”.  Aquí junto a nuestra Madre nos comprometemos a seguir adelante, porque no está todo perdido», añadió el Arzobispo de Buenos Aires.

Por último, reafirmó que «podremos detener nuestros pies para descansar, pero no detendremos el corazón; porque estos corazones volverán a sus hogares movilizados por el amor de una Madre, que nunca nos deja solos y nos anima a caminar con esperanza, y a no claudicar en recorrer juntos caminos de fraternidad, de diálogo y de encuentro entre los argentinos».

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