«Paz, Pan, Tierra, Techo y Trabajo fundamentan el amor hacia nuestro pueblo en la liberación nacional»

Por el Frente de Lucha por la Soberanía, el Trabajo Digno y los Salarios Justos

En los últimos días el gobierno libertario ratificó que está en guerra  contra el pueblo trabajador, favoreciendo las demandas de los poderosos. En esta nueva etapa de infamia y colonización se despliega un relato distorsivo que altera el sentido de los valores nacionales que contribuyeron a hacer grande este país.

En este relato, no solo la verdad es bastardeada, sino que se pretende instaurar, por medio de la injuria y la violencia política, falsos valores morales o justificar el descarte social, la pauperización laboral y el empobrecimiento de la clase trabajadora. Tanto en su intervención en el Jockey Club como en su discurso en la Sociedad  Rural, Milei refrendó la Argentina de las élites serviles a los intereses del bloque anglo-estadounidense, donde la soberanía es cedida en nombre del desarrollo y el progreso, mientras el pueblo trabajador es sometido por el ajuste y la represión.

Hemos visto cómo el Presidente de dicha entidad, Nicolás Pino, afecto a las políticas de Martínez de Hoz, celebró la exigua baja de retenciones, despreciando, entre otras cuestiones, el incremento de las jubilaciones.

Si la riqueza del campo y nuestros bienes comunes son una buena noticia, un verdadero sentido patriótico sería una mejor distribución de la ganancia, pero seguro la deriva será convertirnos en un enclave dependiente aplaudido por los mismos que saludaron golpes de estado.

Una vez más, los sectores privilegiados piensan en una Argentina pequeña que solo garantice el sustento de su rentabilidad, a diferencia de millones de argentinos y argentinas  condenados a la supervivencia en la miseria. Esta visión regresiva del país quedó en evidencia con la actitud sumisa y complaciente del gobierno frente a las provocadoras declaraciones de Peter Lamelas, futuro embajador de Estados Unidos en la Argentina.

Mientras cientos de miles de trabajadores no tienen para pagar el boleto del colectivo, Milei hace gala del cambalache ideológico con el objetivo de acentuar su servilismo colonial y festeja que los argentinos puedan viajar a Estados Unidos sin visa. El libertario manifiesta una profunda ignorancia geopolítica, al tiempo que desconoce el sufrimiento de su pueblo. El último 9 de Julio, en la jornada de ollas populares que montamos en Plaza Constitución, corroboramos cómo nuestra gente se desangra en la miseria y el hambre producto de las políticas libertarias; no existe humanidad en este gobierno solo hay el frío de los números.

Para nosotros, Paz, Pan, Tierra, Techo y Trabajo no es una consigna vacía porque no podemos permanecer indiferentes mientras nos quieren robar la dignidad. Ese es el núcleo de nuestra noción de soberanía, que es una soberanía de vida. Como bien dijo el Papa Francisco:

“Ese arraigo al barrio, a la tierra, al oficio, al gremio, ese reconocimiento al rostro del otro, esa proximidad del día a día, con sus miserias —porque las hay, las tenemos— y sus heroísmos cotidianos, es lo que permite ejercer el mandato del amor, no a partir de ideas o conceptos, sino a partir del encuentro genuino entre personas: necesitamos instaurar esta cultura del encuentro, porque ni los conceptos ni las ideas se aman. Nadie ama un concepto, nadie ama una idea; se aman las personas”

Por eso este 7 de agosto peregrinamos, porque Paz, Pan, Tierra, Techo y Trabajo fundamentan el amor hacia nuestro pueblo en la liberación nacional. Es la soberanía del encuentro la que nos conduce a romper las cadenas de la dependencia material y la que nos impulsa romper el relato distorsivo.

Estamos llamados a realizarnos en comunidad, para eso es necesario fortalecer la unidad en la calle: para que no nos roben la dignidad, para realizarnos en comunidad con Independencia Económica, Soberanía Política y Justicia Social. Nuestro pueblo merece ser libre y merece ser feliz.

 

 

 

 

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